No te alejes

"Un vestido maravilloso para una situacion terrible"

- Me estas diciendo que nadie puede faltar a ese maldito baile, que en otras palabras seria todas las mujeres estamos obligadas a aceptar un posible secuestro y seguramente violación – dije exaltada, todo esto era indignante.

- En pocas palabras si – dijo Luci.

- ¡Luci! – la reprendió Cassandra – Siempre ves todos por el lado negativo.

- ¡Como se supone que esto tiene un lado positivo! – no era una pregunta.

- Tal vez no se la lleven, mantendremos un perfil bajo toda la noche y cuando ellos lleguen podríamos intentar ocultarla – la voz de Cassandra se notaba esperanzada pero su mirada era de pena.

- Sabes muy bien que eso no funcionara Cassi – Luci se acerco a Cassandra y la consoló cuando esta rompió en llanto.

- ¿Estoy en peligro de ser secuestrada y forzada? – hasta este momento estaba en un estado de completa negación, pero ya no podía ignorarlo mas, había una gran posibilidad de que ni siquiera entrara a la universidad.

- Yo... lo siento... tanto... nunca debí decirle a tu mamá... para que vivieras conmigo – dijo Cassandra con dificultad debido al llanto.

- Esto no es tu culpa Cassi, tú me diste la oportunidad de poder salir de mi país e intentar progresar en otro, tal vez ni me noten solo soy una niña, que iban a querer de mi.

    Si de algo estaba segura era que todo esto no era culpa ni de Cassandra ni de Lucia, albergaba un poco de esperanza en que de verdad no me notaran, soy totalmente corriente; mido un metro setenta, no soy agraciada por la parte de atrás pero al menos tengo bastante en la de al frente, soy morena pero no como esas chicas que son blancas como la nieve y solo porque tienen el cabello castaño se dicen morenas yo de verdad soy morena, mi cabello castaño casi negro igual que mis ojos y mi piel tostada, el prototipo de una latina normal.

- Sera mejor que duermas Lotte, ya es tarde – Luci y Cassandra se despidieron y cuando me quede sola en la obscuridad de mi habitación no pude evitar revisar la última gaveta de mi mesita de noche.

    Metí la mano hasta el fondo y suspiré aliviada cuando sentí el potecito, rápidamente la abrí y me tomé unas cuantas pastillas. Sabía que no debía hacer esto pero no quería que la ansiedad me consumiera, volví a guardarlo asegurándome que no fuera fácil de encontrar.

    Di un vistazo por la ventana mientras un escalofrió me recorrió el cuerpo cuando me di cuenta de que mi vida podría dar otro gran cambio en poco tiempo, un cambio que jamás me habría esperado.

    Y no sé si estaba lista para enfrentarlo.