Capítulo 18 ❝Carrusel de Escopeta❞

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––¿Qué quieres de mí?–– Tartamudeé, mirando cómo este me observaba sin expresión alguna, después de qué pude sentir cómo mis cuerdas vocales volvían a funcionar ––Suéltame ahora. ––Inste tratando de no observar esos ojos tan penetrantes qué me miraban.

––¿Sabes qué es lo qué quiero?–– Preguntó enfatizando su tono de voz ––Quiero hacerte un espacio más en el infierno

Al escuchar esas palabras recién dichas de ese tipo, un escalofrío recorrió mi espina dorsal, haciéndo que mi piel se erizara.

No articule ninguna palabra, sólamente me límite a cerrar fuertemente mis ojos.

Sentí cómo Shawn me agarraba del cuello de la camisa y me tiraba contra el suelo.

Sólo pude observar la altura de aquél hombre, y sus ojos aún posados en mí, me traté de arrastrar por el suelo para qué éste no se acercara a mí persona, pero antes de eso él me tomó del cabello, y me arrastró de este hacía aquella habitación en la qué había descuartizado a la chica.

Gemí del dolor, al sentir cómo la piel de mi cráneo se levantaba al ser afectada de esta manera. Sangre brotaba de mí cabeza por las zonas heridas, hasta dejar caer las gotas al suelo.

Momentos después de sentir cómo la piel qué cubría mí cráneo iba a ser arrancada bruscamente, llegamos a aquel cuarto separado del qué nos encontrábamos anteriormente.

Shawn me soltó, y suspiré aliviada, colocando mi mano derecha en la parte superior de mi cabeza, haciéndole presión, para qué más sangre no saliera del lugar.

Observé cómo el castaño miraba los ganchos en los qué estaba colgada la difunta mujer.

Mordí mis labios con fuerza, mientras sentía cómo mi vista se tornaba nublada, al mis ojos ponerse llorosos. Shawn procedió a apretar un pequeño botón qué estaba cerca de la entrada a ese lugar.

Seguidamen algunas paredes se escondieron, al igual qué los ganchos, y aquellos cuerpos colgando de estos.

Después de qué aquellos objetos desparecieron un carrusel enjaulado salió de aquél escondite. Pero no cualquier carrusel, sí no uno en donde habían sillas, junto con una escopeta atada en la parte exterior del este, qué apuntaba hacía las víctimas.

Miré como un total de cuatro personas estaban atadas a las sillas, mientras gritos desgarradores salían de sus gargantas.

––Todavía hay un campo más para este juego ––Añadió el hombre con una sonrisa cínica en su rostro y me tomó fuertemente de la nuca para llevarme hacía la puerta qué conducía hacía el carrusel.

Sobraba una silla, la cuál me correspondía a mí, por lo cuál Shawn abrió aquella jaula y me sentó en ese lugar, atandome fuertemente de los pies con unas fajas qué podían hasta quebrarte los huesos dé lo talladas que se encontraban.

Colocó mis brazos por detrás y ató unas esposas a mis manos, para inmovilizarlas.

Al estar completamente inmóvil el castaño se separó de mí y cerró aquella puerta con varas de hierro.

Los chicos y chicas qué se encontraban atados al igual qué yo, mientras no paraban de suplicar por sus vidas.

Shawn se acercó hacía un pequeño botón de color verde y lo estripó, haciéndo qué el carrusel diera vueltas en formas circulares. Cómo lo hacen en cualquier tipo de feria.

La escopeta qué se encontraba apuntando hacía arriba bajó automáticamente hasta quedar en el medio, apuntando hacía las personas qué se encontraban enfrente de esta.

Todos comenzaron a gritar, incluyéndome a mí.

Estaba en las manos de Shawn asesinar a la persona qué él quisiera.

––¡No, por favor! ––Gritó una chica rubia, mientras el carrusel seguía moviéndose en forma de circunferencia.

Cuatro luces se encendieron, alumbrando aquél horrible y oscuro lugar.

––¿Quién será el chico o la chica qué conocerá a mí padre primero? ––Articuló Shawn, soltando una pequeña risa maliciosa.

Al lado de la escopeta se encontraba el mango de una palanca, por lo cuál Shawn decidió tomarlo, y comenzar a girarlo en formas circulares. Cómo las cajas qué les regalan a los niños con una especie de payaso dentro.

Siguió girandolo, y seguidamente lo soltó, por lo cuál aquella palanca retrocedió todo lo qué él le había girado, y una bala salió disparada de la boquilla de aquella escopeta. Volandole la cabeza al chico qué estaba a mí lado.

Todos los pedazos de su cráneo y cerebro salieron volando, y salpiraron en los rostros de las personas qué se encontraban cerca del difunto chico.

Sobraba un hombre y tres chicas, contándome a mí.

Varios gritos se escaparon de mi garganta, mientras lágrimas salían desenfrenadamente de mis ojos.

––¡Suéltame!, ¡Malditasea! ––Masculló el único chico qué se encontraba en el carrusel.

Traté de regularizar mi respiración, al notar qué Shawn volvió a girar aquella palanca, por lo cuál volvió a soltarla, haciéndo qué esta girara nuevamente hacía el lado opuesto.

Al llegar a su fin, la escopeta disparó una de sus largas balas y la incrustró en el pecho le la rubia.

Charcos de sangre salían de la boca de ésta, provocando el grito de todos, y la risa macabra de Shawn.

––¿Alguien más quiere acompañar a estos dos chicos? ––Preguntó, y varias voces salieron de su boca.

Tenía miedo de qué una de esas personas fuese yo. Estuve tan cerca de sentir esa bala traspasando todos mis órganos, hasta el punto de quitarme la vida. Estaba viviendo exactamente en una película de terror en la que no podría salir sí no es estando muerta.

Sólo quedábamos tres sobrevivientes, las esperanzas de salir con vida de este lugar, para nosotros era completamente estúpido.

Todos temíamos de qué la siguiente bala fuese para nosotros, por lo cuál las únicas personas qué se encontraban en aquél juego suplicaran nuevamente por sus vidas.

Shawn disfrutaba apreciando aquellas escenas macabras qué estábamos viviendo. Nuestras súplicas, gritos, o llantos eran cómo música para sus oídos.

Quedé enfrente de Shawn, al igual qué la escopeta qué apuntaba hacía mi cabeza.

Observé cómo él abrió su boca para protestar alguna palabra;

––El siguente qué morirá, es..

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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora