20.

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Capítulo 20

| IT'S THE END? |

La sala del gimnasio en Wakanda era un refugio de calma en medio del caos. Las luces de neón iluminaban el espacio, reflejándose en los espejos de pared a pared y en el suelo pulido. Los ecos de golpes rítmicos y el sonido de respiraciones entrecortadas se mezclaban en el ambiente, creando una atmósfera de concentración y esfuerzo.

Crystal se encontraba frente a una bolsa de boxeo, golpeándola con una intensidad silenciosa que hablaba más de sus pensamientos y sentimientos que cualquier palabra. Sus movimientos eran precisos, casi mecánicos, cada golpe calculado y ejecutado con una fuerza que intentaba disipar la tormenta que rugía en su interior. A cada golpe, sus músculos se tensaban, su respiración se aceleraba, y su mirada se enfocaba con una intensidad que parecía romper la bolsa misma.

Desde una esquina del gimnasio, Steve observaba en silencio. La visión de Crystal, concentrada y feroz, le hizo detenerse en seco. La fuerza con la que golpeaba la bolsa, el ritmo de sus respiraciones, la forma en que sus cabellos se movían con cada golpe, todo parecía capturarlo en un trance. La imagen de ella, tan fuerte y vulnerable a la vez, le hacía sentir una mezcla de admiración y dolor.

Se acercó lentamente, sus pasos resonando levemente en el suelo. La presencia de Steve era casi etérea en la sala, una sombra que parecía moverse con la misma cautela con la que el viento acaricia el agua. Cuando estuvo cerca, dejó escapar un susurro, una voz suave pero firme.

- Tienes que relajarte...

Crystal giró la cabeza de golpe al escuchar su voz, sus ojos encontrándose con los de Steve. En ese momento, el tiempo pareció ralentizarse. El calor de la sala, el sonido de sus golpes, todo se desvaneció en un segundo, dejando solo a ellos dos en un vacío suspendido. Steve estaba allí, su mirada fija en la suya, y ella sintió una oleada de emociones desconocidas y abrumadoras. Su pulso se aceleró, y su respiración se volvió más irregular, como si el mundo entero hubiera detenido su marcha para que ella pudiera ver a Steve de una nueva manera.

- Estoy relajada - dijo Crystal, aunque su voz temblaba ligeramente, traicionando la mentira.

Steve levantó una ceja, su expresión mostrando una mezcla de escepticismo y ternura. Se dio cuenta de que, a pesar de sus palabras, el ardor en sus ojos y el ritmo de su respiración contaban una historia diferente. Se acercó un paso más, el espacio entre ellos se volvió casi tangible, una distancia que parecía ser medida por una línea invisible que ambos querían cruzar.

- No parece que estés muy relajada - respondió él, su voz tan baja que parecía ser un susurro destinado solo a ella. Sus ojos no se apartaban de los de ella, buscando esa conexión que a veces se formaba en los momentos más inesperados.

Crystal desvió la mirada por un instante, tratando de evitar la profundidad de su mirada. Sus manos, aún envueltas en los guantes de boxeo, temblaron ligeramente, y ella intentó recobrar su compostura, golpeando la bolsa con una fuerza que ya no era la misma. La ira en sus movimientos se estaba desvaneciendo, reemplazada por una confusión silenciosa.

- No sé si esto es la mejor manera de relajarse - dijo Steve, avanzando un paso más cerca, su proximidad haciendo que el aire se volviera más denso entre ellos. - A veces es bueno hablar, compartir lo que llevamos dentro.

Crystal sintió el peso de sus palabras, un eco de verdad que resonaba en su pecho. Sin poder evitarlo, sus ojos volvieron a encontrarse con los de Steve, y en esa conexión, encontró un consuelo inesperado. La intensidad de su mirada, la sinceridad en su voz, todo la estaba afectando de maneras que no había anticipado.

OMEGA | B. Barnes | S. Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora