Capítulo 57

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–Narra Alissa–

   Crucé el estacionamiento de Balboa Highschool corriendo a toda velocidad. El cielo se estaba viniendo abajo. El timbre de salida resonó a lo lejos y me apresuré para evitar cualquier clase de encuentro con Simon. No tenía idea de cómo iba a llegar a casa, y fue en ese momento cuando la rabia comenzó a invadir mi interior.

   Maldito examen de manejo que reprobé, y maldito Lucas que dios sabrá dónde está. Me acerqué a un árbol que estaba junto a la salida de vehículos para refugiarme de la lluvia mientras pensaba en alguna alternativa, aunque ya estaba de por sí empapada.

   Miré a todas partes como si una respuesta fuese a aparecerse frente a mí. Los estudiantes comenzaban a salir en numerosos grupos y se dirigían rápidamente a sus vehículos… otros a la cafetería que está en frente, tratando de cubrirse de la lluvia con sus chaquetas, y yo seguía aquí parada sin ninguna solución aparente.

   Saqué el móvil del bolsillo de mis jeans y llamé a Luke cruzando los dedos por que me contestase, pero después de cinco tonos me envió al buzón.

   –Es Lucas… estoy ocupado, o tal vez sólo no quise contestar… en fin, deja tu mensaje.

   –¡Ugh! Lucas voy a matarte –escupí entre dientes y colgué.

   Le llamé otras tres veces mientras caminaba de un lado a otro con inquietud, pero no contestó. Entonces, cuando iba a hacer la cuarta llamada sentí esa familiar sensación de ser observada desde la lejanía, lo que me hizo alzar la mirada enseguida.

   A lo lejos noté un chico de pie junto a los del equipo de fútbol; quienes jugaban a atrapar el balón estorbando el paso en la entrada, él me observaba atento, y no logré reconocerlo hasta que comenzó a caminar en dirección a su vehículo aparcado en el lugar de siempre. Era Jason.

   No he hablado con él desde el incidente con Seis, y tampoco tenía planeado hacerlo, mas no le quité la vista de encima. Encendió su auto y arrancó moviéndose con precaución de fila en fila hasta salir a la última que guiaba directo a donde estaba yo.

   Estaba acercándose a mí, podía presentir que esas eran sus intenciones. El vehículo avanzó en línea recta con lentitud y justo antes de girar hacia la salida, se detuvo. Cuando la ventanilla había quedado exactamente a mi atura, comenzó a bajarla.

   –¿Qué estás haciendo allí parada? –preguntó agachando la cabeza para poder verme mejor. Antes de que Lucas tuviera su licencia, él solía llevarme a casa. Mentiría si dijese que no extrañaba esos días cuando todo estaba bien. Pero ahora, incluso estando a un metro de distancia, lo sentía más distante que nunca.

   –Ya sabes, me gusta mojarme en la lluvia –contesté con sarcasmo.

   El agua caía cada vez más fuerte y el cielo estaba completamente nublado. Era evidente que seguiría lloviendo el resto del día. Traté de cubrirme con el suéter que llevaba puesto, pero era tan delgado que se había empapado en agua desde hace ya un rato.

Damned ∙ libro unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora