El inicio

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Ese día Elsa estaba mirando las fotos de sus padres, ya cumplían 5 años de muertos, "¡Cómo pasa el tiempo!" pensaba en una mezcla de amor y nostalgia la sentir la presencia de su hermana menor, procuró esconder las lágrimas que querían salir de sus ojos.

-Otro año más sin ellos- dijo su hermana abrazándola

-Así parece- contestó pasándose brazo por los hombros y recargando la cabeza en la de Anna-, aún siento que mamá nos gritara desde la cocina y papá nos dirá que nos apuremos.

-¡Oh, Elsa! No lo pienses tanto

-Lo sé, querida, pero ya me conoces

-Y es por eso que te digo que salgamos esta noche con Kristoff y Hans

Desde hacía mas una semana Anna insistía en una doble cita, pero para Elsa, sentía el mismo vacío que había sentido cuando sus padres salieron a esa celebración de aniversario para ya no regresar.

No era fácil ignorar esa sensación, por ignorarla una vez, sus padres ya no estaban, pero la desilusión que brillaba en los ojos azul turquesa de su hermana, tiraba de ella, dividida entre el instinto y el sentimiento de no querer desilusionar a su hermana pequeña.

Elsa era mayor por 3 años que Anna, pero al morir sus padres, ella asumió el papel de madre y olvidaba que aún era muy joven para ese papel, la indecisión aun luchaba dentro de ella.

Anna, por su parte entendía y agradecía la preocupación de su hermana, pero ella realmente pensaba que Elsa necesitaba salir, ser joven por una noche, era tan responsable, que a veces olvidaba que solo tenía 23 años no 43. Viendo la indecisión brillar en la mirada tan parecida a la suya, solo que el azul de los, ojos de su hermana era más claros, más celestes, fue que decidió presionar un poco más.

-Vamos Elsa- dijo poniendo su mirada más suplicante que pudo- Sólo por esta noche, hay que divertirnos. Estoy segura que mamá y papá les agradaría ver que somos felices en este día...¡di que sí! ¡Por faaaaaa!

Elsa sonrió negando con la cabeza y levantando las manos en señal de rendición, haciendo que Anna soltara un gritito de triunfo mientras la abrazaba con fuerza.

-¡Mi oído!- se quejo mas divertida que enojada- esta bien, iremos, pero me temo que tendrás que prestarme ropa, porque la mía...

-Es aburrida- la corto Anna muy animada- Tengo el vestido perfecto, a mi me queda muy largo...

-Anna- la interrumpió con voz entre seria y divertida- quiero un vestido no un micro vestido...

-Elsa, te quedará divino, confía en mi.

La joven solo sonrió imaginando lo largo que para su hermana era aquel que le quedaba por debajo de la rodilla, para ella ya era de abuela; en cambio para Elsa, era el largo perfecto, las ventajas de medir 170 cm, era que lucia cualquier largo, pero Ana con su 165 cm, lo largo en ella significaba una míni o micro falda.

Esa noche al verse en el espejo, no pudo pensar que el vestido había sido escogido especialmente para ella, le quedaba como guante, justo dos cm por arriba de la rodilla, con el escote corazón que se ajustaba a hasta su cintura, salía la falda corte A, la seda turquesa acariciaba sus curvas haciéndolas sexis, los tacones cómodos realizaban aun mas la longitud de sus piernas, el color definitivamente realizaba su cutis de porcelana, su ojos se veían más azules, decidió llevar su cabello suelto con algunos rizos rodeando su rostro, el suave maquillaje donde resaltaba sus mejores tributos, los ojos grandes de largas pestañas.

Al ver a su pequeña hermana vestida de un traje parecido al suyo, pero en color verde bosque, haciendo rescatar la cabellera de caoba de su hermana, haciendo más pelirroja que antes y destacando su también enormes ojos azules, Elsa no pudo evitar pensar que se veía igual a su madre en aquella aciaga noche, cuando salieron sus padres...

