XXVIII
Mi mundo está lleno
De librerías destrozadas
En habitaciones enlosadas de páginas a medio escribir.Los jardines se riegan con absenta
Y por eso las plantas
Florecen al revés,
Con los pétalos enterrados
Y las raíces desnudas,
Sobresalientes en el lodo
Alcoholizado.Las guitarras se tocan sin cuerdas
Por brazos mancos
Y muñones virtuosos
Que producen música atonal
Y tóxica.Si no entras por la puerta
Nunca sales.Es infinito,
El pacífico de arena surcada
de escorpiones,
Las selvas secas con sus frecuentes lluvias de ácido.
Los cuadros se pintan
Con distintas gamas de sangre
Extraídas de una paleta de cadáveres,
Pero hay pocos artistas.Mi mundo es el desastre,
Un caos infernal
Paradisíaco
Habitado de almas descarriadas,
Trenes que no conducen
A ningún final,
Que permanecen siempre en un ausente
Como puntos suspensivos
Para cerrar una frase incoherente.Los ríos arrastran vinagre
Y caños, peces muertos
Flotando entre la mierda,
El rastro perenne de la tinta
Que deseché
Con la papelera sólo a medias.Como aquí no tenemos manos
Escribimos con los dientes
(O los labios
Si nos ponemos sensibles).
Siempre borrachos
Para olvidar.
Basta con respirar el perfume
De las rosas para embriagarse
Hasta padecer cáncer de pituitaria.Mi vecino es una sombra
Que no leyó nunca
A Ruben Darío,
Ni a Shakespeare
Ni siquiera a Alberti.
No ha recibido
Su dosis de anestesia
Necesaria para soportar,
No tiene dinero
Para comprar lámparas.Me pregunto cómo
Lo consigue mi vecino,
Si yo empeñada en soplarle a las nubes
Jamás he rascado un poquito
De luz solar.Qué cutre,
Simplón
Y enfermizo es este mundo
De vicios
Que nos ha regalado
El anticristo.Aunque a veces,
En las madrugadas más incandescentes
He logrado encontrarte
Asomando tu mirada
Por la reja de una alcantarilla.
Y aunque no me haya atrevido
A preguntarte lo he visto,
A ti se te lee todo en los ojos.
En tus pupilas
Descansa otro mundo
Complemente amueblado;
De eso no me cabe duda.
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El invierno de las ratas.
PuisiRecorridos de una tarde de lluvia, un domingo por la ventana en la que se deslizan a susurros los secretos de las ratas. Universos desprendidos en abismos, adoquín entre adoquín. Poemas que te escribo, yo o las gotas, las que inundan las alcantarill...