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Capítulo quince

|A V E N G E R V A V E N G E R|

Steve observaba a Bucky, la tensión en el aire era palpable. El Soldado del Invierno estaba atado a una de las máquinas, el brazo metálico inmovilizado, mientras el Capitán América intentaba alcanzar algo más profundo en el hombre que una vez fue su amigo. La habitación, llena de sombras y ecos de un pasado mejor, parecía resonar con cada palabra que Steve pronunciaba.

Con una mirada cargada de un doloroso anhelo, Steve se inclinó hacia Bucky, su voz suave pero firme.

- Bucky, quiero saber... ¿Recuerdas a Crystal?

El nombre resonó en el aire, como una chispa en la penumbra, iluminando por un momento el rostro de Bucky con una expresión de sorpresa y dolor. Sus ojos, vacíos y distantes, parecían mirar a través del presente y hacia el pasado, donde los recuerdos de Crystal y de su vida antes de la guerra todavía existían, aunque muy enterrados.

Bucky frunció el ceño, sus manos temblaron ligeramente sobre la máquina, y sus labios se movieron lentamente, como si las palabras fueran un esfuerzo monumental.

- Sí, la recuerdo. - Su voz era áspera, quebrada por años de sufrimiento. - A veces es como si esos recuerdos vinieran a mí en fragmentos.

- ¿Qué recuerdas de ella? - La pregunta era más que una simple curiosidad; era una búsqueda desesperada por un rastro de la humanidad que Bucky había perdido.

Bucky cerró los ojos por un momento, y cuando los volvió a abrir, había una tristeza profunda en su mirada, una mezcla de nostalgia y arrepentimiento.

- Recuerdo... su risa. - La voz de Bucky se volvió más suave, como un susurro de recuerdos atesorados.

Crys observaba desde su rincón, evitando que su mirada se cruzara con la de James. Pero sentía sus ojos arder por el llanto contenido.

- ¿Y qué más? ¿Recuerdas el tiempo que pasaron juntos, el tiempo antes de que todo esto pasara?

Bucky asintió lentamente, sus ojos llenos de una melancólica tristeza. - Recuerdo... lo feliz que estaba en aquella misión, porque sabía que al volver me casaría con ella.

Sus ojos se encontraron con los de Crystal, y en esa mirada había una mezcla de vulnerabilidad y dolor. - No quiero que pienses que estoy buscando una excusa para lo que he hecho. - Dijo, su voz era una mezcla de arrepentimiento y resignación. Esta vez mirando directamente a Crys - Pero verte me hizo darme cuenta de todo lo que he perdido, de todo el daño que he causado.

Crystal dio un paso atrás, sus manos temblaban levemente mientras trataba de mantener el control. A medida que el dolor y la confusión se acumulaban, sus ojos se llenaron de lágrimas, aunque ella las mantuvo a raya, dispuesta a no dejar que nadie viera su debilidad.

- Necesito... necesito un momento. - Su voz tembló ligeramente al decirlo, más una murmuración para sí misma que una declaración para los demás.

Sin esperar respuesta, se giró lentamente y se dirigió hacia la puerta. Cada paso que daba parecía ser un esfuerzo consciente, una lucha por mantener su dignidad mientras atravesaba la habitación. El contraste entre el tumulto interno y la calma exterior era casi doloroso.

Al abrir la puerta, un hilo de luz se coló en el umbral, iluminando brevemente su rostro antes de que lo cruzara. El pasillo parecía interminable mientras caminaba hacia la salida, y el eco de sus pasos era un recordatorio constante de la distancia que estaba tomando de la escena que había estado tratando de procesar.

Finalmente, encontró un rincón apartado donde se dejó caer contra la pared. Cerró los ojos, el frío del metal contra su espalda era un alivio momentáneo del calor de las lágrimas. La soledad del pasillo era un refugio provisional, un espacio en el que podía permitirse el lujo de sentir el dolor que había intentado ignorar durante tanto tiempo.

OMEGA | B. Barnes | S. Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora