Traté de pestañear un par de veces, para poder ver sí mi vista borrosa se componía, pero todos mis intentos fueron en vano.
Mi cuerpo seguía tendido en aquella cama, mientras pasaban los segundos. Estaba desorbitada, no podía pensar con claridad lo que sucedía, lo único que podía sentir era dolor.
Giré mi cabeza con lentitud hacía Shawn, viendo cómo este soltaba quejidos, parecían de dolor, pero no podía distinguir nada ahora.
Un silencio invadió la habitación, y un pitido agudo se adentró a mis tímpanos, provocando qué quedara aturdida.
Sólo pude ver cómo el cuerpo del castaño caía desplomado contra suelo, haciendo que todas las luces de la habitación se apagaran por sí solas.
El único sonido qué se escuchaba era el 'tic tac' de aquél viejo reloj, mientras que Shawn, ya no emitía sonidos.
No sabía qué le había ocurrido, sólo podía recordar su cuerpo tendido en el suelo.
El aire me faltaba, mí oxígeno no iba correctamente hacía mis pulmones. Sentía qué cuestión de minutos iba a desvanecerme.
Unos gritos desgarradores rompieron el silencio que había en aquél lugar, haciendome pegar un leve brinco de mí lugar.
Esta vez no había silencio, sólo gritos de unas voces qué se me hacían irreconocibles.
Estaba aterrada, no sabía lo que estaba ocurriendo, ni de dónde provenían aquellos misteriosos gritos.
La luz de la habitación se comenzó a prender poco a poco, pero el brillo que esta transmitía era mínimo, apenas y podía ver.
Shawn seguía tendido en el suelo, con sus párpados cerrados, mientras qué su cuerpo iba siendo arrastrado por el suelo, sin que hubiese nadie más que yo aquí.
Era cómo sí algo lo estuviera manejando.
Su cuerpo chocó contra la pared, con tanta fuerza, qué algunas partes de esta se vinieron a pedazos, dejando caer los escombros al suelo.
Este seguía siendo fuertemente golpeado contra objetos, haciéndo que de su nariz brotaran unas gotas de sangre.
Aquella cosa que lo manejaba, hizo qué su cuerpo fuese elevado por sí sólo, a tal punto que estaba cerca de tocar el techo de este cubículo.
Él no se movía, no reaccionaba, no hacía absolutamente nada a su defensa, parecía que estaba muerto.
Sentí cómo la cama en la qué estaba acostada empezó a zarandearse de lado a lado con brusquedad, cómo sí algo lo estuviera haciendo.
Me alarme un poco, pero mis escasas fuerzas no me ayudaban a defenderme.
Sentí una respiración caliente sobre mí cuello, y un peso cayendo sobre el colchón, lo qué hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.
Alguien más estaba conmigo, y no, no era Shawn.
Mis ojos se aguaron, dejándome la vista borrosa, no quería ver lo que estaba allí conmigo, justo en aquella delgada cama.
Giré mi cabeza poco a poco, justo en la dirección en la qué aquella cosa se encontraba.
Fué una terrible decisión haber volteado a ver.
Justo enfrente de mi rostro, había una espécie de criatura deforme mirándome con sus oscuros ojos, en los que se podían ver miles de almas rondando.
La criatura desprendía un olor putrefacto, era insoportables, mis fosas nasales no soportaban aquello.
Solté un grito, desde lo más profundo de mi garganta, pero al hacerlo, aquél mounstruo comenzó a reírse con malicia, dejándome ver sus filosos, y ensangrentados dientes podridos.
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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«
Fanfiction❛Hay una habitación, al que el infierno llama su hogar. Dónde habita uno de los demonios más poderosos. El hijo del Diablo.❜ PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. [Publicada el 14 de enero de 2018]