"La bestia que encerró a mi familia"

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     A pasado una semana desde mi conversación con Ann

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     A pasado una semana desde mi conversación con Ann.

     Cada día intento convencerme internamente de la decisión que tome, pero cada vez es más difícil. Cada mañana que me despierto en los brazos de Zac, cada beso, caricia o abrazo que nos damos, cada risa y gruñido, los momentos de alegría y enfado. Todo eso me hace cuestionar mi decisión.

     Ann me ha dicho que no es nada malo si decido quedarme, pero no puedo pensar igual que ella. Algo dentro de mí me dice que debo mantener mi lealtad a mí misma, sé que soy terca, pero no estoy dispuesta a cambiar.

     Durante toda la semana he intentado convencer a Zac que libere a Cassandra y Luci, pero así como yo soy terca él lo es tres veces más. Mi plan de escape consiste en cosas esenciales:

· Liberar a Cassandra y Luci, y ponerlas a salvo.

· Conseguir empacar mi ropa (no la que me compro Zac, sino la que tengo en la casa de Bibury), tampoco soy tan perra como para llevarme toda esa ropa costosa.

· Asegurarme de que Zac no se entere de cuál es la universidad a la que voy, que eso sería básicamente lograr que tanto Ann, Cassandra y Luci mantenga su boca cerrada.

· Esperar hasta conseguir un momento donde Zac este tan ocupado o distraído que me dé la oportunidad perfecta de irme de este pueblo en medio de la maldita nada.

     El papel de Ann en todo esto será que primordialmente ella deberá ayudarme a conseguir mi ruta de escape, ya que ella tiene la total confianza de Anton le será fácil conseguir algún auto donde me llevara hasta Bibury (ya que no se conducir) y desde ahí yo seguiré sola.

     También planeamos que después de liberar a Cassandra y Luci, ellas serian las que empacaran toda mi ropa para que cuando Ann me dejara en el pueblo solo tuviera que agarrar mis maletas e irme a la ciudad.

     En este plan lo esencial es el tiempo, los hombres lobo tiene velocidad sobrehumana, por eso necesito una distracción para Zac, aprovechare cada minuto, rasguñare cada segundo hasta estar libre y a salvo en mi dormitorio de la universidad.

- Si no consigues que Zac libere a Cassandra y Luci el plan se irá al carajo – dijo Ann mientras ojeaba su revista Cosmopolitan desinteresadamente.

     Nos encontrábamos en la salita del segundo piso de la biblioteca, ese se había convertido en nuestro lugar, nadie en la mansión venia a molestarnos, hasta Zac y Anton nos daban privacidad en este lugar.

- Lo sé, mierda claro que lo se – exclame frustrada – Pero Zac siempre esquiva o ignora el tema cuando lo saco.

- Pues no te ves muy molesta con él por eso.

- ¿A qué te refieres? – ella deja la revista de lado y me miro.

- Hoy en el desayuno cuando se despidió de ti casi te come delante de todos – me sonroje – Y debo decir que no te veías para nada fastidiada o siquiera asqueada – se burlo.

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