No sé durante cuánto tiempo he estado aquí agachada, mis piernas están dormidas y ya no me quedan lagrimas que llorar.
Estoy asustada, no puedo escuchar nada de lo que ocurre afuera del despacho así que llegue a la conclusión de que este lugar estaba insonorizado, era eso o que ya toda pelea había acabado y Zac seguramente estaba herido o muerto para no venir a buscarme.
Y me negaba rotundamente a pensar en Zac muerto, durante estas horas para evitar pensar en esto mi mente ha hecho un repaso de todo lo que se sobre los hombres lobos.
Cuando estaba más pequeña me encantaba leer estas historias sobre vampiros y hombres lobos, y lo curioso era que en cada una de estas historias la bestia malvada siempre era el hombre lobo, sin importar que los dos eran seres sobrenaturales el estereotipo del licántropo siempre era el malo.
Era una niña y me fue inevitable no caer rendida siempre ante el vampiro en las historias, pero ahora estaba cayendo rendida ante el hombre lobo en la vida real.
Zac no se ha comportado de la mejor manera conmigo, ¡Por dios me secuestro y me chantajeo! Pero por alguna razón yo podía ver tras esas horribles acciones.
Si él no me fuera secuestrado jamás hubiera venido con él, tal vez hasta ya me fuera escapado o al menos intentado si Cassandra y Luci no estuvieran aquí, yo podía ver al hombre asustado por perderme y herido cada vez que lo rechazaba.
Sus ojos me decían todo, esos hermosos ojos verdes me expresaban todos y cada uno de sus sentimientos.
Las puertas del despacho fueron abruptamente abiertas haciendo que me sobresaltara por el susto, no sabía si era Zac así que me quede en mi lugar mientras tapaba mi boca con mis manos para evitar que los sollozos salieran.
- Gatita – un llamado estrangulado lleno de dolor y angustia se escucho por toda la habitación.
Salí rápidamente de mi escondite y corrí hacia donde provenía la voz.
- ¡Zac! – grite mientras lo abrazaba, el me estrecho entre sus brazos fuertemente.
- Mi gatita – susurro, solloce y lo apreté un poco mas causando que el soltara un gemido de dolor.
Rápidamente me separe de él y note que mi camisa estaba llena de sangre, pero la sangre no era mía, pertenecía a Zac, este no tenía camisa y eso me dejaba ver todos esos rasguños que tenia por todo su cuerpo.
Di un grito horrorizado mientras lo veía, Zac se veía débil por la pérdida de sangre y cansado seguramente por la pelea.
- ¡Oh por dios! – inmediatamente lo lleve al sofá a pesar de sus quejas y reproches de que estaba bien - ¡Puedes callarte, se nota que no estás bien!
- Cálmate – dijo débilmente – Estoy bien ahora que se que estas a salvo.
- Acaso no te dijeron que a una mujer nunca se le dice cálmate.
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No te alejes
Werewolf¿Seguirá proclamando amarme cuando conozca toda mi verdad? ¿Podré amarlo a pesar de toda su verdad? ---------------------------------------------------------------------------------- Esta es mi primera historia asi que por favor perdonen los errores...