"Él me odia"

3.6K 290 62
                                    

- ¿Acaso ahora eres sorda? – espeto, no se veía para nada contento con mi presencia - ¡Responde maldita sea!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Acaso ahora eres sorda? – espeto, no se veía para nada contento con mi presencia - ¡Responde maldita sea!

- Yo... - tartamudee debido al miedo – Vine a ver como estabas.

- Como si te importara – respondió riendo con sarcasmo y desprecio.

- Sé que debes querer que te dé explicaciones y...

- No necesito nada de ti – espeto mirándome despectivamente.

- Si lo haces – replique – Por lo que me explicaron me necesitas para sanar.

- Prefiero morir – escupió.

     Me quede callada asimilando lo que me había dicho.

     Él no solo estaba molesto conmigo.

     Él me odiaba.

     Podía ver el desprecio que desprendía hacia mí, pero sabía que mentía en algo.

- No quieres morir – le encare – Vi a tu manada mientras venia hacia aquí, los daños son grandes y van a durar un poco para recuperarse y sé que tu no abandonarías a tu manada.

     Él no dijo nada.

- Un alfa no haría eso – señale.

- Tú no sabes nada de mí.

- No me importa, y no me importara nada de lo que digas o hagas, no me iré de aquí.

- Creo que olvidas que fuiste tú la que escapaste – hablo entre dientes.

- Tenía mis razones, y te las explique...

- ¡Una jodida carta no es una explicación! – bramo – Quiero que te largues de mi territorio, no entiendo para que volviste si eras tan infeliz aquí.

- ¡Volví porque no voy a dejar que mueras! – grite – Jamás quise que esto pasara, si hubiera sabido que esto iba a pasar...

- Aun te fueras ido – dijo tácitamente – Las personas de esta manada no te importan, no son tu responsabilidad.

     No dije nada.

- No me importa si te largas o no, pero no te quiero cerca de mi – no mostro emoción alguna.

     Y me fui, salí de la habitación porque no soportaba la situación, no soportaba ver tanto odio en su mirada.

     Me dirigí otra vez hacia la sala familiar, aunque ahora no tenía ganas de hablar con nadie sabía que estarían esperando alguna respuesta.

- ¿Qué paso? – cuestiono Anton.

- Me quedare, ¿Me pueden decir en que habitación me puedo quedar? Por favor.

- Claro, claro – respondió Susana – Yo te muestro cual.

     Volvimos a subir las escaleras, todo el recorrido nos la pasamos en silencio, no tenía nada que decir y si ella tenía preguntas le agradecía que no me las hiciera ahorita.

No te alejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora