09.

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Capítulo nueve

|MEMORIES|

Bucky observó absolutamente todo lo que había en aquel museo. Sus ojos examinaron cada esquina del lugar, las estrellas blancas sobre las banderas, atacando con nostalgia muy dentro de su corazón.
Se vio a si mismo en una gran pantalla azul, su rostro tan joven, con otro tipo de felicidad. Leyó las fechas
- 1917 hasta 1944 -
Su mirada se apagó, sintió un dolor punzante sobre la cien y entonces, recordó.

1944

Bucky miró su reflejo en el espejo de su habitación, hizo gestos graciosos, sus ojos buscando la mirada de alguien más, pero no podía encontrar aquellos ojos.

Acomodó su traje de Sargento y dijo con su voz aterciopelada:
— ¿Nada mal no?

  — Te ves sexy... — La voz resonó en la habitación como un eco conocido. — Con uniforme te ves mejor

Bucky volteó con una sonrisa en su rostro y empezó a acercarse a la silueta. — No me veo Sexy...Soy sexy.

Se escuchó una hermosa risa y luego un "Eres un idiota".

(...)

Los recuerdos empezaban a abrirse paso en su mente, desdibujados y fragmentados, como viejas fotografías que se desvanecen con el tiempo. Cada imagen era como una chispa que iluminaba un rincón olvidado de su pasado, pero las sombras de esos recuerdos seguían ocultando lo que más deseaba entender.

1933

Era un día cualquiera en la preparatoria de Brooklyn. Los estudiantes se movían entre clases, llenando los corredores con risas y charlas. Steve y Bucky estaban recargados en una pared cerca de la taquilla de Steve, discutiendo sobre el último partido de béisbol.

—Aún no puedo creer que hayas perdido el partido contra el equipo de la otra escuela —bromeó Steve, dando una palmadita en el hombro de Bucky—. Pensé que eras invencible.

Este se encogió de hombros, sonriendo. —No siempre se puede ganar. A veces la vida te da un par de derrotas para mantenerte en línea.

En ese momento, Crystal apareció en el pasillo, su cabello pelirrojo brillando a la luz de las lámparas del techo. Llevaba una falda azul marino y una blusa blanca, su presencia atrajo de inmediato la atención de varios chicos.

—¡Steve! —dijo Crystal, acercándose con una sonrisa amplia—. No olvides que me prometiste que me acompañarías a buscar libros a la biblioteca esta tarde.

Steve levantó una ceja, sonriendo con arrepentimiento. —¡Cierto, casi lo olvido! Lo siento, Crys. Estaba distraído con el partido.

Crystal le dio un codazo amistoso en el costado. —Espero que tengas un poco más de energía para esta tarde.

Bucky se quedó en silencio, observando cómo Crys se inclinaba hacia Steve, ignorándolo por completo. El gesto era natural y amigable, pero para el, parecía que el tiempo se ralentizaba mientras veía a Steve sonreír ante la atención de Crystal.

—Claro, ahí estaré —dijo este, aún con la sonrisa en el rostro.

Crystal asintió, y antes de irse, le lanzó a Steve una mirada llena de complicidad. Luego, le dirigió una mirada casual a Bucky, casi sin verlo.

OMEGA | B. Barnes | S. Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora