"La bestia y la gatita"

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    De pronto el lobo se da la vuelta y se va hacia afuera del salón, sentí una extraña sensación de anhelo al momento de su ida ¡¿Pero qué mierda me pasa?! Él es el líder de las bestias, debería estar corriendo

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    De pronto el lobo se da la vuelta y se va hacia afuera del salón, sentí una extraña sensación de anhelo al momento de su ida ¡¿Pero qué mierda me pasa?! Él es el líder de las bestias, debería estar corriendo.

    Y como si ese pensamiento activara algo en mi, me puse a correr como si de eso dependiera mi vida porque así era, apenas había abierto la puerta del baño de damas cuando siento que me estrellan contra la pared.

- ¿De verdad creíste que podías escapar de mi? – susurro una voz ronca y varonil en mi oído, no podía verle la cara ya que estaba de frente a la pared pero podía asegurar que era el mismo lobo de antes.

- ¡Suéltame bestia asquerosa! – lanzó un gruñido dando a entender que no le había gustado mi comentario.

    El me mantenía apretada a la pared pero tenía mis manos libres así que en un intento de librarme de su agarre le rasguñe el brazo, le había sacado un poquito de sangre jamás en mi vida he rasguñado a alguien con tanta fuerza, el gruño bajo por la picazón.

    En ese momento vi algo imposible, donde estaba el rasguño se fue cerrando poco a poco dejando solo unas manchitas de sangre donde antes estaba mi intento de escape, solté un jadeo de asombro.

- Con que tengo una gatita como mate – susurro en mi oído, tengo que admitirlo si estuviéramos en otra situación eso fuera sido malditamente sexy.

    Oh mierda a quien engaño, eso fue malditamente sexy.

- ¿Qué es mate?

- Dicen que la curiosidad mato al gato.

- No soy un maldito gato, deja de llamarme así.

    Con una rapidez increíble me volteo quedando cara a cara, o mejor dicho cara a pecho ya que el era mucho más alto que yo, el se inclino dejando su cara en mi cuello impidiéndome así verlo, ¿Acaso esta otra vez oliendo mi cuello? ¿Tiene un fetiche con mi olor?

    Cuando dejo olerme se alejo de mi cuello y por fin pude verlo, era tremendamente hermoso, sus facciones eran marcadas y duras como un verdadero macho, tenía el cabello negro e igual como su versión lobuna tenía unos raros mechones plateados y esos ojos, oh por dios sus ojos igual de verdes intensos.

    ¿Cómo se supone que lo aleje? Se que era una bestia, pero era una bestia jodidamente irresistible.

- Yo puedo decirte como se me dé la gana, tu eres mia – dijo duramente.

- No soy un objeto para tener dueño, y menos si es de una bestia como tu – dije con total desagrado.

- Oh gatita, tu aun no has conocido a la bestia – dijo con una sonrisa cínica – Ahora tenemos que irnos.

- ¡Yo no me iré contigo a ningún lado!

    Pensé que cuando me rehusara a irme con el seguro me forzaría o cualquier cosa pero lo único que hizo fue verme como si fuera la cosa más divertida que había visto en toda su vida.

No te alejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora