XXXIX
Summertime sadness
Emana de un auricular destrozado,
desparramado
Sobre el
El asfalto hervido.
Es la música
Siempre lo que perdura,
Abriéndose camino
A puñetazos
Entre los escombros.
Inmortal como la
Evidencia sonora
De un purgatorio de almas
Que perecen
Al entrometimiento
De la muerte
En su carne
Blanda.
Y como espectadora
De un pactado
Escenario policial
Examino
Los restos calcinados
De los huesos
Del motorista fantasma.
Las cenizas también rezuman
Espectros
De luz lejana,
Traslúcida de otra dimensión
Incorporal.
Es el dolor el que brilla
Y arde,
No el cadáver.
El grito atravesado
De encía a oreja
Transformando
La mirada
En objeto
De una abstracción
tangible
Como no hay otra
Más que la puñalada.
Los muertos,
Los accidentados,
Los neumáticos
Disueltos
Conforman un estilo
Característico de arte,
Una perfomance colosal,
Poesía que atraviesa los
Pulmones
Al ritmo de una bala
Y salta a pedazos
Por la espalda.
Y la agonía,
Como la música
Sepultada
En sus fosas de tiempo impúdico
Perdura a jirones.
Los aullidos sordos
Serán la única huella
Que dejemos sobre la tierra.
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El invierno de las ratas.
PoetryRecorridos de una tarde de lluvia, un domingo por la ventana en la que se deslizan a susurros los secretos de las ratas. Universos desprendidos en abismos, adoquín entre adoquín. Poemas que te escribo, yo o las gotas, las que inundan las alcantarill...