Una despedida sin un adiós

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Hola, 

Este capítulo también es muy hot😈😈😈😈, así que es tan advertidas...

Disfruten su lectura😄

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Capítulo 30 una despedida sin adiós

Elsa se resistió al sueño, lo que acababa de pasar la llenaba de paz y gozo y por fin abrió su mente a lo que su corazón le grito por mucho tiempo. El amor.

Cuando hizo el amor con Jack entendió que lo amaba, se había enamorado de la persona menos probable, no lo conocía, no sabía nada de él, solo que era un maleante con una ternura inmensa, que, aunque le mintió en muchos momentos, también la cuido, quizá no de la mejor manera, pero la cuido y ahora que estaba desnuda entre sus brazos, sintiendo en el aire el olor de lo ocurrido, se sentía... feliz.

Porque Elsa ya había tenido sexo en el pasado y en ningún momento se había parecido a lo que había pasado en ese momento, nunca se había sentido tan excitada por un beso o una caricia, y el orgasmo lo sintió en cada una de sus células, se había sentido tan completa cuando Jack la había penetrado que en ese momento supo que lo amaba.

Lo amaba de manera ilógica, irracional e irreversible. Era una tonta imprudente, pero una tonta imprudente muy satisfecha y feliz.

Su corazón cantó al verlo con los ojos cerrados, con los rasgos suavizados, con la luz de la luna iluminándolo, sentía sus brazos posesivos estrechándola y ella feliz de estar en ellos, con una mano tocó su rostro, delineando de manera suave sus rasgos, quería grabárselos, porque tenía el presentimiento que no estarían juntos por mucho tiempo, había tantas cosas entre ellos.

Muchas explicaciones que estaban pendientes, entre ellas Anna, Mariko, Pitch, la noche que la atacó, en donde estaban, tantas preguntas y ella no quería saber, solo sabía que su hermana estaba bien y en su alivio por saber de ella cometió la imprudencia de entregarse a Jack. En los libros que ella había leído sobre el apoyo psicológico a pacientes que sufrieron secuestro estaba el síndrome de Estocolmo que describía como la víctima se enamoraba de su captor, justificándolo, pero Elsa no justificaba a Jack, pues desde que había chocado con él en la disco, en ese lejano día, ella ya se había sentido fuertemente atraída por él, solo la mala suerte los había puesto en esa situación. Pero estaba segura de que si lo conocía fuera de esa línea de tiempo ella estaría de todas formas en sus brazos como en ese momento.

Quizá Jack también sintiera algo por ella, su tiernas y apasionadas caricias lo indicaban, la manera en que la había conducido a los mejores orgasmos de su vida le hacían pensar que quizá él también sintiera algo por ella, pero no quería pensar de esa forma pues si lo hacía, cuando sus caminos se separaran le dolería más saberlo. No,  era mejor no decir nada, no enturbiar una noche mágica con realidades que saldrían a la luz del sol.

Por eso le gustaba la luz de luna, donde lo mágico y místico hacia su aparición, donde los amantes prohibidos se reunían y daban rienda a su pasión, como ella lo hizo, pues sabía que nunca debió haberlo hecho, pero no se arrepentía, no podía hacerlo cuando la paz que sentía en ese momento nunca la había sentido antes.

Además, el arrepentimiento tendría que esperar a los rayos del sol, entonces recuperaría su acostumbrada actitud pragmática de siempre.

No supo cuánto tiempo escuchó la respiración regular y tranquila de Jack, perdió la dimensión observando esa cara, quería memorizarla para el futuro sin él, sin poder soportar más la tristeza de ese pensamiento, juntó  su boca a la de él, besándolo con ternura saboreando sus labios, delineándolos con su boca, disfrutando de las sensaciones que sentía ante ese contacto, cuando la lengua de Jack se unió a la suya, ahondó más el beso, sintiendo los brazos de él abrazarla con más fuerza, levantó la cabeza, rompiendo el beso y se topó con los ojos somnolientos y turbios de deseo, de ternura y pasión, excitándola, animándola a explorarlo, con delicadeza, volvió a besarlo con pasión, saboreando el sabor único de ese hombre que hacía que su corazón latiera errático en su pecho, despertando de nuevo la lujuria, la necesidad de tenerlo profundamente enterrado en su cuerpo, dejo su boca para besarle la mandíbula, ya él la había saboreado, ahora era su turno de hacerlo y quería grabar su sabor en su memoria, con ternura empezó su exploración, al parecer Jack deseaba esas caricias delicadas y dulces que le brindaba Elsa, pues los roncos gemidos que emitía cuando ella lo acariciaba la instaba a profundizar sus caricias, con una serie de besos en su torso y abdomen la boca de Elsa acariciaron las tetillas, usando sus dientes y lengua haciendo que Jack maldijera en otro idioma que Elsa no conocía, pero Jack suplicó piedad cuando Elsa tomó su pene en la boca saboreándolo, lamiéndolo para después tomarlo casi por completo.

Jack se sentía en el cielo, su Chiai lo estaba amando con la boca y que manera de hacerlo se sentía como un adolescente hormonal, había tenido un orgasmo impresionante, y ahora tenía otra erección y estaba a punto de correrse en la boca de ella, quiso detenerla, pero al parecer ella tenía otros planes y sin poderlo evitar terminó como ella quiso.

Elsa saboreó la esencia de Jack, era mejor de lo que había pensado, nunca le había gustado demasiado el sexo oral, pero con él, el deseo de saborearlo, de sentirlo correrse en su boca fue mayor, por lo que ignoró las súplicas de él para que se detuviera y ahora estaba saboreándolo.

Jack la sujetó para ponerla a su nivel y besarla, sintiendo su sabor en la boca de ella, sintiendo endurecerse nuevamente, al parecer con Elsa era insaciable quería penetrarla, quería sentir su maravilloso cuerpo, enterrarse nuevamente en ella.

Elsa se sentó a horcajadas encima de él y con movimientos ondulantes de su cadera, dejó que la penetrara, ante esa nueva postura, Elsa tenía el control absoluto, y le gustaba tenerlo, comenzó a moverse al principio lentamente, seduciéndolo, impacientándolo, Jack al ver que ella quería llevar el control, con una mano tocó donde sus cuerpos estaban unidos íntimamente y busco entre los pliegues húmedos de ella, su botón íntimo que acarició haciendo que la humedad aumentará y Elsa suspirará, haciendo que sus movimientos de cadera fueran más intensos, ella le suplicó con voz ronca que no la tocará de esa forma, pues quería disfrutar un poco más, y ese contacto la estaba poniendo a mil, al borde del orgasmo,  pero Jack quería darle todo el placer que pudieran obtener por lo que simplemente acarició sus pezones, pellizcándolos para después acaríciarle el clítoris, haciendo que Elsa jadeará y se moviera con más intensidad, hasta que Jack sintió como las paredes ella lo estrujaban por el explosivo orgasmo que la dejó temblorosa y jadeante encima de él, cuando ella se derrumbó sobre su pecho, Jack giró quedando encima de ella sin salir de su maravilloso cuerpo, y comenzó a penetrarla con estocadas largas, haciendo que Elsa se excitará nuevamente, marcando un ritmo que ella le seguía con gusto, disfrutándose mutuamente, el placer de los roces que generaba cada embestida, en esa ocasión juntos nuevamente se dejaron llevar, Jack llenado completamente a Elsa con su esencia y el cuerpo de ella aceptándolo gustosamente.

Permanecieron unos minutos en silencio, solo se oia sus respiraciones agitadas, cuando estas ya estaban mas normalizadas, Jack la besó con más intensidad al abrazarla con ternura y le dijo con voz ronca y exhausta.

-Chiai, mi hermosa Chiai- dijo con acariciando con ternura su rostro, quitándole el pelo de su sudada frente- eres única...

-Jack-saboreó el nombre- pase lo que pase, me alegro de estar así contigo...

-Yo también, no dudes que lo que paso aquí ha sido verdadero, eres muy especial y única para mí... yo...

-No Jack, no lo digas- lo silenció con un suave beso- me encantaría que me lo dijeras, pero creo que no vas a estar conmigo por mucho tiempo

La voz triste de ella fue una pequeña puñalada para su corazón enamorado, por lo que la apretó con más fuerza a su cuerpo

-Jack, aún hay cosas que arreglar, cuando puedas estar conmigo entonces, -dijo ella con una lágrima corriendo en su mejilla- me dirás lo que sientes, pero ahora no, porque aún no se quién eres y tú no sabes quién soy y no podemos estar juntos...

-Aún, mi Chiai- dijo Jack mirándola a los ojos, secando la solitaria lágrima con sus labios, saboreando la misma tristeza que él sentía- pero créeme que te protegeré hasta el día que podamos estar juntos Chiai. Créeme que haré todo lo que pueda para volver a ti...

-Yo te esperaré y también las explicaciones que ahora no quiero oír- dijo mirándolo fijamente a los ojos, dejando que sus sentimientos se reflejaran pues en los ojos de él brillaba un amor intenso que la colmaba de paz- te prometo que te esperare, pase lo que pase, min kjære.

Jack se emocionó por como lo nombro en noruego, por algún motivo era la despedida que no quería, pero Elsa le estaba diciendo adiós sin palabras y él aceptaba de igual manera.

Te protegeré  (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora