Capítulo 37 Desesperación
Anna se sentía abrumada, tantas cosas en dos meses, uno prisionera y otro libre, pero en otro país, si la vida no hubiera dado esos giros, ahora ella estaría en su último semestre de ingeniería biomédica, su hermana estaría presentando su examen para ser admitida en el hospital de San Fransokio de manera permanente, pero ella había insistido en salir
Maldito día se dijo, como quería cambiar el pasado, un pasado del que no podía escapar y que no sabía cómo enfrentar. Su hermana estaba en mal estado, aunque Honey le dijera que se recuperaría, eso no evitaba que Elsa estaba como estaba por ella...
Pero Elsa no la culparía y eso le enojaba
Que irónico, pero si le molestaba
Quería que le gritara, que le dijera que era culpa de ella, pero sabía que no lo haría...
¿Por qué Elsa era tan... tan... práctica?
Por un momento, se detuvo a sí misma, no podía culpar a Elsa de ser Elsa, como le dijo ella, ambas eran muy diferentes, ella era simplemente pragmática, veía las cosas con frialdad y buscaba las ventajas en cambio ella era volátil, gritaba, despotricaba y una vez que sacaba de su sistema esa furia, entonces era cuando veía con objetividad la situación
Y cuánta razón tenía... no había tenido tiempo de despotricar y gritar, pues si lo hubiera hecho durante su cautiverio, su hermana hubiera sido más lastimada, ella por su lado no podía detener su fértil imaginación donde su hermana era lastimada y después de verla, corroborar lo que su fértil imaginación había creado, era como si cada golpe recibido, ella se lo hubiera propinado, por eso tenía tanta culpa y nadie entendía, ahora la atención estaba centrada en Elsa y lo agradecía, pero se sentía... desplazada... culpada... sola... muy sola.
Necesitaba que despertara Elsa para poder hablar, desahogarse y sobre todo que ella iba a estar bien. Tenía pánico de perderla...
Kristoff observaba a Anna más inquieta que de costumbre le preocupaba que no quisiera comer o separarse de Elsa, teniendo en mente los consejos de Honey decidió que era el momento de ayudar a Anna quiera o no.
-Necesita ayuda de un psiquiatra-le había dicho Honey
-No está loca- fue su aireada respuesta
- ¡¿Dios, por yo debo lidiar con bakas?!- fue la pregunta de Honey al oírlo, después hizo una pausa, al parecer estaba contando- mira Kristoff, no sé si lo baka sea exclusivo de los policías encubiertos o si mi primo te contagio lo baka, pero Anna sufre estrés postraumático severo, necesita ayuda y el mejor cualificado es un psiquiatra. Le he sacado cita, ahora por favor sé útil y llévala.
- ¿Por qué no la llevas tú?
-Porque desde que se ingresó a Elsa está muy rara conmigo- confesó Honey con voz acongojada- no me dice que le pasa, pero está a la defensiva conmigo y no deja sola a Elsa, no come, no duerme, y ya lleva casi una semana en esa actitud, ella me preocupa tanto o más que Elsa, así que por favor llévala, si tienes que prometer que nadie vera a Elsa, hazlo, pero ella necesita ayuda urgente, arrástrala si es preciso
Los escrúpulos que había sentido cuando acepto esa misión se perdieron al ver en persona lo que Honey le había descrito, se veía muy desmejorada, en sus ojos había un brillo febril que oscilaba entre la cordura y la locura, Honey tenía razón, algo muy malo le pasaba a Anna.
-Hola Anna- la saludo al entrar a la habitación, le dolió ver la mirada de desconfianza cruzar por los ojos lavanda, para después quedar velados- me preguntaba si quieres comer conmigo
-Hola- dijo con voz fría y seria- no quiero comer contigo, no quiero dejar a mi hermana...
-No creo que a Elsa le guste despertar y verte así- dijo sabiendo que era cruel el comentario- debes preocuparte más por ti
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Te protegeré (Jelsa)
CasualeElla sabía que estaba en problemas, pero no en cualquier problema, ella y su hermana lo estaban; se maldecía a sí misma por no haber sopesado mejor sus ideas. El hombre maldecía interiormente la suerte que dominó la situación, precisamente su mayo...