"No soy una adicta"

4K 243 92
                                    

Antes de abrir mis ojos supe que había algo distinto, pude sentirlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Antes de abrir mis ojos supe que había algo distinto, pude sentirlo. En mi pecho ya no estaba esa presión, y era algo raro teniendo en cuenta que esa presión había estado presente desde hace meses, ya se había vuelto familiar en mí pero no podía decir que en realidad la extrañara.

También pude sentir un pecho tibio bajo mi mano y mis piernas entrelazadas con las de alguien más. Podía atribuir la desaparición de la constante presión aplastante en mi pecho al dueño del cuerpo a mí lado, saber que por fin las cosas entre Zac y yo se habían arreglado era como respirar un soplo de aire fresco después de estar encerrada en un sótano húmedo y oscuro.

No puedo evitar ronronear como una gatita – tal vez haciéndole honor a mi apodo – mientras me acurruco más a su costado, su mano se apretó a mí alrededor estrechándome a él.

- Despertar así es jodidamente bueno – su voz ronca mañanera hace estragos en mi – Buenos días, gatita.

- Buenos días, bestia – dije apoyando mi barbilla en su pecho.

Poder verlo recién despertado era toda una cosa increíble, la relajación que se reflejaba en su rostro nunca la había podido apreciar antes, y ahora ese verde en sus ojos que me recordaba al césped de un parque en un hermoso día soleado me veían con una adoración que hizo que todo dentro de mí se calentara.

- Admito que me siento un poco intrigado por saber qué es lo que estarás pensando ahorita – murmuró sacándome de mi ensimismamiento.

- Pienso en lo mucho que me gustaría tomar un café en este momento – su pecho vibro por la risa y rápidamente nos volteó posicionándose arriba de mi.

- Eso lo puedo solucionar muy rápido – sus labios rozaban los míos tentándome con la promesa de un beso – Pero primero yo quiero tomar mi propio desayuno particular.

Se metió bajo las sábanas y grité su nombre cuando sentí su boca en mi intimidad.

- ¿Qué diablos haces? – dije sofocada.

- Estoy comiéndome el coño de mi chica – Jesús, este hombre iba a matarme.

Me arquee cuando sentí como su lengua se abría paso en mí, él lamía, chupaba y mordía como si degustara el platillo más sabroso de algún restaurante y yo me había convertido en nada más que un manojo de sensaciones.

- Zac – gemí mientras empuñaba la sabana en mis manos, necesitaba aferrarme a algo porque sentía que en cualquier momento estallaría – Dios yo... Me voy a...

- Córrete para mi, nena – sin poder aguantar más sucumbí a su orden y me dejé llevar por el orgasmo arrasador gritando su nombre.

Internamente agradecí que todas las habitaciones de este piso fueran insonorizadas porque me había dado cuenta de que ser silenciosa no era lo mío.

- Eres asombrosa, gatita – dijo trepando encima de mi – Y eres toda mía.

Sin esperar un segundo más entró en mi hasta el final arrancándome un gemido desde lo más profundo de mi ser. No me importaba sonar como una actriz porno, Zac sacaba en mi los instintos más primarios. Quitándome mi poder de racionalizar, pero permitiéndome sentir. Y joder si que me encantaba la manera en la que él me hacía sentir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 14, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No te alejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora