Gemí sin poder evitarlo al sentir como me mordía suavemente el cuello, él gruño en respuesta. Me sobresalte un poco al sentir como me recostaba en la cama de la habitación, ahora esta no se sentía grande y fría ya que todo lo que sentía era el gran y caliente cuerpo de Zac.
- No sabes cuánto me pones gatita – hablo roncamente en mi oído.
Si lo sabía, podía sentir toda la gran longitud de el restregándose en mi muslo. Estaba duro, estaba jodidamente duro.
Zac empezó a mecerse contra mí simulando los movimientos de una embestida, gemí largamente por el placer que me provocaba. Lo agarre del cuello y estampe mis labios contra los suyos en un beso hambriento que él respondió gustosamente.
- Zac... - gimoteé.
- Dime gatita – su voz ronca casi me hizo sacar otro gemido – Dime que es lo que quieres.
- Yo... necesito... - no podía poner mis palabras en orden – quiero... quiero más... por favor
Sentí como una de sus manos desabrochaba mi pantalón y lo siguiente que supe en que tenía uno de sus dedos dentro de mí, grite por la sorpresiva pero satisfactoria sensación.
- ¿Esto nena?, ¿esto es lo que quieres? – empezó a mover su dedo de adentro hacia afuera rápidamente.
- ¡Oh Dios si! – exclame.
- No gatita, Dios no – lamio el lóbulo de mí oído – Bestia, tu bestia.
Me estremecí sin saber si era porque había usado el apodo que yo le había puesto cuando lo conocí de una manera tan sexy o porque había mordido mi lóbulo levemente.
Pase mis manos de su cuello hacia el primer botón de su camisa para empezar a desabrocharlo, seguí con el siguiente y con el siguiente hasta que no quedara ningún botón por desabrochar.
Mis manos viajaron bajo la camisa recién abierta y aprecié el duro pecho del que por esta noche seria mi hombre, todo era musculo puro, sin grasa ni flacidez. Sentí cada una de sus cuadritos y rasguñe un poco causando un ronco gemido por parte de Zac.
Movió su dedo más rápido dentro de mí, deslice su camisa por los hombros y él se separo un segundo mientras terminaba de quitársela, al sentir como metía un segundo dedo dentro de mi rasguñe su espalda mientras gimoteaba.
- ¡Aaah! – chille – Zac... necesito que... tienes... tienes que saber...
- ¿Qué gatita? – desacelero sus movimientos - ¿Quieres que pare?
Al escuchar esa pregunta caí en cuenta en lo que estábamos a punto de hacer, iba a tener sexo con Zac Brooks, mi secuestrador, mi bestia; y lo peor de todo era que quería hacerlo, quería seguir con esto y quería que él fuera mi primera vez.
- No, no es eso – me encontré con su intensa mirada y rápidamente desvié la mía sonrojada – Es que...
Me parecía ridícula la oleada de pena que me embargo de repente, joder el hombre tenía dos dedos dentro de mi vagina y yo no encontraba la forma de decirle que era virgen.
- Lo sé cariño – lo mire – Si no estás lista podemos parar, solo tienes que decirlo.
- Si quiero hacerlo – le asegure – Pero no sé cómo, y no quiero arruinarlo – murmure.
- Escúchame bien, Charlotte – uso su voz de alfa – Tu nunca podrías arruinarlo, no importa lo que hicieras o lo inexperta que fueras no hay manera de que lo arruines, solo déjate llevar y listo.
- Está bien – lo bese – Quiero que seas el primero, Zac.
- Y yo quiero serlo – me beso – Pero también quiero ser el último.
No respondí nada y solo le seguí el beso, deje de lado mis planes de escapar, deje de lado el hecho de que él no era un humano, deje de lado todo lo que nos impedía estar juntos y solo me deje llevar.
Desvíe mis besos hacia su mandíbula y después hacia su cuello donde empecé a chupar y morder levemente, el solo gruñía y respiraba profundamente. Cuando termine mi objetivo me aleje de su cuello y reí.
- Acaso acabas de hacerme un chupón – no sonó como una pregunta – Así que mi gatita se puso juguetona.
- Tengo que marcar lo que es mío – replique seductoramente.
- Pues tengo derecho a hacer lo mismo.
Empezó a chupar mi cuello y morderlo un poco brusco pero igual de placentero, sabía que el chupón que me estaba haciendo quedaría mucho más visible y duradero del que yo le había hecho a él pero no me importaba en lo más mínimo.
Me quite mi chamarra de cuadros rápidamente y el bajo mis pantalones dejándome solo con el top de la camisa y mis bragas, agradecía en ese momento no tener mis botas por mi costumbre a andar descalza todo el tiempo, recorrí su abdomen con mis uñas hasta llegar a los botones de su pantalón los desabroche un poco torpemente y baje el sierre lentamente asegurándome de rozar a su amiguito en cada movimiento.
Él aguanto la respiración durante todo el proceso, después me ayudo a terminar de quitarse el pantalón junto con sus zapatos y medias, quedando así solo en interior.
Nos giramos dejándome a mí encima de él con mis piernas a cada lado de su cintura, me quite el top rojo y quede con mi ropa interior a juego de color gris, no era la más sexy pero era decente.
Después de unos besos y más caricias Zac me quito el sostén y empezó a divertirse con mis senos, me volteo dejándome debajo de él y siguió lamiendo y chupando mí seno derecho mientras estimulaba el otro con su mano. Se alternaba entre los dos pero nunca dejaba uno sin provocar.
Yo solo podía gemir y jalarle del cabello, jamás en toda mi vida había sentido tanto placer como ahora y lo único que hacía era gemir como estrella porno, intente acallarlos un poco mordiendo mi labio inferior.
- No te restringas – dijo Zac severamente – Quiero oír como gimes por mí, como gritas mi nombre.
- ¡Zac! – chille al sentir como metía dos dedos de repente dentro de mí.
- Necesito estimularte para que después no te duela tanto.
Lo único que podía asegurar en ese momento es que sabía que esta noche apenas era que comenzaba y que seguramente mañana amanecería adolorida.
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No te alejes
Werewolf¿Seguirá proclamando amarme cuando conozca toda mi verdad? ¿Podré amarlo a pesar de toda su verdad? ---------------------------------------------------------------------------------- Esta es mi primera historia asi que por favor perdonen los errores...