"No te preocupes por nosotros, te prometo que tendremos cuidado"

Fue lo último que le dijo su padre, cuando les suplico que no salieran que tenía el mal presentimiento

Cuándo llegaron los oficiales a darles el pésame, Elsa se sintió culpable, como si ella les hubiera ocasionado el accidente...

-Elsa- la voz de su hermana se filtro en sus recuerdos- estas hermosa

La aludida sonrió ocultando la tristeza que le embargaba, mirando con orgullo y amor a Anna

-Tú no te queda atrás- la alabó sinceramente- estas espectacular hermanita

Anna le dio un abrazo, para después sorprenderla con lo que le dijo:

-Elsa, no te sientas culpable- le dijo con suavidad- se que estas triste porque ellos no están, pero no es bueno que te sientas así, no es tu culpa que papá y mamá murieran esa noche...

-¿Cómo lo adivinaste?

-Te conozco, cuando recuerdas esa noche tus ojos te delatan, por eso es que quiero que salgamos, que te diviertas

Elsa sintió un nudo en la garganta, su pequeña hermana la sorprendía con su madurez, trago duro para deshacer el nudo y evitar las lágrimas, solo pudo abrazarla con fuerza

-Gracias Anna, te amo hermanita, eres lo mejor de mi vida

-Yo también te amo Elsa, pero basta de sentimentalismo-dijo con voz insegura- Vamos a dejar a Kristoff y a Hans sin aliento

-¿Realmente lo crees?- preguntó insegura

-Sí no lo piensan, no nos merecen

Elsa rió y Anna se unió a su risa en eso estaban cuando sonó el timbre, Anna pego una pequeño brinco, diciendo alegremente que ella abriría, Elsa aprovecho para mirarse por última vez el espejo al no encontrar fallo en su apariencia salió de su habitación para conocer a misterioso Kristoff y compañía.

Cuando entró a la pequeña estancia, lo primero que vio fue a su hermana colgada del brazo de un hombre alto y rubio, de anchas espaldas, al mirar su rostro encontró unos ojos color chocolate que la miraban cálidamente, supo que podía confiar en él. Pero al mirar al otro acompañante, un vacío se instaló en su estómago, ese vacío tan similar cuando sus padres se fueron, que sintió que le faltaba aire.

No podía negar que el acompañante de Kristoff era guapo, alto, delegado con cabello castaño rojizo, pero sus ojos eran muy fríos, aunque sonreía, la risa no llega a sus ojos, un escalofríos le recorrió la espalda y el vacío se incrementó, al grado que se sujeto de la silla que milagrosamente estaba cerca de ella.

-¡Elsa!- exclamó Anna- ¿Te sientes bien?

-Estoy bien-musitó con voz baja, para que solo la escuchara su hermana- es un mareo

-Sí te sientes mal, lo dejamos para otro día

Elsa sintió culpa al ver el brillo de decepción brillar en los ojos de su hermana, no quería decepcionarla, pero el sentimiento de peligro era abrumador, pero al mirar los ojos tristes de su hermana, decidió ignorar su presentimiento

-No, Anna- dijo con una sonrisa luminosa- Sólo ha sido un pequeño mareo, no es nada, continuemos con lo planeado

Anna ni tarda ni perezosa hizo las presentaciones, Hans miró a Elsa de cuerpo completo, haciendo que esta se sintiera incómoda, queriendo retractarse, pero quería hacer feliz a su hermana

"Vamos Elsa, no seas paranoica, todo va a estar bien, ¿verdad ?¿verdad?"

Se decía a sí misma tratando de convencerse, saliendo de su casa, sin saber que ya no regresaría nunca a esa casa que su vida cambiaría para siempre, que en menos de 24 horas hubiera deseado hacerle caso a su presentimiento, pero su destino ya estaba escrito...

......

Hola, este es mi nueva obra, la subiré cada mes.

Espero que les guste

Feliz lectura...😄

Te protegeré  (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora