Resolución

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Capitulo 12 resolución 

Elsa luchaba consigo misma para mantener el miedo a raya, cuando el hombre de la disco la había ayudado a sentarse para que ya no le dolieran las costillas, pudo ver que su hermanita estaba despertando y la mirada de puro pánico tuvo el efecto de matar su propio miedo, debía proteger a su hermana y si ese hombre quería saber quién ayudo a Mariko ella asumiría toda la culpa, pero lo haría con la condición de que liberaran a su hermana, era su única familia y debía protegerla

Se maldecía por no haber hecho caso a su instinto, había tenido la premonición toda la noche que algo malo iba a pasar y por ignorarla ahora estaba en esa posición imposible, ahora debía pensar cómo podía ayudar a su hermana, pues si su intuición era correcta, estaba de pie ante las puertas del infierno y no sabía si iba a salir ilesa de ello, pero eso no le asustaba, le asustaba pensar que Anna estaba con ella y no estaba segura como evitar que su hermana la acompañara...

Tratando de mantener una fachada de normalidad, se dio el gusto de mirar con más atención al joven de cabello oscuro y ojos de chocolate frio que la miraba fijamente, sintió un rubor no deseado colorear sus pálidas mejillas, deseando que pensaran que era por cualquier cosa, menos que era por la sensación de mirar aquel hombre tan guapo que la miraba fijamente...

Otra vez esa sensación de seguridad

Al parecer su instinto trataba de decirle que él era de fiar, no como cuando había estado con Hans, el miedo y la sensación de peligro que la ahogo toda la noche y ella imprudente la ignoró

Tonta

Tonta

Se decía a si misma

Tonta y súper tonta

¿Qué estupideces estaba pensando? ¿Cómo era posible que se sintiera segura con un perfecto extraño?

Debía ser un efecto de la droga, pero, cuando había chocado con él en la puerta de la disco la había asaltado el mismo sentimiento de seguridad que sentía ahora, entonces no era la droga...

Un recuerdo lejano se filtró en su cerebro sobre cargado

Un recuerdo de su madre

Recordó la conversación que había sostenido acerca de cómo se conocieron sus padres

¡vaya momento para recordar! Se dijo con cinismo y desesperación

Debía dejar de divagar, debía enfocarse

Pero...

Pero...

El recuerdo seguía en su mente, suspiro profundamente y cerro un momento los ojos para poder disfrutar del recuerdo

Ella tenía alrededor de 15 años y empezaba de novia, pero tenía muchas dudas pues la presionaba para avanzar más en la relación, ella aún no se sentía muy segura de dar ese paso, así que, entre sonrojos vergonzosos y tartamudeo nervioso, se atrevió a preguntar a su madre si ella había... si... bueno si su padre había sido el único en su vida...

Su madre la miro largamente, sonriendo con dulzura, sorprendiéndola al abrazarla, Elsa se reconforto en el abrazo de su madre que le decía que todo estaba bien, después le tomo las manos y la miro a los ojos mientras le explicaba:

-Mira Elsa- empezó a decirle con ese tono serio cuando el tema era importante- tuve otros novios antes que tu padre, pero... con ninguno me sentía cómoda para tener más intimidad...-le dijo con un discreto rubor en sus mejillas-, solo hubo uno que me hizo sentir curiosidad, pero deje que mis amigas me presionaran y termine haciendo algo que no quería hacer, haciéndome sentir mal e incómoda conmigo misma. Después conocí a otra persona...

- Mi papá, ¿verdad? - la interrumpió Elsa

-No, hija- contesto apretando la mano- a tu padre lo conocí varios años después, pero quiero que entiendas que, si aún no estas lista no lo hagas, ni te dejes presionar...

- ¿Entonces quién era él? - pregunto Elsa refiriéndose a la persona de la que hablaba su madre

-Era un chico de Japón que vino de intercambio, me hacía sentir muy protegida, fui muy feliz mientras duró

- ¿Qué paso?

-Lo que suele pasar, hija, nuestros caminos se separaron y ya nunca convergieron, pero me enseñó a esperar a la persona correcta, pues ese sentimiento de protección solo lo volvía sentir con tu padre y ve ya veinte años después y aquí estamos. Espero haber ayudado a aclararte

-Mucho mamá, gracias...

Ahora el hombre que la había ayudado a sentarse y que la sostenía con cuidado, le transmitía seguridad, ¿era una señal de su madre para decirle que todo estaría bien?

Quería creer que sí, que él la ayudaría, pero no sabía aun si podía confiar en él, tenía miedo de equivocarse y que su hermanita saliera lastimada, no quería que su hermana saliera lastimada otra vez por su culpa, le había costado mucho recuperarse del sentimiento de culpa cuando Anna había tenido aquel accidente donde se había roto su brazo cuando tenía cinco años.

Sus padres le habían dicho que no era su culpa, pero ella iba en esa bicicleta que había roto el brazo de su hermana...

Ahora estaban en una situación imposible, ellas eran cautivas de los yacusas, pero antes fueron cautivas de la mafia rusa, podían ser vendidas como esclavas sexuales, como había escuchado decir Hans a Kristoff, y si no les decía lo que quería a Pitch, entonces quizá el ser vendida de esclava sexual no sería tan malo, ¿o sí?

¡Qué estupidez estaba pensando! Se regaño así misma

Claro que era malo lo que planeaban hacerles, como podía ser tan insensata

La droga

No había otra explicación; era la droga lo que la hacía pensar tantas tonterías juntas, debía pensar mejor como salvar a Anna y como salvarse a ella misma, porque tenía la fuerte sospecha que si salían de esa situación seria únicamente con su ingenio, o en el menor de los males que Anna saliera sana y salva, y ella... bueno ella sabría cómo arreglárselas... o eso esperaba...

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Te protegeré  (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora