Capítulo 41

2K 112 47
                                    

–Narra Seis–

   Teníamos que llegar rápido. Sólo necesito descansar un poco, lejos de todo, sabiendo que Alissa estará bien, y justo ahora soy el único que puede encargarse de eso. Alguien quiere hacerle daño, y voy a descubrir quién es. Estaba furioso, pero trataba de contenerme para que no se notase tanto.

   –¿A dónde vamos? –ella preguntó después de un rato dirigiéndome la mirada. Yo sólo la observé por el rabillo del ojo concentrándome más en el camino.

   –No hagas preguntas –repuse con sequedad. No había tiempo de darle ninguna explicación.

   –Necesito saberlo, no tengo la menor idea de qué está sucediendo –habló en forma de queja haciéndome rodar los ojos.

   –No lo puedes saber.

   –¿Por qué no?

   –Porque no –mi tono de voz se elevaba cada vez más. Alissa es la persona más insistente cuando se lo propone, ¿Pero qué rayos se supone que le diría? ¿Que alguien quiere matarla? Eso va a alterarla demasiado, quiere fingir que es capaz de manejar todo esto, pero yo sé que no puede.

   Ella bufó ruidosamente y me dedicó un gesto de pocos amigos.

   –No me mires así –clamé con seriedad.

   –¿Ahora tampoco te puedo mirar? –cuestionó soltando una ligera risa sarcástica.

   –Sólo quédate callada hasta que lleguemos –mascullé tratando de acortar la discusión. Di la vuelta en una avenida para después parar en un semáforo.

   –Deja de darme tantas órdenes, no sé cómo funciona el término de “estar saliendo” para ti, pero según yo eso no te da ningún derecho de mandarme como si fuera una muñeca –Alissa dijo con claro enojo en la voz. Abrí la boca para responderle pero en ese momento algo más capturó mi atención. Por el espejo retrovisor noté un audi rojo escarlata justo detrás de nosotros. Los vidrios estaban polarizados así que no me permitía ver el interior.

   No todo auto rojo existente en el mundo es un East Avenged, lo sé, pero éste en especial me parecía sospechoso. El semáforo cambió a verde y avancé pisando el pedal con brusquedad.

   –Hey Bruce, échale un vistazo a ese audi –indiqué aumentando la velocidad para pasar una camioneta que estorbaba enfrente. Bruce giró el rostro con discreción y le clavó la vista.

   –¿Cuál auto? –Alissa inquirió en voz baja girándose igual.

   –Ninguno –contesté al instante para recibir una mueca por parte suya.

   Seguí conduciendo mientras el silencio se apoderaba de la atmósfera, cuando después de un par de minutos Bruce habló con toda su concentración en aquel auto.

   –Desvíate –dijo casi en un murmuro y así lo hice, di la vuelta en la próxima calle sin disminuir la velocidad.

   –Seis… creo que nos están siguiendo –él volvió a hablar ahora en un tono más preocupado.

   Carajo.

   Miré por el retrovisor y divisé el vehículo aún cercano al nuestro. Ahora era seguro, se trataba de un Avenged.

   –¿Qué cosa? –Alissa cuestionó palideciendo de pronto. Lo que faltaba, ¿Ahora qué voy a decirle? Primero tenía que sacarnos de ésta, pero después ¿qué me iba a inventar?

   Comencé a maniobrar entre las estrechas calles de algún barrio hasta que luego salí otra vez en la avenida principal, pero el auto seguía tras nosotros. Aumenté la velocidad aún más y rebasé cada vehículo que se interponía.

Damned ∙ libro unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora