La Quinta Habitación »Shawn Mendes«

Capítulo 33 ❝Marioneta❞

Me quedé inmóvil, en la misma cama en la que estaba, mirando cómo Shawn abría la puerta con lentitud.

Cuándo la puerta fué abierta por completo, pude observar su rostro perfilado. El castaño le echó una mirada al vaso y al plato vacíos, por lo qué en sus labios se formó una sonrisa algo extraña.

No entendí en lo absoluto ese gesto, simplemente era una sonrisa sin significado.

«¿Eso es bueno o malo?»

Este miró la puerta abierta, y la cerró con sólo mover su mano derecha hacía adelante.

Se paró por delante de la cama, lo que me permitió ver su extraño comportamiento.

––¿Cómo te sientes? ––Preguntó de la nada, rompiendo el silencio que inundaba la habitación.

––¿Desde cuándo te preocupas tanto por mí? ––Respondí dándo por visto aquella pregunta.

––¿Es algo malo que lo haga?–– Enarcó una ceja ––No haz comido absolutamente nada por semanas, ¿No es así?

Me limité a guardar silencio, y a mantenerme inmóvil en aquella cama.

Narrador Omnisciente.

¿Qué le pasaba a Shawn?, este tenía un comportamiento extraño.

Lo que pasaba, era qué desde millones de años atrás, el chico era controlado, al igual qué una marioneta.

Los demonios se apoderaban de su cuerpo, de su inquebrantable alma y de su oscuro espíritu, haciendo que este no meditara bien las cosas que hacía.

Justo cómo ahora.

Él estaba consciente de lo que hacía, pero no podía parar, al menos que se liberara aquellos demonios qué poseían su cuerpo.

Y sí, los demonios qué controlaban su cuerpo, mente, y acciones, lo obligaron a envenenar la comida de la jóven. La meta de esto, es provocarle una muerte lenta y dolorosa.

Él era malo, justo cómo su padre, pero cuándo más fuerzas entraban en él, aquella maldad aumentaba.

Él, es el hijo del Diablo, pero, tal vez en sus perturbadores pensamientos, no sólo haya maldad.

Satanás, su padre, fué arrojado del cielo, este cayó debido al orgullo originado por su deseo de ser Dios, en lugar de un sirviente de este.

Satanás era el más elevado de todos los ángeles, pero no era feliz. Él deseaba ser Dios y gobernar el universo. Debido a ello, Dios expulsó a Satanás del cielo, dejándolo caer en aquél lugar tan contaminado, que se hace llamar hoy en día, 'Tierra'.

Los cristianos creen que Satanás actúa como el líder de los ángeles caídos. Estos demonios existen en el mundo invisible espiritual. Aunque afectan el mundo físico, se rebelaron contra Dios, pero en última instancia están bajo su control.

Satanás se disfraza como un "ángel de luz," engañando a los humanos como engañó en el principio a Eva.

Así a cómo Shawn engaña a Heather, disfrazándose de una persona diferente, o incluso alguien "bueno", esto, no era porque él lo quería así, si no, porque cómo anteriormente se menciona, él es básicamente una marioneta.

Ustedes se preguntarán; "¿Satanás llegó a ser bueno en algún momento?"

Sí, pero la envidia que recorría su alma, se apoderó de aquél "ángel", contaminado su cuerpo, qué se hacía llamar, "el templo de Dios".

El punto, es qué, en todo lo malo hay algo bueno, y en todo lo bueno, hay algo malo.

En lo más profundo de la oscura alma del hijo del Diablo, hay algo bueno, qué es increíblemente difícil de ser visto.

Narra Heather.

El castaño miró su mano derecha, y la pasó delicadamente por su abdomen. En cuestión de segundos un dolor se progagó por todo mí estómago, sintiendo cómo millones de agujas traspasaban mis intestinos.

Solté un fuerte gemido de dolor, retorciéndome en aquél delgado colchón.

––¿Qué pasa? ––Sonrió con maldad, mientras qué sus ojos color miel, se hacían negros, cubriendo hasta el blanco de sus ojos.

––¡Basta!–– Exclamé en voz alta, arrugando mi rostro debido al dolor qué se expandía por mis órganos  internos. ––No lo hagas más, Shawn. ––Insté tratando de removerme de aquella cama.

Este bajó sus cejas, y empujó su mano hacía adelante, haciendo que me tumbara fuertemente contra la cama, sin poder mover ni un músculo o articulación.

––¿Crees que haría algo bueno por tí? ––Preguntó, con una frialdad notable.

No dije ni una sola palabra, mi mente no me permitía pensar correctamente sí él era posible de hacer algo bueno por mí.

Miré de nuevo su mano, aún colocada de manera leve en su abdomen. Después de unos segundos este enterró sus uñas con brusquedad sobre este, apretando su piel, hasta qué esta sangrara.

––¿Duele verdad? ––Preguntó, haciendo qué un dolor más fuerte se incrementara en mí estómago. No aguantaba esto.

––Sientes cómo tus intestinos se comienzan a derretir por dentro, ¿No es así? ––Preguntó, haciéndome sentir cómo cada uno de mis intestinos se comenzaban a destruir poco a poco.

El problema empezó en mi estómago, pero terminó expandiéndose por todos los demás. Páncreas, intestino grueso, intestino delgado, hígado, etcétera.

Después de segundos, vomité, pero no era cualquier tipo de vómito. Este contenía sangre, y entre esa sangre, algunos restos de mis intestinos, era asqueroso, y a la vez perturbador.

––Tus fuerzas empezarán a desvanecerse. ––Continuó, prediciendo.

Al decirlo, automáticamente me sentí débil, no podía mantener fuerzas.

––Sentirás cómo tus huesos que quiebran poco a poco.

Todo lo qué decía, era exactamente lo que me ocurría.

«Mierda»

Empecé a sentir cómo mis huesos se desmoronaban, todos y cada uno de ellos. Escuché cómo traqueaban de manera brusca, y se deformaban mis extremidades.

Solté más de un gemido de dolor.  Cada grito, sollozo, o lágrima, era placentero para Shawn.

Cuándo mi garganta desprendía un grito, una sonrisa macabra se formaba en los labios del castaño.

––¡Shawn!, ¡Ya basta! ––Supliqué, cómo nunca antes lo había hecho, mientras que lágrimas se desbordaban de mis ojos y caían por mis mejillas.

Al decir eso, este bajó su cabeza, y tiró de sus cabellos, dejando escapar un fuerte gruñido.

––¡Para ahora! ––Grité con las pocas fuerzas que me quedaban.

Mi vista se comenzó a nublar, sintiendo cómo poco a poco perdía la vida.

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