-Narra Seis-
Alissa se paseaba por todo el lugar curioseando con aburrimiento, mientras que yo la observaba desde el sillón junto a Bruce. Ordenamos una pizza y estaba tardando demasiado.
-Ella es muy curiosa ¿cierto? -Bruce preguntó en un susurro mirándola divertido. Alissa estaba frente a un librero observando cada uno de los cuadros y ornamentos en éste.
-No tienes idea -contesté irónicamente. En escala de uno al diez, ella era mil, pero me resultaba de hecho algo gracioso.
-De verdad te gusta -sonrió insinuante.
-Quizá sólo es temporal -repuse inexpresivo. No iba a admitirlo por más real que fuese.
-Ay vamos, Seis... si yo te contesto como ella lo hace, me metes un golpe. Sinceramente jamás vi a alguien que te hablara así.
-¿Así como?
-No sé, como si fueras importante para ella. Te toma en cuenta Seis, te toma muy en cuenta. Y te puede gritar sin que te enojes, porque de verdad la quieres.
Lo que decía era verdad. Me quedé callado y lo miré ceñudo sintiendo una extraña sensación en el interior. No era enojo, ni nerviosismo, ni tampoco disgusto. No era nada malo, y ese era el punto, eso es lo que ella provocaba. Provocaba las pocas cosas buenas que restaban de mí.
-Ella es diferente -musité tomando esa afirmación como la respuesta a todo. Ese es el motivo por el que llama tanto mi atención. Porque es diferente. Se queja cuando le doy órdenes, pero sé que no está enojada. Me mira como si estuviera loco, pero termina riéndose. Y su tacto es cálido y gentil, como si sintiera la necesidad de tener cuidado hasta cuando abraza a los demás.
-Pues sí. Es muy diferente a todas las putas con las que te has acostado, eso es seguro -Bruce enfatizó con humor lo que acababa de decir, para luego recibir un gesto reprobatorio de mi parte.
-Es broma -murmuró al cabo de unos segundos, dejando escapar una leve risa casi indistinguible.
Alissa se había pasado al otro lado del lugar, y ahora se encontraba en la cocina tarareando alguna canción mientras tamborileaba la mesa con sus finos dedos.
-Sabes... -Bruce comenzó cambiando por completo el tono de voz, ahora tomando una postura más firme-. Roland odia que te preocupes tanto por ella. Dice que te distrae mucho.
-Roland puede irse al carajo -contesté encogiéndome de hombros, y en ese momento la bocina de recepción que está junto a la puerta hizo un ruido chillante para que después alguien comenzara a hablar.
-Un repartidor de pizza está en la entrada -la voz anunció desde la otra línea.
-Alissa, dile que lo deje subir -Bruce pidió al momento en que se ponía de pie. Ella caminó hasta dicha bocina y apretó un botón para enseguida hablar.
-Déjelo subir... por favor.
Bruce sonrió volteándome a ver y caminó hasta la cocina.
-Ésta chica tiene modales -vociferó para luego dirigirse especialmente a ella-. Quizá puedas enseñarle a Seis un par de cosas.
Rodé los ojos poniéndome de pie para sacar mi billetera. Me aproximé a la cocina tomando dos billetes y me senté sobre el taburete de la despensa.
-Éste es para que pagues la pizza -dije sosteniendo el efectivo entre el dedo índice y medio, Bruce lo tomó una vez que se había acercado a mí-. Y éste otro es para que cierres la boca -le di el segundo; con una sarcástica sonrisa pintada en el rostro, el cual él arrebató haciendo una mueca.
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Damned ∙ libro uno
FanficDamned es una trilogía que narra la dura vida de un criminal apodado "Seis" quien oculta secretos y carga el peso de un pasado oscuro que lo atormenta cada día. Cuando por error se topa con Alissa, una chica quien no sabe lo que es un verdadero prob...