Regreso.

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LVI

Hay tantos gatos escuálidos por la ciudad.

Y tantas gentes solas.

Todos matamos la calma a cigarros,

Y entre calada y calada

Algún verso que se escapa

Con el humo.

Llevo un mes sin escribir un poema,

Uno de los míos, de mí,

De los pulmones.

En California todos los gatos estaban gordos

Y la soledad vestía una sonrisa

Espléndida, sin alquitrán entre

Los dientes.

Ahora he vuelto a

Esta ciudad tan gris,

Tan de echarse a escribir

Las últimas hojas de un cuaderno,

y tengo muchas

Horas arrugadas en la cartera.

Fumar aquí es pasear silencio,

Un acto reflejo.

Y es curioso: lo que más eché de menos

fue su recóndita tristeza.

Las bajadas, el metro perdido,

El reloj apurado, el café sin agua.

Las cenas escuetas porque no entra

La comida y el asfalto sucio

De piernas.

Ay, mi España y su moreno de playa.

No creas que te olvidé,

Ni un solo día.

Faltó en mi vida tu distancia...

tu buzón de voz que saturo

de nostalgias

Y los maullidos lastimeros

que de alguna farola rota

Escapan de madrugada.

El invierno de las ratas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora