No te alejes

"Quiero ayudar"

- Me imaginé que estarías aquí.

- Es el único lugar en esta casa donde puedo sentir tranquilidad – mi voz se escuchaba un poco rara después de llorar tanto.

     Luego de mi horrible encuentro con Zac solo pude pensar en ir a la biblioteca, este lugar me transmite tanta paz.

- ¿Cómo lo supiste? – pregunté.

- Gabriela te vio llorando mientras te dirigias hacia aquí, la pobre se siente culpable por dejarte ir sola.

     Me acomodé más en el sofá, seguramente me veía patética, escondida bajo una manta para tapar mi cara hinchada y roja.

     Sentía tanta vergüenza por lo débil que era.

- No hacia falta que vinieras, Ann – sabía que seguía molesta conmigo.

- Eres mi mejor amiga – dijo como si eso explicara todo.

     También mee sentía avergonzada sobre nuestra última conversación y sinceramente no tenía ánimos para retomarla ahorita.

- Me gustaría estar sola – murmuré mirando al vacío.

- Sé que eso no es verdad – se sentó a mi lado en el sofá – Puedo notar que no te fue nada bien.

- Ha cambiado tanto – sollozo, a este paso me quedaré sin lágrimas.

- Intenté advertirtelo, sé que yo no lo conocía pero Anton me habló tanto de él – suspiró – Dice que jamás había actuado así, el podía ser malhumorado pero ahora es tan despiadado con todos.

- ¿Qué hizo cuando me fui? – necesitaba saberlo.

     Ann se removió incómoda en su puesto, notaba que no le gustaba recordar eso.

- Él... No lo tomó de la mejor manera – ella no me miraba a los ojos – Sabía obviamente que yo tuve algo que ver y que no le diría, pero me obligó...

- ¿Cómo te obligó? – la presioné.

- Me asfixió, Lotte – no lo podía creer – Después encontró la camioneta escolta, discutió con Anton por alguna tontería y casi lo mata.

     Ann sollozo mientras me lo contaba.

- ¡¿A su propio hermano?! – estaba horrorizada.

- Charlotte a él ya no le importa su familia – podía notar el rencor en su tono – Se ha excluido de todos, por algún motivo decidió no buscarte y dejó en claro que cualquier contacto contigo sería considerado traición. Yo fui castigada por ayudarte, y de verdad prefiero no dar detalles sobre eso, mandó a botar todas tus cosas, se volvió más déspota y hasta sus propios guerreros le temen.

- ¿Y el ataque? ¿Cómo ocurrió?

- Eso fue todavía más horrible – se quedó mirando a la nada – Eran tantos, de alguna manera sabían donde estaba el refugio y taparon el camino antes de que todos pudieran entrar, la gente gritaba y el llanto de los niños era tan desgarrador.