"Necesito mi medicina"

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    ¿Cómo quede en esta posición?

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    ¿Cómo quede en esta posición?

    ¿A dónde está mi muralla de almohadas?

    ¿Por qué aun no me he movido?

    Cuando desperté hace unos cinco minutos lo primero que sentí fue que mi espalda estaba pegada al pecho de Zac, luego me di cuenta de su brazo rodeando mi cintura y sus piernas enredadas con las mías, en pocas palabras: estoy en posición cucharita con la bestia.

    No sé si será porque aún estoy en modo zombie pero me gusta estar así con el, una parte de mi le gusta la atención que recibo de él pero la otra sabe que eso cambiara cuando él se entere de la verdad.

    Así que no me queda de otra que ser una bruja espantosa con él hasta que se canse de mi y pueda irme.

    Necesitaba ir al baño urgentemente, intente salir con cuidado del manojo de piernas y manos que nos habíamos convertido en algún momento de la noche pero me fue imposible ya que cada vez que intentaba salir Zac apretaba mas su agarre.

- ¡Quitate! – le grite en todo el oído.

- ¡Porque mierda me gritas! – él estaba notablemente molesto por mi adorable forma de despertarlo.

- ¡No te quiero cerca de mi! ¡¿Acaso no entiendes?! ¡Me das asco!

    De pronto el me tenia agarrada del cuello y esta encima de mi, no me asfixiaba pero ejercía la suficiente presión para saber que el tenia el control.

    En sus ojos flameaba la ira, tenía miedo pero ya había entrado en la crisis y ya no podía detenerme.

- ¡Suéltame! ¡No quiero que me toques más! – intentaba zafarme de su agarre pero era inútil.

- ¡Callate! – gruño - ¡¿Qué mierda te sucede?!

- ¡Nada! – si sabía que tenia pero nunca se lo diría - ¡Solo te quiero lejos de mi!

- Escúchame bien gatita – gruño lentamente – Nunca ¡Nunca! Te alejaras de mi, eres mia toda tu me pertenece y si tengo que enseñártelo a las malas eso hare, ¡Francisco!

    Uno de los mastodontes que vigilan la puerta entro inmediatamente, supuse que ese seria Francisco.

- Si alfa – parecía un militar o algo así.

- Quiero que avises que hoy no le van a dar nada de comida o bebida a las prisioneras Cassandra y Lucia.

- Como usted mande alfa – y seguido de eso se fue.

    En ningún momento Zac aparto la mirada de mi, estaba molesto pero tenia cara de suficiencia cuando vio en mis ojos seguramente el terror.

- Te dije que tus actos tenían consecuencias gatita – dijo maliciosamente.

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