Contingencia.

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XL

Cuando a volver la vista me giro

Así se cuaja

Un cielo preso en una forma,

El rocío de las flores

Que de un arbusto da

Los frutos más dulces

En invierno.

Enterrados en la nieve inerte

Todos buscan,

Una soga con la que

Friccionarse

Hasta hacer humo de los dedos.

Porque el sufrimiento

Les aprieta la cabeza hacia la tierra

Que vomitó sus propios

Huesos

Y el desgarro sólo encuentra

Un molde

Entre los gritos,

Los que suben

por enredaderas

De gargantas separadas

Al nacer,

Hasta la epiglotis

Donde anidan las burbujas

De saliva infecta.

Los abortos del hielo

Esparcidos a brochazos

Por el suelo,

Aferran la llama titubeante

Que al parpadear

Destruye el nervio.

No renacerá ese ángulo,

Ni tan siquiera podrán

Removerse las cenizas de su muerte,

Porque fue y no serán más,

Los hijos repentinos

De la noche

Como orgasmos de un segundo.

Entiendan cuando los miro

Por qué el miedo siempre

Me abre cauces,

Cuando la manzana prohibida

Se torna polvo entre los dientes

Y como el resto

Se diluye en todas las conciencias,

Hasta dejar del alma

Un jirón tendido en alfileres.

Maldigo al inventor de la existencia

Contingente

Que me robó el tiempo

Previo al tiempo

Y lo convirtió

Todo en un humo infame

Y engañoso.

El invierno de las ratas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora