Capítulo 13 ❝Fotografías❞

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Miré hacía mis alrededores y todo estába manchado de sangre, en las cortinas estaban marcas de manos al igual que en las paredes de cerámica.

Una lágrima salió involuntariamente de mis ojos y cayeron directamente al suelo.

A pasos lentos me dirigí hacía la bañera ya que observé que en esta estaban escurriendo gotas de sangre.

Con un nudo en la garganta corrí completamente la cortina y miré qué en la bañera había un cadáver.

Y lo que me dejó en shock fué observar que ese cadáver era el de mi persona.

Abrí mi boca para gritar pero en ese momento mis cuerdas vocales no funcionaban. Estaba completamente paralizada.

Miré mi cadáver en la bañera y pude notar que mi garganta estaba completamente abierta y las venas de mis muñecas estaban con una gran incisión.

––¡Brianna! ––Grité cuando por fin pude articular alguna palabra.

Escuché los rápidos pasos de mi mejor amiga acercándose hacía mí.

––¿Qué sucede? ––Preguntó agitada al escuchar su nombre ser gritado.

––Hay sangre por todos lados–– Pasé mis manos por mi rostro de manera desesperada ––Mira la bañera–– Señalé esta al borde del llanto ––¡Mi cadáver está ahí!, ¡Soy yo! ––Repetí las frases cientos de veces.

––¿De qué hablas Heather?–– Bajó las cejas confundida ––Aquí no hay sangre–– Miró hacía sus alrededores ––Y tú cadáver tampoco está bien en la bañera. ––Añadió después de asomar su cabeza por el lugar.

—No estoy bromeando, joder. —Mencioné, enfatizando mi tono de voz de manera inmediata.

––Aquí no hay nada Heather. ––Suspiro con pesadez al mirar que seguía insistiendo en que sí.

––¿Por qué carajo no lo puedes ver si yo lo estoy viendo ahora mismo? ––Grité dejando escapar unas lágrimas.

Corrí hacía afuera esquivandola y me dirigí hacía mi habitación.

––Hey, no te vayas ––Escuché la voz de Brianna desde unos metros lejos de mí.

Al adentrarme a la habitación cerré la puerta de un portazo y coloqué el seguro.

Me tumbé en la cama y comprimí mi rostro contra una almohada para que cada uno de mis sollozos fuesen filtrados por la misma.

––Heather.–– Mencionó dicha joven por fuera de mi habitación. ––Abre la puerta.

Decidí permanecer en silencio, por lo que esta optó en instar nuevamente.

Me levanté a regañadientes y abrí la puerta después de secar mis lágrimas con mis dedos pulgares.

––¿Qué te sucede? ––Preguntó, formulando en su semblante un gesto de confusión.

––No me siento bien. Déjame sola. ––Coloqué mi mano en la manija de la puerta para volverla a cerrar pero Brianna colocó su pie para impedirme el cierre de esta.

––No todo se resuelve con soledad, Heather. ––Bajó la mirada y luego trató de encontrar mis ojos para dirigir su mirada en ellos.

––Tal vez tú no lo resuelvas así, pero yo sí–– Le fulminé con la mirada ––Ahora vete de mi casa–– Ordené exigente.

––No–– Respondió firme ––No me voy a ir, y no lo haré hasta saber que estás bien–– Me tomó de los hombros con fuerza para que la volviese a mirar ––No me iré porque soy tu mejor amiga, y estaré contigo pase lo que pase–– Alzó la voz haciéndo que inmediatamente cerrara los ojos ––No te dejaré sola nunca, ¿Entendido?

Asentí con la cabeza y me lancé a sus brazos para lloriquear en su hombro.

—–Estoy enloqueciendo, Brianna–– Tiré de mis cabellos y varios de estos quedaron en mis manos ––Estoy harta de estar aquí. Cada día es peor que el otro y eso me está volviendo loca–– Sorbí mi nariz y limpié mis lágrimas pero estas eran reemplazadas por otras ––Jamás lograré estar en paz con esto. Roseanne tiene razón, esa cosa quiere mi alma, y no me dejará tranquila hasta conseguir lo que quiere.

––Tranquilízate–– Masculló sobando mi espalda ––Esa señora está loca, al igual que las locuras que te está metiendo en la cabeza.

––¿Y qué hay de aquél hombre del que me hablaste?

––¿Él?–– Tragó saliva con dificultad y guardó silencio por un largo momento ––Lo sigo mirando en cada lugar al que vas–– Se separó de mí y bajó la mirada —Él no es bueno.

En el instante que aquellas palabras salieron al aire, sentí un incómodo hormigueo recorrer cada rincón de mi anatomía, haciéndome estremecer al instante.

––Es un demonio–– Hizo una pausa ––Y sé que me dirás lo mismo de siempre, pero tienes que empezar a creer en ellos, porque él es real, y mucho más de lo que imaginas.

Tragué seco y tensé mi mandíbula esperando a decir alguna respuesta al respecto, pero ninguna salió de mi boca.

––Tengo pruebas de eso–– Corrió a traer su bolso y al volver rebuscó por dentro hasta sacar varias fotografías ––Y aquí están. ––Tiró estás en la cama así que las tomé con rapidez.

Miré la primera fotografía y observé qué era de mí madre cargándome en sus brazos después de parirme. Pero atrás de mí había un hombre alto, de vestimenta negra y tez blanca, su rostro no se lograba apreciar muy bien ya qué las fotografías tenían muy mala calidad.

Pasé la otra foto y esta vez en esa tenía aproximadamente tres años de edad. Me encontraba en un parque, cerca de una pequeña amaca, y por detrás mi mi se veía aquél mismo hombre de la fotografía anterior.

Observé la siguiente foto y en esta tenía cinco años de edad. Estába en mi fiesta de cumpleaños junto con mi pastel de chocolate, y aquél hombre seguía por detrás de mí.

Cambié hacía la otra foto y miré que ya estába en mi fiesta de quince años, junto con mis familiares, amigos y aquel tipo irreconocible.

Las lágrimas se empezaron a desbordar de mis ojos mediante observaba que en cada fotografía él se encontraba detrás de mí.

Después de pasar las fotos de la etapa de mi vida llegó hasta la más actual.

Una fotografía tomada hoy.

Me encontraba en el baño, mirando hacía la bañera, mientras que aquél hombre se encontraba cómo en todas las fotografías anteriores.

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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora