Capitulo 10 una luz en la oscuridad
Jack miraba el vestido azul celeste sintiendo una mezcla de horror y sorpresa, subió su mirada y vio el cabello platinado que tanto lo había distraído a lo largo de la noche pensando en su dueña de grandes ojos zafiros que lo había cautivado, no podía creer en las coincidencias, pero ahí estaba la mujer que solo la había visto unos minutos y había ocupado sus pensamientos de manera intermitente y ahora era su prisionera... que mal tino...
Elsa con miedo abrió sus ojos y miró con la vista desenfocada por la droga y el dolor de sus costillas que aumentaba, sombras a través de la cortina de su cabello, entre la poca iluminación del auto y su vista afectada solo pudo ver una silueta recortada en la puerta, con sorpresa no sintió miedo o aprensión, más bien era una sensación de seguridad extraña, pero debía ser efecto de la droga; todo estaba mal, terriblemente mal, y paso a peor cuando la figura se acercó a ella, no pudo controlar que su cuerpo temblara de los nervios y el miedo que estaba controlándola en ese momento, cuando la mano apartó gentilmente su cabello del rostro, no pudo cerrar los ojos, se sentía como un animal encandilado antes las luces altas de un coche antes de ser atropellado...
A pesar de su vista nublada, pudo ver el cabello color chocolate y los ojos fríos que la miraban y en su atribulada mente recordó que había visto esos ojos horas antes... ahora la pregunta era ¿Qué hacia allí?
¿Le ayudaría?
¿Sería su próximo verdugo?
¿Trabajaba para Hans?
¿Quién era él?
Jack maldijo en silencio, sí, era la misma chica de la disco, la misma que había deseado volver a ver, definitivamente debía tener cuidado con lo que se desea, se dijo, la única mujer que había hecho latir su corazón con una sola mirada, con un solo toque y ahora estaba allí, en el peor lugar posible...
- ¡Jack! - se oyó otra voz a la distancia-, ¿están las chicas?
Salió del auto después de hacerle una señal de silencio a Elsa, necesitaba tiempo para poder decidir, una parte de él no quería que Pitch las tocara, pero la otra, la que lo había estado impulsando a lo largo de ese camino oscuro lo presionaba para continuar con lo planeado, era la primera vez en mucho tiempo que se sentía dividido entre lo correcto y su meta...
Elsa miro salir al hombre que la había ayudado a sentarse junto a su hermana, cuando le hizo la señal de que guardara silencio, estaba con la boca abierta dispuesta a interrogarlo, aun no sabía si podía confiar en él o no, tenía mucho miedo, pues la otra voz se oía tan fría que daba más miedo que la voz iracunda de Hans, si a eso le sumaba que era el mismo que había reducido a un prepotente Hans a un manojo de gritos destemplado de dolor, hacía que se estremeciera de miedo por ella y su hermana...
-Están drogadas- dijo Jack acercándose a su jefe y mirando la cara ensangrentada del pelirrojo
-Pero no durara mucho el efecto- dijo Hans con tono desesperado, porque la atención que él estaba recibiendo la tuvieran el par de brujas que desaparecieron a su esposa- ellas saben que paso con Mariko, ellas fueron las ultimas en verla...
Pitch lo miro con asco, un verdadero hombre podía aguantar una nariz rota y unas costillas magulladas, pero ese hijo de perra era un cobarde, pero que podía esperar de un abusador de mujeres, pensar que ese maldito toco a su pequeña... la rabia hervía en su interior por lo que le dio salida con dos certeros bastonazos en la espalda y piernas haciendo que su cautivo gritara de dolor...
- ¡No te miento! -dijo entre sollozos- ellas saben dónde está Mariko, si me das más tiempo les sacare su ubicación...
-Creo que entiendes mi falta de confianza en tu palabra...Hans- dijo con desprecio Pitch-, pero si es cierto que ellas saben algo... entonces yo me hare cargo de ellas... ya no es tu problema... pero para estar seguros...
La pausa era incomoda, varios pensamientos pesimistas cruzaron en la mente de Kristoff, Hans era un cobarde hijito de papá, que cuando algo salía mal, regresaba como el perro que era con el rabo entre las piernas a llorarle a papito para que le ayudara, pero Pitch era otra historia, no por nada era el jefe Yakuza más temido de Japón, por algo había asignado a Jack para vigilarlo, temía que Jack hubiera desertado seducido por el poder que ostentaba Pitch, ahora su miedo se estaba convirtiendo en pánico y desazón, pues Pitch era implacable...
Con una mirada fría, en un gesto de asco Pitch señalo con la cabeza a Hans mirando a Jack, la ventaja es que este sabía que hacer sin necesidad de palabras de Pitch, pues ambos habían visto las fotos tomadas a una paciente internada hacia seis años en un hospital de san Fransokio, las primeras fotos databan cuando se había roto un brazo por caer delas escaleras, aunque el moretón en la mejilla y en las costillas hacia dudar la veracidad de la "caída".
Luego estaban las fotos de una seria de "caídas" y golpes contra "puertas" y ventanas que hacían dela paciente cliente asidua de la sala de emergencia, lo más desgarrador fue el informe de la ginecóloga que hablaba del legrado al que había sido sometida por un aborto incompleto así como la muestra de varios espermas encontrados no solo en su vagina, si no también hablaron de reparación de otro lugar donde encontraron más esperma, al parecer la violación múltiple a la que fue sometida fue causa de su aborto de tres meses de gestación y aparecía la palabra de que la paciente no quería presentar cargos...
Las últimas fotos eran de una mujer con un brazo enyesado con una radiografía que mostraba la fractura en tres partes de su antebrazo, así como el ojo cerrado, pero lo que más le dolió y rabia daba era ver el ojo sano vacío de vida y con un temor que estrujaba el corazón de un padre.
No, ese maldito recibiría su merecido y el mejor para podérselo dar era su fiel Jack, ese chico si sabía sacar el dolor en su máximo esplendor, pero antes debía saber dónde estaba su pequeña y ese maldito le diría donde estaba antes de morir, no merecía vivir, ni misericordia...
Se acerco a la limousine, mientras Jack se encargaba de inmovilizar a la escoria, al asomarse a la misma, no le sorprendió ver a las dos jóvenes, pero la rubia tenía los ojos abiertos, lo miraba con la mirada perdida de los groguis, en eso Jack tenía razón aún estaban drogadas, pero se acercó para mirarlas mejor.
Al acercarse Elsa miro los ojos de sujeto que había subido al auto, sintió más miedo que nunca, entre el miedo y la droga su cerebro no sabía cómo reaccionar y recordó cuando Mariko le había confirmado que un familiar suyo era un yakusa y por lo que había leído motivada por la curiosidad, ellos tenía un código estricto y eran más despiadados de lo que muchos podrían suponer, pero también tenían un código de honor, eran descendientes de los samuráis, por lo que no podrían ser tan malos ¿O sí? Pensó confusa
Pitch se acercó a ella, tomo su cara para mirarle mejor a los ojos y Elsa no pudo evitar notar ahora con más claridad que los ojos ambarinos que la miraban con frialdad, se parecían muchísimo a los de la chica que había ayudado a desaparecer.
-Creo que sabes lo que quiero saber ¿verdad? - dijo Pitch mirándola fijamente
-Creo que si- dijo con voz ronca titubeante
-Me gusta la gente inteligente y directa y creo que eres una- dijo pasando su mano por su cabello, hasta que sujeto un mecho jalándolo con fuerza haciendo que el dolor le ayudara a despejar su mente confundida- ¿sabes por qué estoy aquí?
-No, señor- dijo empezando a respirar rápido
-No, no, no- dijo al momento que tiraba con más fuerza del mechón, haciendo que Elsa en un intento de quitarle la mano de su cabello le sujetara la muñeca causándole más dolor- íbamos bien, me contestaste con inteligencia y ahora quieres burlarte de mí... eso no se hace niña... conmigo no se juega...
-Es que no lo sé, señor, hablo en serio, no sé qué hace aquí, pero creo que quiere saber algo...
-Ya ves como si sabes- dijo con voz triunfal mientras la soltaba- solo dime donde esta Mariko y te irás, olvidarás todo esto y todos felices ¿Qué dices?
-Entonces tengo un problema, señor- dijo con voz temblorosa al borde del llanto
- ¿Y cuál es ese problema?
-No sé dónde está Mariko....
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Te protegeré (Jelsa)
De TodoElla sabía que estaba en problemas, pero no en cualquier problema, ella y su hermana lo estaban; se maldecía a sí misma por no haber sopesado mejor sus ideas. El hombre maldecía interiormente la suerte que dominó la situación, precisamente su mayo...