Mi Primera Opción (Editando)

Capítulo 58: Miedo

-Hola, amor- sonreí.

-¿Qué pasa?- dije. El médico estaba a su lado.

-Bueno días, Sra Gosling, por favor intente mantener la calma ya que cualquier emoción fuerte puede causar daños severos- asentí - Bien. Hemos analizado todo lo ocurrido y las cirugías por las que ha tenido que pasar, una de esas cirugías fue en su corazón e intentamos hacer todo lo posible para que usted tuviera una calidad de vida medianamente suficiente, sin embargo con el paro cardíaco que tuvo hace poco y el susto de ayer tememos que lo que hicimos no fue suficiente, depende de cómo irá sanando o si tendremos que intervenirla quirúrgicamente.- miré a Jhos que no dejaba de morderse el labio y sabía que estallaría.

-Entiendo, lo intentaré- el doctor asintió.

-Sí quiere puede irse en la noche, el señor Chris contrato una enfermera para su cuidado- finalizó.

-Muchas gracias- dije.

-Ya no podrás coger, te jodiste Abbie- sonreí.

-Abbie, esto es muy malo, ¿cómo vas a bailar?- dijo Josh.

-No podré hacerlo, no me puedes hacer enfadar, ni emocionar de ninguna manera- sonreí. -¿Puedes dejarme a solas con él un momento, Vero?- asintió y salió.

Tome su mano y me senté.

-Sé que es duro, cariño, lo entiendo, te amo demasiado y agradezco todos los esfuerzos y sacrificios que has hecho por mi hasta este punto, pero también sé que no es vida para ti estar esperando a que alguien sane o de un momento a otro muera, no poder hacer el amor, no poder reírnos a carcajadas por miedo a que mi corazón se detenga, entiendo todo y sí quieres, nos damos un tiempo, tu te enfocas en sólo lo tuyo y ser el mejor jugador de tu equipo, creo que es lo más sano- besé su mano. Sé que estoy siendo dramática y fatalista pero tengo miedo.

-Abbie, ¿Sano para ti o para mí?- estaba dolido.

-Creo.. creo que para los dos. Tu no tienes que pensar si cuando llegues a casa estaré viva, te enfocaras en ti, mi amor- intentaba no llorar, ser fuerte por él.

-He estado contigo siempre, está vez no será la excepción, podemos hacerlo juntos; crees que mientras esté jugando y estemos separados no pensaré en ti, si cada instante de mi vida he pensado en tu bienestar, Abbie, siempre; desde el momento en el que me topé con ese repulsivo de mierda, cada instante pienso en sí estás bien, lo lograremos juntos, no me apartes de tu vida una vez más- comencé a llorar.

-No quiero arrastrarte, si me ocurre algo, prométeme que serás el mejor y te olvidarás de mi, consiguiendote a una admirable mujer- asintió.

-Te lo prometo aunque sé que no ocurrirá, vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance- asentí.

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Llegó la noche y Jhos me ayudó a bañarme, recorrí con mis dedos las cicatriz en mi pecho, Jhos me detuvo cuando lágrimas empezaron a caer de mi rostro; me besó el cuello, bajando hasta la cicatriz de mi pecho, la cual besó con ternura; siguió el mismo proceso con la cicatriz de mi brazo izquierdo, mi cadera y mi pierna.

-Jhos... nada de emociones fuertes... estás emocionado a mi amiga- sonrió.

-De acuerdo- me ayudó a colocarme la ropa, ropa que yo no había comprado, no lo recuerdo.

-esta ropa no la compré yo- dije y él sonrió.

-La compré yo- una falda larga y una blusa de manga larga con una ropa interior que no me colocaría en una clínica.

-Pudiste haber comprado algo para salir de una clínica, Jhosua- se echó a reír.

-Para mi te vez genial, al fin y al cabo yo soy el que te la quitará- eso me recordó que no podíamos hacerlo y agaché la mirada para que no se diera cuenta.- No dejaré que mientras yo esté, la enfermera te toque, quizás te enamores de ella- sonreí.

-Vámonos, tonto-

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Cuando llegamos a casa, quise caminar pero el sobre-protector de mi prometido, no me dejó, con ayuda de Chris me colocaron la silla de ruedas.

-Sabes que mi cuarto está en el segundo piso, ¿verdad?- asintió. -No podrás estar siempre para subirme y ser mi esclavo- asintió.

-Alguno de los chicos te ayudará- dijo.

-Solo vivo con Chris... a no ser que estés contando con Matt- su rostro se tensó, molesto. -Lo siento, no volveré a nombrar al Señor tenebroso; bañémonos juntos- intentando arreglar las cosas...

-Claro que sí- sonrió.

Me quité su encantador atuendo y entré a la tina, verme las cicatrices era algo doloroso pero no podía evitarlo y picaban mis ojos pero no quería llorar de nuevo.

-Amor... eres hermosa, mi mejor amiga, mi amante, mi prometida, mi esposa.. mi todo, te amo y te amaré siempre, no lo olvides. Y espero que tú lo hagas cuando tenga arrugas, esté calvo y muy mala leche - sonreí.

-No creo poder aguantarte, así que mejor terminamos- sonreí y lo besé.

-Ya me habías dicho que sí cuando te entregué el anillo y cómo pude volver a entrar a tu vida eso significa que me tienes que aguantar para siempre. Fin-

-Entonces, tendré que amarte, no me queda de otra; quien iba a creerlo, me voy a casar obligada- dije mirando su expresión.

-Quien iba a decirlo, este Adonis va a obligar a casar a alguien - sonreí.

-Tranquilo Dios griego, ya te atrapé- lo besé.

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Fuimos al médico el mes siguiente para mí chequeo, dijo que mi corazón estaba sanando pero que tendrá que operarme para que tenga una vida normal, Josh estaba muy nervioso cuando dijo la fecha ya qué tendría que jugar toda esa semana y era dentro de tres meses. Cada vez que podía estaba conmigo todo el día, no habíamos hecho el amor durante ese tiempo, no me esforzaba para no acelerar mi corazón demasiado pero él organizaba planes para que estuviésemos juntos, cada vez que podíamos nos decíamos cuanto nos necesitábamos y tenía miedo de perderlo.

-Joshua...- comencé a decirle mientras dormíamos, o eso intentaba.

-¿Umm?- dijo y sonreí.

-Si tu en algún momento ya no eres feliz, ¿Prometes decirlo?- se sentó en medio de la cama y me levantó a su lado, con mis piernas rodeé sus caderas y lo abracé.

-Abbigail.. he esperado mucho por ti y la forma en la que te tenía en mi cabeza, en la que te veía, no se compara a lo que eres como mujer, como amante, amándome. No sabes lo afortunado que me siento cada día al saber que está imperfecta perfecta mujer me espera en casa- una lágrima se me escapó.

-Lo siento- dije mientras limpiaba mi rostro con su mano.

-No lo sientas, sé que es duro para ti después del accidente, sé que no te sientes bien contigo misma, sé que te hago falta y te da miedo que no me hagas falta... pero no sabes cuánta falta me haces cuando estoy lejos, necesito tocarte, no me importa tus cicatrices, absolutamente nada porque eres hermosa, en este mismo instante quiero hacerte el amor como loco pero tengo miedo lastimarte y perderte, y sé que cuando esté bien ese hermoso corazón haremos todo lo que hace falta ahora.-

-No tendré ropa por mucho tiempo ¿Verdad?- pregunté.

-Exactamente- dijo sin más.

-Menos mal- sonreí y lo besé. -Te amo-

-Yo te amo mucho más- finalizó.