Pase el resto del día en la habitación, pero no por voluntad propia ¡La bestia me había encerrado! Me traían la comida y volvían a cerrar la puerta al instante sin importar cuantas veces gritara, amenazara o intentara chantajear a los mastodontes fuera de la puerta, no la abrieron.
Estaba nerviosa, no quería volver a ver a Zac, no sabía porque le había devuelto el beso pero si sabía que quería que lo hiciera otra vez.
Admito que fui un poco cruel con el pero era en defensa propia, no puedo estar con un hombre lobo que me secuestro a mí y a mi casi familia, lo que falta es que desarrolle el síndrome de Estocolmo que ridiculez tan grande.
Veo la hora y son las 4:00pm, voy hacia la puerta donde Zac había salido solo con la toalla y sin duda ese era el baño ¡pero que baño!
Este era del tamaño de una habitación promedio, había una pared cubierta completamente de un espejo, tenía dos lavamanos, una enorme tina y una ducha. También había unos estantes donde estaban las toallas, sales de baño y todas esas cosas, pero ¿Dónde estaba el inodoro?
Camine hacia una puerta de madera que había en el baño y la abrí, adentro estaba el inodoro con papel y ¡¿Un plasma?! ¡¿Quién necesita un maldito plasma cuando hace sus necesidades?! Vuelvo a cerrar la puerta y voy hacia la ducha quitándome solamente la lencería ya que la bestia de Zac me había dañado el vestido.
Me doy un baño y cuando salgo caigo en cuenta de que no tengo ropa, me seco y me enrollo en una toalla, salgo del baño y voy hacia a otra puerta de la habitación, cuando abrí la puerta me encuentro con un vestidor, toda la ropa era de hombre pero lo raro era que solo la mitad del vestidor estaba lleno la otra mitad estaba completamente vacío.
Busco en las gavetas hasta encontrar un interior de Zac y me lo pongo, justo cuando termino de ponérmelo mis ojos se dirigen hasta un suéter blanco con capucha y en la parte de atrás tenia la palabra Brooks escrita, decido usarlo.
El suéter me quedaba como un vestido, me daba tres dedos arriba de la rodilla y me encantaba siempre me había gustado vestir suéteres anchos cuando estoy en casa, creo que ya encontré mi suéter favorito pobre de Zac porque no se lo devolveré.
Me despierto cuando escucho que abren la puerta de la habitación pero aun así no abro los ojos, sé que es Zac no se como pero lo siento es como si una parte de mi secretamente lo fuera extrañado todo el día.
Perfecto ya estoy loca.
Siento como la cama se hunde a mi lado, puedo sentir que me está viendo, me acaricia la mejilla.
No, no, no.
Si él es tierno como se supone que escape.
¡Por dios! Es un hombre sexy, que sabe besar, que de paso hasta su nombre es sexy y aunque a mi de verdad no me importa ¡está podrido en plata! Solo súmale a eso ternura y ya morí
- Sé que estas despierta, gatita – podía notar que le divertía que me hiciera la dormida – Mi suéter te queda malditamente sexy, te luce mi apellido.
- ¡¿Qué?! Yo no tengo tu apellido – está bien, ya no puedo fingir mas.
- Brooks es mi apellido y por si no lo sabes está escrito en la parte trasera del suéter – ¿acaso soy un payaso? ¿por qué se ríe tanto?
- ¡Deja de reírte! – ya me estaba cabreando.
- Esta bien cálmate – dijo intentando tranquilizarme pero aun no quitaba esa sonrisa divertida de su cara – ahorita subirán nuestra cena.
- Yo no quiero cenar contigo ¡Me encerraste todo el jodido día aquí y de verdad crees que comeré contigo!
- Es eso o no cenas – podía notar que se estaba estresando.
Perfecto, si se cansa de mi me dejara libre y por ende también a Cassandra y Lucia.
- ¡¿Ahora me mataras de hambre?! Pero que bestia eres, por qué no me sorprende.
- Estoy de buen humor gatita asi que no me provoques – dijo medio gruñendo.
- ¡No me gruñas! – mientras más lo fastidiara mas oportunidad tenia de largarme de este lugar.
Iba a responder pero unos golpes en la puerta lo interrumpieron.
- ¡Pase! – una muchacha abrió la puerta y entro con un carrito de esos que se ven en los hoteles.
- Siento mucho interrumpir alfa, aquí está la cena para usted y para la luna – la chica estaba en sumisión total.
- Ya te puedes ir Gabriela – dijo con voz dura, la chica salió rápidamente de la habitación cerrando la puerta.
Ella estaba aterrada, y como no estarlo si hasta yo me asuste un poco cuando hablo así.
- Fuiste muy duro con ella – le reprendo – la pobre estaba aterrada.
- Me tiene respeto - ¿Cómo podía estar tan indiferente?
- Eso no es respeto es miedo, y son cosas muy distintas.
- A mi me parecen iguales y no me importa si me temen, soy su alfa tienen que obedecerme.
- Eso es horrible, Zac – el voltea deja la mesita a un lado de la cama y se voltea.
- Dilo otra vez – murmuro, estaba muy cerca de mi solo un par de centímetros separaban nuestros labios.
- ¿E-eso es horrible? – estaba nerviosa.
- No, di mi nombre.
- ¿Zac? – como quería que me besara pero no podía dejarlo – Aléjate.
Eso quito todo el encanto y después solo pudimos cenar en silencio, sabía que me tocaría dormir con el así que hice una muralla de almohadas en el medio de la cama para asegurarme que no me tocara.
- Eso no detendrá lo que pasara con el tiempo gatita.
Y con esa frase en mente caí no pude dormir hasta altas horas de la noche.
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No te alejes
Werewolf¿Seguirá proclamando amarme cuando conozca toda mi verdad? ¿Podré amarlo a pesar de toda su verdad? ---------------------------------------------------------------------------------- Esta es mi primera historia asi que por favor perdonen los errores...