Tomé la barbilla del tipo, y lo obligué a mirarme directo a los ojos.
Al hacerlo, estos inmediatamente se tornaron de color negro, contando hasta lo blanco de los ojos.
Este se veía aterrorizado al observar aquellas escenas, pero al observar mis ojos mediante unos segundos, su piel comenzó a desmoronarse, y a ser llevada por el viento qué resoplaba en el lugar.
El viento se tornaba cada vez más intenso, haciéndo qué mis cabello fuesen movidos por esa fuerza.
Miré al chico directo a los ojos, y al hacerlo la córnea de este se tornó color blanco, llevándose poco a poco su vida, al saber qué con cada segundo qué pasaba su alma sería completamente mía.
Su cuerpo seguía desintegrandose, poco a poco.
Aquellos trozos de su piel se volvieron en ceniza, hasta ser llevadas por el viento.
Pude observar con mis propios ojos cómo su alma fué arrancada de su cuerpo, en ese momento supe qué me había apoderado de esta.
«Otra alma más»
Me escabullí por aquél callejón, hasta llegar hacía la calle vacía.
Lo único qué iluminaba el lugar era la luz de la luna.
Quité mis zapatos, y miré las calles completamente vacías.
Seguidamente corrí, y corrí, por más de treinta minutos, hasta llegar hacía dónde habitaba desde hace mucho tiempo.
Observé las casas de los qué vivían cerca de mí, y todas se encontraban a oscuras, todos se encontraban durmiendo.
El lugar era solitario y oscuro, especialmente para mí.
Especial para un demonio.
La temperatura del lugar era completamente fría, cualquiera podría morir de hipotermia allí, pero el qué provocaba ese frío que helaba hasta los huesos era yo.
Moví mis pies, adelantándome unos pasos, hasta llegar hacía la puerta de la casa, coloqué mis manos en la perilla y la giré lentamente.
Empujé la puerta, haciéndola rechinar, provocando un sonido estruendoso por toda la casa.
Miré hacía mis alrededores, dónde todo se encontraba más oscuro qué afuera.
La ventaja, es qué podía ver todo lo qué ocurría sin necesidad de encender las luces.
Mi espíritu encajaba perfectamente en este cuerpo, podía habitar aquí por mucho tiempo más, pero ese no era mi trabajo.
Mi trabajo era tomar el alma de esa chica.
Cerré mis ojos con fuerza, y seguidamente con un chasquido de dedos me encontraba dentro de mí habitación.
La habitación en dónde viví por miles de años.
Esta era la primera vez qué salía al mundo exterior, y experimentaba cómo era en dónde habitaban los humanos.
Su lugar era extraño y asqueroso ante mi presencia, nada comparado a mi verdadero hogar. El infierno.
Mi espíritu era el único qué iba divagando por diferentes lugares, pero no a cómo lo estoy haciéndo ahora.
Giré mi cabeza y observé todo a cómo lo tenía anteriormente.
Decidí salir de este cuerpo, y vivir en el qué estaba desde mucho tiempo.
Incliné la cabeza hacía atrás, volviendo a abrir la boca para poder dejar salir mi oscuro espírito por esta, y volver a entrar en mí verdadero ser.
«Ahora, abandoné su cuerpo»
.
Sentí cómo mi alma volvía a incorporarse en mi cuepo, haciéndo qué tomara una fuerte bocanada de aire. Tosí con fuerza por la falta de oxígeno qué tenían mis pulmones.
Mi vista estaba borrosa, tan solo pude ver la silueta de un hombre parado enfrente de mí, y sí, era Shawn.
Al recuperar mis cinco sentidos no pude evitar caminar dos pasos hacía atrás.
––¿Qué demonios hiciste?–– Alcé la voz, provocando una mirada sin vida por parte del castaño ––Dime qué carajo hiciste–– Insté.
––Solamente me deshice de algunas personas–– Añadió con aquella voz grave.
Mi respiración de agitó ante aquellas palabras. Sentía cómo el oxígeno era escaso en mis pulmones, por lo qué decidí tomar fuerza y hablar;
––¿Qué personas? ––Pregunté temiendo de su respuesta.
––A una con la qué te encariñaste en poco tiempo–– Añadió con una pequeña sonrisa maliciosa formada en sus labios.
––¿De qué hablas? ––Fruncí mi ceño, hasta qué una carcajada saliera de su garganta.
––¿De quién hablo?–– Masculló haciendo una breve pausa ––Hablo de James Ramírez.
Al haber escuchado su nombre ser expulsado de la boca de Shawn, pude sentir cómo mi corazón se heló hasta provocar un nudo en mi garganta.
Una lágrima brotó de mis ojos, deslizándose por mis mejillas, hasta caer al suelo.
––¿Por qué?–– Grité tirando de mis cabellos ––¿Por qué lo hiciste?–– Continué alzando la voz, causando de Shawn riera ––¿Te causa risa esto, maldito idiota? ––Añadí mientras más lágrimas salían de mis ojos.
Corrí hacía Shawn, para después tratar de causarle daño físico, golpeando su fuerte pecho, pero a este no le hacía ni cosquillas.
Miré cómo solo este me miraba fijamente, con satisfacción ante mi dolor.
Golpeé su pecho con mis puños, hasta que estos se tornaran de color rojo, descargando toda mi ira en él.
Sólo se escuchaban los puñetazos qué dejaba en él, pero con cada golpe qué saba sentía cómo mis huesos estaban apunto de quebrarse.
––No lograrás qué sienta dolor–– Añadió con indiferencia ––Nada logrará qué sienta el dolor qué sientes tú ahora–– Habló haciendo qué mis ojos sigueran desprendiendo lágrimas ––Nunca he sentido alguna especie de "sentimiento" contigo ni con nadie ––Me empujó lejos de él–– Solo soy un alma qué habita en este maldito cuerpo.
––¿Qué ganas haciendo qué los demás sientan dolor? ––Pregunté tratando de secar mis lágrimas, pero estas eran reemplazadas por otras.
Escuché como sólo soltó una risotada antes de articular alguna palabra.
––Me gusta ver el sufrimiento de los mortales–– Tronó los huesos de sus manos ––Me gusta observar cómo se desmoronan por un simple hecho, mientras qué yo sólo siento placer.
––¡Tú no eres real!–– Añadí tapando mis oídos mientras negaba con la cabeza ––¡No eres real!
––Soy más real qué tu imaginación–– Soltó ––Más real de lo qué ella puede llegar a imaginar.
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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«
Fanfiction❛Hay una habitación, al que el infierno llama su hogar. Dónde habita uno de los demonios más poderosos. El hijo del Diablo.❜ PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. [Publicada el 14 de enero de 2018]