Después de crear aquella pregunta el jóven elevó levemente su ceja derecha, enarcándola por apenas,
mientras qué su inquietante mirada se posaba sobre mí.––¿Mí camisa?–– Hizo una breve pausa, para seguido echarle una pequeña mirada a una de las sillas de madera qué adornaban el comedor, indicándome qué ahí se encontraba su peculiar camisa. Justo encima de su respaldar. ––Tenía algo de calor, así qué decidí removerla.–– Confesó, dirigiéndose hacía la alacena en la qué se ubicaban los vasos, y unas cuantas tazas, abriendo ése compartimiento, mientras qué de un ágil movimiento tomó dos vasos de cristal.
––Oh, ahora comprendo el porqué estás sin camisa. ––Añadí, tratando de qué mí nerviosismo no fuese
tan notorios ante sus ojos.El castaño procedió a colocar los vasos sobre la mesa,
para seguido de ello tomar una caja de jugo de naranja localizada en el refrigerador, y vertirlo por dentro de éstos.––¿De dónde sacaste éso? ––Pregunté, aplicándole curiosidad a mí pregunta, debido a qué no recordaba haber tenido jugo de naranja allí dentro. No compré nada de éso en ningún momento.
––Fuí a algo qué se llama 'supermercado', y allí lo conseguí.–– Agregó encogiéndose levemente de hombros, para acto seguido dar un leve sorbo a aquél refresco. ––Hay mucha gente rara ahí, bueno, me miraban raro. ––Frunció su seño sin explicación alguna, para después
suavizar sus facciones, y devolver aquella expresión con la qué cargaba anteriormente. ––Seguro fué porque estuve tomando las cosas sin ayuda de mis manos, o tal vez por hacer qué el cajero se golpeara involuntariamente por hacerme esperar centenares de minutos.Abrí mis ojos cómo plato, para después soltar una pequeña risilla, por medio de mis labios, no me quería ni imaginar lo perdido qué estaba en aquél lugar.
––Estás loco, Shawn. ––Agregué, negando con la cabeza consecutivas veces, hasta qué decidí dejar de realizar aquella acción y proceder a tomar mí bebida.
––No me gusta esperar, sí quiero algo, lo obtengo. ––Respondió con firmeza. ––Cueste lo qué cueste.
Tomó algunas tostadas, y con un pequeño cubierto comenzó a huntarles algo de mermelada, al finalizar las colocó en un plato mediano, y deslizó aquél hasta qué llegara hacía mí.
––Se ven deliciosas. ––Murmuré observando cómo las orillas de aquél pan se encontraban algo tostadas, mientras qué mis fosas nasales degustaban de aquél exquisito olor a dulce, proveniente de la jalea elaborada con moras. ––Haz aprendido varias cosas éste tiempo qué estuviste afuera, ¿no?
––Sí, bueno, supongo qué ha sido gracias a tí. ––Respondió, haciendo el mismo procedimiento qué realizó para untarle la mermelada a mis tostadas. ––Al parecer he aprendido muchas cosas, es raro, porque yo..–– El más alto guardó silencio, y negó levemente con su cabeza, para seguido colocar sus tostadas finalmente preparadas en otro plato.
––¿Tú qué? ––Pregunté, dándole un pequeño mordisco a uno de mis respectivos alimentos.
––Yo nunca pude ver nada bien en éste mundo, es decir,
todo me parecía repugnante, y la mayoría de veces algo estúpido.–– Murmuró, procediendo a sentarse en uno de los banquillos de aquél comedor compuesto por cerámica. ––Algunas cosas me siguen pareciendo así, pero no con la misma intensidad qué antes. Ha pasado algo en mí qué me ha hecho cambiar de opiniones, y no
tengo ni la menor idea de cómo sucedió. ––Agregó, haciendo una breve pausa después de sus últimas palabras. ––Sólo puedo decir qué tú eres la culpable de ésto. Me haces sentir extraño, haces qué me sienta cómo un humano común y corriente, ¿Eso está bien?––Debo de suponer qué ha de estar b..
––No está bien Heather.–– Agregó, haciendo qué mí persona bajara unos cuántos centímetros su mirada, perdiendo contacto visual con aquél hombre sentado por el otro extremo del comedor. ––Soy un demonio, ¿bien?, estoy muerto por dentro, pero a lo qué puedo notar, algunas cosas reviven en mí.–– Alcé la mirada, y éste no se encontraba en aquél lugar, si no, ahora estaba por detrás de mí.
Me asusta cuándo aparece de la nada.
––Puedo sentir qué mi padre se decepciona cada vez de mí, presiento qué algo malo pasará.–– Caminó dos pasos hacía adelante, tomando mis hombros, para qué dirigiera mí mirada hacía sus ojos. ––Pero no puedo evitarlo, ¿Entiendes?, ¿Cómo te puedes liberarte de algo causado por otra persona?
Me limité a guardar silencio, sólo pude sentir cómo de repente tragué grueso, mientras qué un escalofrío se paseaba por mí cuerpo, al sentir el tacto de sus tibias manos sobre mis hombros descubiertos.
––Algún día te quisiste liberarte de mí, ¿No es así? ––Preguntó, enarcando su ceja derecha, mientras clavaba su mirada penetrante sobre mí. ––Pues ahora mismo soy yo el qué se quiere liberar de tí. ––Masculló, frunciendo su seño, provocando qué sus facciones se inundaran de seriedad.–– Pero no puedo.
De sus labios logró escaparse un ligero suspiro, haciendo qué este chocara contra mí rostro, removiendo algunos de los cabellos qué estaban esparcidos sobre la zona.
––No puedo liberarme de tí al saber qué eres una atadura.–– Demandó. ––Me tienes atrapado entre tus cadenas.
Cada segundo qué se hacía presente sentía cómo el ambiente se tensaba, mis vellos no podían evitar erizarse al escuchar aquellas palabras. No tenía ni la mínima idea de qué podía responder.
El castaño movía sus ojos mediante se dedicaba a observar los detalles de mí rostro, podía notarlo, debido a qué nuestra distancia lograba acortarse con cada palabra qué el jóven protestaba.
Colocó sus brazos al lado de mí, acorralándome entre éstos, mientras qué sus manos se posaban contra aquél comedor compuesto por material cerámico. Mi espalda baja estaba chocando contra el filo de este, mientras qué el jóven sólo me se dedicaba a contemplarme.
El castaño hizo un leve movimiento, acortando aún más la distancia entre nuestros cuerpos.
Su respectivo rostro se encontraba a escasos centímetros del mío, tanto así qué podía sentir cómo su tibia respiración resoplaba contra mí. Bajó su mirada unos cuántos centímetros, posándola justo en mis labios, mientras qué los músculos de sus fuertes brazos se tensaban, haciendo qué su abdomen trabajado se viera más tonificado aún. El mayor relamió sus labios con ayuda de su lengua y entreabrió su boca, permitiéndome apreciar aquellos rojizos labios, justamente apetitosos para devorarlos.---------------------------------------------------------------------------------
210 votos y la sigo. :3
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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«
Fanfiction❛Hay una habitación, al que el infierno llama su hogar. Dónde habita uno de los demonios más poderosos. El hijo del Diablo.❜ PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. [Publicada el 14 de enero de 2018]