Un cerdo llora

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Antes que nada, mi hija junto con user03137759 y Ariaanita12 pidieron otro capítulo. En este caso tengo capítulos aún escritos, pero a partir de la siguiente semana, seguiré sólo publicando sábado y domingo, ando un poco adorada en el trabajo y no he tenido tiempo para escribir.

Cuando vuelva a tener varios capítulos consideraré hacer otro maratón posiblemente, pero aún no es un hecho.

Este es el capitulo tan esperado, el castigo de Hans, si no te gusta la violencia, no lo leas, es cruel, dirían algunos, yo le digo karma, pero es tan advertida, sólo me, queda decirles feliz lectura....

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Capítulo 36 un cerdo llora 

Hans nunca supo lo que era ser el objeto de palizas o de maltrato de alguna forma, pero desde que había sido gozado la hospitalidad de su suegro, tuvo tiempo, primero para intentar dirigir los golpes a otra persona, en este caso a Elsa.

Pero eso no era nada como pensaba en ese momento, ya desorientado primero entre la música tan alta que le alteraba los nervios impidiéndole dormir, así como las largas noches de frio que le calaba, que, a pesar de ascendencia rusa, no podía evitar titiritar de frio, aunque quizá también era parte del síndrome de abstinencia a la cocaína, le dolía el cuerpo de necesidad del olvido que le daba la maravillosa droga.

Su última dosis había sido en el día que había encontrado a las hermanas, tan eufórico estaba que se había inhalado dos líneas para mantenerse eufórico pero cuerdo mientras pensaba en interrogarlas, un plan chafado.

Ahora entre los dolores de los golpes que le había dado Mariko con el bastón de Pitch, sintiendo la nariz tapado a causa de la inflamación por el hueso roto y el dolor sordo, la cabeza le retumbaba entre la privación del sueño y su ansiedad por la droga.

Ahora que lo recordaba, definitivamente era el menor de sus males, hasta ese momento...

Cuando era él que provocaba dolor, una pequeña parte se asombraba de la fortaleza de algunas personas para soportar el dolor, como su esposa, pero una cosa era infligirlo y otra muy distinta padecerlo y ahora esa parte estaba asombrado de su propia resistencia

Se dio cuenta que el suplicar no ayudaba, así como el ignoro muchas veces las suplicas de sus víctimas, ahora las suyas eran ignoradas.

Vio su pie con el grillete tan apretado que el pie se veía ya morado, con un exudado sanguinolento, el pie ya hacía varios días que le había dejado de doler, se dio cuenta que, si salía vivo, perdería su pie por la gangrena que se le había formado por las llagas que se le infectaron.

Ya había olvidado lo que era un buen baño con agua templada, pues los cubetazos de agua fría que le daban no ayudaba a su higiene y menos cuando a causa del dolor, sus esfínteres decidieran ceder y dejar salir sus fluidos corporales mojando las llagas que se le había formado por la cadena que lastimaba su piel, entre el excremento que se colaba entre el grillete y su piel, se había infectado sus heridas y ahora el olor que se mezclaba entre sus propios desechos, como el vómito, orina y excremente rivalizaban entre ellos mismos haciendo la peste intolerable.

Eso era lo único que le servía de parámetro en el tiempo, ya no estaba tan seguro de cuánto tiempo llevaba en esa habitación, desde que Mariko todos los días le ayudaba a recordar todos los detalles de su matrimonio, al parecer ella quería hacerle saber cómo se sintió cada día durante ese matrimonio.

Como era la nariz rota en pago de su brazo fracturado, la paliza con el bastón a cambio de la paliza que le dio por su primer error en casa.

Aun sentía dolor al recordar su despertar al día de ver a Mariko, cuando sintió una descarga eléctrica en sus testículos, la desgraciada le había dado con un taser con la máxima descarga, fue la primera vez que su ano se relajó de dolor, la primera vez de muchas veces, pues Mariko no se sintió feliz con una descarga, y cuando perdía el conocimiento el agua fría lo revivía, haciendo la descarga aún más dolorosa.

Te protegeré  (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora