Capítulo 15

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-Narra Seis-

[Flash Back - El accidente]

Iba corriendo a toda velocidad mientras la adrenalina viajaba por todo mi cuerpo. Mis rápidas zancadas resonaban en el callejón. Taylor McGyfree y su grupo de idiotas me perseguían de cerca. Diablos, se había merecido la golpiza que le di el año pasado en aquella fiesta. No sé por qué decidió vengarse hasta ahora. Creí que ya lo había olvidado. Su nariz nunca quedó igual, pero ya casi no se le notaba ninguna cicatriz.

-¡No huyas cobarde! -gritó haciendo su voz resonar. El tono era vacilante, como si estuviera ebrio. La calle estaba vacía, y ellos se acercaban cada vez más.

Traía un arma, escuché que la consiguió la semana pasada, pero no creí que fuera cierto. Si no fuera por eso, lo habría golpeado otra vez. Intenté acelerar el paso, pero entonces, escuché una voz familiar a la distancia.

-¡No le hagan daño! -Lily gritó asustada-. ¡Taylor déjalo en paz!

Le había dicho que no me siguiera. Maldita sea. Es que nunca me hace caso. No debería de estar aquí, puedo escapar de esta yo sólo.

Di vuelta en la esquina sin detenerme y mis pies derraparon un poco contra la acera. Estábamos cerca del depósito de autos abandonado. Estaba a una cuadra de aquí, pero ya me faltaba el aire. Jadeaba desesperadamente y volteaba de vez en cuando hacia atrás para ver qué tan lejos estaban de mí. Nos separaba una distancia de prácticamente 10 metros.

En frente ya estaba la reja oxidada del lugar abandonado. En cuanto me acerqué la salté colocando mi pie en el candado, escalé torpemente y brinqué al otro lado. Pude escuchar cómo se reían de mí al haber caído en seco de espaldas, pero no presté atención, enseguida me incorporé y seguí corriendo.

-¡Vuelve acá Styles! -gritó Johnny O'Donell.

-Tú vete de aquí Lily -Taylor dijo burlón.

-¡Ya déjenlo! -contestó mi hermana con la voz temblorosa.

Mientras me alejaba podía escuchar cómo forjaban la reja para abrirla. El metálico sonido de la cadena cayendo contra el piso hizo eco en todo el lugar. La fría oscuridad de la noche no era nada favorable, pues no había suficiente iluminación en el lugar.

Tenía que ocultarme. Entré en una puerta abierta que parecía ser un pequeño almacén. Apestaba a combustible, y estaba lleno de tanques metálicos oxidados. Mis torpes pasos me hacían tropezar con los objetos tirados en el suelo, ya que estaba más oscuro allí adentro que afuera.

Se estaban acercando, escuchaba sus voces y sus pisadas. Para ocultarme me agaché detrás de unos tanques amontonados. Y en eso, mi pulso incrementó repentinamente cuando oí a alguien entrar.

-Hey Harry -Taylor canturreó burlón-. Sé que estás aquí.

Carajo, me iban a atrapar, otros se acercaron detrás de él murmurando cosas y escuchaba igual los leves quejidos de Lily. Tenía los ojos abiertos como platos e intentaba no hacer el más mínimo ruido, incluso guardaba la respiración.

-Está bien -volvió a decir, y a pesar de no poder verlo, sabía que tenía una estúpida sonrisa en la cara-. Como tú no quieres conocer a mi nuevo amigo... vamos a presentárselo a Lily.

Mierda no, su nuevo amigo era el arma. Me puse de pie con brusquedad y accidentalmente moví uno de los grandes contenedores, haciendo que se cayera. Éste provocó un ruido hueco, pues estaba vacío.

-Ni lo pienses -gruñí.

-Con que aquí estabas -me habló divertido-. ¡Oigan todos, se estaba escondiendo!

Damned ∙ libro unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora