––Yo no le he echo eso–– Negué con la cabeza ––Él lo hizo sólo.
––¿Cómo alguien va a cortarse así la cara?–– Contestó ignorando mis dichas palabras.
––No lo he echo y se acabó–– Hablé con un tono serio y firme ––¿Qué me crees?, ¿Una maldita psicópata?–– Pregunté con un cierto tono de enfado en mi voz.
El oficial abrió su boca para articular alguna palabra pero se escuchó el carraspeo de otro oficial, haciéndo que inmediatamente guardara silencio.
––Smith.. –– Dijo aquél apuesto chico con un tono de voz enfatizado dirigiéndose hacía el oficial con el yo hablaba ––Retírese por favor–– Le solicitó al hombre y este obedeció.
El chico castaño, de ojos miel y tez blanca se acercó hacía mí con sus manos metidas en los bolsillos de sus pantalones.
––Disculpa la descortesía de mi compañero–– Sonrió de lado ––A veces suele ser insoportable–– Rodó los ojos divertido.
––Lo noté ––Reí per luego me quejé al sentir un dolor en mis costillas.
––¿Estás bien? ––Su rostro se tornó en uno de preocupación y colocó su gran mano en mí hombro.
––Mis costillas estuvieron a punto de quebrarse–– Arrugué mi rostro al sentir de nuevo el dolor acoplarse en mis huesos ––Pero estoy bien.
––Si necesitas ayuda me avisas–– Subió la comisura de sus labios ––Oh, creo que no me he presentado–– Dijo y seguido se disculpó ––Mi nombre es James Ramírez–– Confesó y me extendió su mano ––¿Y tú eres?
––Soy Heather Clark–– Respondí y nos dimos un apretón de manos ––Un gusto–– Sonreí.
––El gusto es mío señorita Clark. ––Sonrió dejando ver su blanca dentadura.
––Al parecer eres el más amigable de todos tus compañeros ––Sonreí sin mostrar mis dientes a lo cuál él hizo lo mismo.
––Lo he escuchado un par de veces–– Asintió con la cabeza y luego dos chicos entraron y retiraron el cuerpo del difunto oficial.
Miré hacía atrás dándome vista hacía el desastre que había en el fondo.
––Disculpa–– Hice un gesto penoso ––Pero creo que necesito arreglar este desastre. ––Señalé con mi dedo pulgar hacía atrás haciéndo que James observara.
––¿Te molesta si te ayudo? ––Preguntó esperando a que diera mi respuesta.
––Por mí no hay problema. ––Solté una pequeña risilla y entré a la casa junto con James.
Empezamos a ordenar todo lo que había tirado en el suelo y a barrer los pedazos de vidrio que se quebraron mediante el forcejeo.
––Creo que ya está todo listo. ––Secó una pequeña gota de sudor que bajó por su frente, secando aquella con el dorso de su pálida mano.
––Muchas gracias oficial Ramírez–– Hice una breve pausa, situando mis orbes directo hacia los rasgos faciales del mayor. ––Es usted muy amable.
––Puedes decirme James–– Me ofreció una pequeña sonrisa, mientras se encargaba de acomodar su sombrero policial ––Es un placer, señorita.
––¡Ramírez!–– Habló la voz masculina de uno de los oficiales ––Es hora de retirarnos.
––Fue agradable conversar contigo ––Dijo algo apresurado.
––Lo mismo digo James–– Estiré una de mis manos, dándole así un leve apretón. –– He de suponer que a estas horas las autopistas están bastante transitadas. —Miré hacía la puerta principal de mi casa en donde se encontraban dos oficiales esperando a James –– Deberías cerciorarte de que tus compañeros manejen con precaución.
––Siempre se los digo–– Confesó divertido ––Le tengo pavor a los accidentes automovilísticos–– Rió y se despidió de mí para después adelantarse un paso.
––Aquí tienes mi número de teléfono por si quieres tener contacto conmigo.–– Añadió antes de salir de la casa y me dió un pequeño papel con su respectivo número.
— Gracias. —Recité con amabilidad. — Aquí está está el mío también. —Demandé y rápidamente escribí sobre una pequeña hoja de papel mi número de teléfono, dándoselo pocos segundos después al sujeto.
Cerré la puerta y guardé el pequeño papel con los dígitos que formaban el número de teléfono del castaño.
Me dirigí hacía el baño y abrí la llave de la tina, y el agua empezó a correr hasta ir llenándola poco por poco.
Mientras esperaba a que estuviese con una cantidad de agua especial me desnudé por completo.
Cerré el grifo y el agua cesó. Después del acto metí uno de mis pies en el agua y luego me incorporé del todo en la tina.
Afloje mi cuerpo e intenté relajar un poco mis músculos, ya que se encontraban completamente tensos.
Apoyé mi cabeza en la cerámica de la tina y cerré mis ojos para dormir una corta siesta.
Cuándo cerre mis ojos para intentar y los minutos pasaron volando.
Al sentirme algo renovada abrí los ojos y brinqué de un susto al notar que el agua estaba completamente teñida de rojo.
«Sangre»
Traté de lavantarme lo más rápido posible de ahí pero sentí una fuerte presión en el pecho que me hizo hundirme por completo en la tina.
Me empecé a mover de un lado a otro ya que me empecé a sofocar por la falta de aire en mis pulmones.
Tenía todo mi rostro sumergido debajo de ese líquido rojo.
Estába al punto de ahogarme.
Mis movimientos se empezaron a tornar más débiles ya que mi cuerpo no tenía la fuerza suficiente para moverse.
Cuándo ya sentía cómo el alma se salía de mi cuerpo esa presión que sentía encima de mí cómo si alguien estuviera ahogándome desapareció.
Me levanté del agua y tomé una fuerte bocanada de aire, mientras un ataque de tos empezaba a darme.
Llevé mi mano derecha hacía mi pecho y comencé a darme golpes para que la tos pudiese terminar.
Al tratar de levantarme de mi lugar me tropecé y volví a caer en la tina.
Mi vista se encontraba en blanco y a la vez nublada. No podía observar bien nada a mi alrededor.
Necesitaba reaccionar y esperar unos minutos hasta que mi vista mejorará.
(...)
Cuándo pude abrir bien los ojos y ver con claridad observé que el agua estába completamente cristalina.
«¿Qué carajo?»
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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«
Fanfiction❛Hay una habitación, al que el infierno llama su hogar. Dónde habita uno de los demonios más poderosos. El hijo del Diablo.❜ PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. [Publicada el 14 de enero de 2018]