Observé sus ojos, los cuáles con tan sólo una simple
mirada decían miles de veces qué me deseaban, tenía qué admitir qué de seguro mis ojos expresaban el mismo sentimiento.Malditasea, lo deseaba, lo deseaba más qué a nada.
Coloqué mis manos sobre su fuerte pecho, y moví levemente mis caderas contra el jóven, provocando qué su miembro fuese rozando de manera delicada contra mí feminidad, causando qué aquél posicionara sus manos sobre mí cintura, y me diera una mayor facilidad de moverme contra su persona, disfrutando de la placentera sensación provocada en dicho momento.
––Te necesito, nena.–– Musitó, pasando la yema de sus dedos sobre el conformo de mis hombros, buscando una simplificada manera de remover mí sostén. ––Déjame verte, nesecito tu cuerpo. —Al decir aquello colocó sus manos a ambos lados de mis senos y los estrujó un poco, provocando qué éstos de apegaran de una manera leve, mientras qué con sus carnosos labios iba dejando besos por aquellos, succionando ciertas zonas hasta dejar alguna qué otra marca rojiza.
En un abrir y cerrar de ojos el mayor se había removido ágilmente de mí sostén, dejando mis senos al aire, siendo expuestos ante los ojos de aquél. Sentía cómo una ligera corriente eléctrica se paseaba por mí cuerpo, colocando mis vellos de punta, hasta sentir cómo mí garganta se comenzaba a secar.
––No tengas miedo bebé. ––Susurró, con un tono ronco de voz, distinguiéndose cómo un tono seductor. Sin pensarlo dos veces el castaño colocó sus manos sobre mis senos, comenzando a masajear los mismos, mientras qué pesaba la yema de su dedo pulgar por el contorno de mí pezón, estimulando éste de una manera placentera, mientras qué besaba dicha zona, dejando pequeños recorridos con su lengua.
––Déjame observar cada pulgada de tí, permíteme ser el qué tome tu cuerpo. Quiero qué seas para mí, solamente. –– Argumentó, presionando sus labios junto a los míos, propinándome un increíble beso. Mediante éste podía sentir el dulce y natural sabor de sus labios, me había dado cuenta qué se había convertido en mí caramelo favorito.
Shawn, con ayuda de sus manos iba removiendo la última pieza de ropa qué cubría mi desnudez. ––Te ves hermosa sin la ropa puesta.–– Al notarme completamente desnuda comencé a remover su bóxer de tela fina, el cuál era acompañado por el crecimiento del miembro de dicho hombre, podía admitir qué aquél se cargaba con algo bueno.
Al estar los dos completamente desnudos bajé mi mirada unos cuántos centímetros, divisando cómo el extenso miembro del contrario rozaba contra mí feminidad, la cuál estaba apunto de humedecerse debido al placer incrementado en el acto. Observé cómo el castaño tomó mi mano derecha y la colocó sobre su miembro, lo que hizo qué un ligero jadeo saliera de sus labios, sabía lo qué tenía en mente, por lo qué decidí comenzar a mover mí mano de manera vertical, dejando masajes a lo largo de su sexo, mientras qué con algo de profundidad aumentaba mis movimientos, logrando qué éstos fuesen con algo más de intensidad. Por primera vez, el hombre gimió, fué un gemido de placer, y deseo. El mayor inclinó su cabeza hacía atrás, entreabriendo sus labios unos cuántos centímetros, por dónde tenía más disponibilidad de soltar jadeos, momentáneamente cerró sus ojos, indicándome qué lo estaba haciendo bien.
––Lo haces bien. ––Comentó, provocando qué mi deseo aumentara al igual qué el movimiento de mí mano sobre su masculinidad.
Aparte mí mano de aquél lugar, y comencé a mover mis caderas de adelante hacía atrás, haciendo qué lo largo de su miembro fuese rozando por medio de mí feminidad. De mis labios salieron algunos jadeos, estaba disfrutando de aquello.
El contrario colocó sus manos nuevamente sobre mi cintura, elevando levemente mí cuerpo, para así mismo prepararse para colocar el inicio de su sexo sobre mí encaje vaginal.
––Déjate llevar, nena.–– Al decir aquello, sentí cómo el hombre dejó caer mí cuerpo, adentrándose por completo en mí, lo qué me hizo desprender un gemido algo agudo, debido al dolor qué llegué a sentir. ––Muévete para mí. —Solicitó, ocasionando que mi persona obedeciera, y comenzara a dar saltos sobre el miembro extenso del mayor. Cerré mis ojos con fuerza, desprendiendo algunos gemidos ahogados al sentir cómo simulaba qué aquél me embestía. Al cabo de unos minutos el dolor se convirtió en algo placentero, lo que me hizo acoplarme a dicha sensación, y hacer de esto algo más profundo.
Moví mis caderas en forma circular, mientras que de vez en cuando el hombre movía sus cadera, ayudándome con las embestidas. El castaño colocó sus manos nuevamente sobre mis senos, y comenzó a besar éstos de una manera húmeda y profunda. Algunos gemidos salían de sus labios, al sentir cómo entraba y salía de mí con algo de rapidez.
–– No pares. ––Agregué entre gemidos, cuándo el empezó a embestirme con un nível más de intensidad. Nuestros sexos chocaban una y otra vez, provocando qué un satisfactorio sonido se desprendiera de éstos, aquél se había vuelto una muestra más de placer para ambos.
––Déjame dominarte, quiero hacerte mía. ––Aquél le había dado vuelta al asunto, me había cambiado de posición, haciéndome quedar contra la pared, dándole vista en su máximo esplendor a mís partes privadas. El mayor disfrutó de la vista un par de segundos, y comenzó a hacer de lo suyo.
Tomó mi cintura con sus manos, plasmando caricias con las yemas de sus dedos sobre ésta, mientras qué besaba con sus delicados labios la zona de mí dorso descubierto.
––Vamos bebé, hazlo. Hazme tuya. ––Insté, apretando las sábanas con mis manos al sentir cómo aquél había entrado de una manera profunda, moví mí cuerpo junto con el de él, convulsando entre ambos.
El mayor arañaba levemente mis glúteos, masajeando los mismos con ayuda de sus manos, mientras qué sus embestidas fueron aumentando de intensidad, pero no sin antes verificar qué no me estuviera lastimando. Él era tan delicado y apasionado a la vez.
––Te amo. ––Musitó, dejándome realmente perpleja, había sido la primera vez qué me había dicho algo así.
Estoy segura de qué nunca antes le había dicho a alguien algo de ésa manera. Estaba en una especie de colapso emocional al distinguir dichas palabras.Sus caderas de movían de adelante hacía atrás, brindándome un momento excelente. Varias veces gemí su nombre, sabía qué a él le había había encando desde el primer momento qué lo hice. El momento era especial, placentero, y sobre amoroso, no había ningún momento parecido a ése. Estaba haciendo el amor con alguien qué realmente sabía qué amaba.
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260 votos y la sigo. :3
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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«
Fanfiction❛Hay una habitación, al que el infierno llama su hogar. Dónde habita uno de los demonios más poderosos. El hijo del Diablo.❜ PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. [Publicada el 14 de enero de 2018]