Nanao

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Capitulo 13 Nanao 

Esa mañana se cumplían 5 años de libertad, pensaba la joven que miraba con tristeza el paisaje urbano de su departamento, a pesar de solo tener 23 años se sentía de 90 años, había vivido tantas cosas...

Con un suave suspiro se levantó de la cómoda butaca en la que se encontraba sentada, ya debía escribir el aviso para decirle a su amiga incondicional que estaba bien, aunque...

Se sentía muy nerviosa.

Ya hacía más de un mes que no sabía nada de ella, posiblemente estaría distraída o su hermana las había descubierto.

Pero no podía estar segura, lo más probable es que se le hubiera pasado pues era el último año de la universidad de su amiga, quien por ayudarla había perdido un año, pero nunca acabaría de agradecerle que la ayudara a abandonar a ese cerdo que era su marido y subirse al tren.

Aún se le hacía risorio que se le llamara tren, cuando era más que nada un interminable cambio de estaciones en su vida.

Cuando salió por primera vez de su ciudad San Fransokio, viajando por todo Estados Unidos al principio con el pánico que la hallara Hans, pero cuando piso suelo europeo pudo respirar más tranquila, Anna la había alcanzado en Noruega y así supo de la muerte de los padres de ella, no pudo evitar sentirse culpable, quizá si ella no hubiera acudido con ellos, quizá aun estuviera vivos, pero su querida Anna le dijo que no, solo había sido un desafortunado accidente y ahora Elsa estaba arreglando las ultimas propiedades que tenían en Noruega antes de radicar definitivamente en Estados Unidos, Anna quería terminar su carrera y Elsa titularse, solo estaban de año sabático por la muerte de sus padres, quienes con gran previsión les habían dejado una herencia que les ayudaría hasta que pudiera trabajar y ser independiente, pero ... a pesar de las explicaciones de su antigua compañera de habitación, no pudo dejar de pensar que ella era responsable, por lo que hicieron un pacto, desafiar las indicaciones del tren y ponerse en contacto cada 6 meses, Anna le mandaría un mensaje cifrado un mes antes que ella indicara el suyo a Elsa a través del periódico acordado, en el caso de Anna su mensaje seria en una página web.

Hasta ese momento, Anna solo se había retrasado en una ocasión cuando tuvo exámenes finales especialmente difícil, pero a la semana ya se había comunicado, no como ahora que ya tenía un mes sin saber nada de ella y en su cuenta de Facebook ya tenía bastante tiempo sin actualizar, aunque también la dejaba mucho tiempo sin actualizar, pero ahora no sabía que estaba ocurriendo, algo no estaba bien

Pero no podía ponerse en contacto con ellas, eso era claro, no quería ponerlas en riesgo

Sus pensamientos la llevaron a su infancia agridulce, pues sus padres eran tan protectores que no le dejaron enfrentarse a las circunstancias de una vida sin privilegios, por eso cuando pudo, quiso tener su propio espacio, ser libre aunque significará dejar atrás a su amigo y protector Tora, pero quería probar sus alas.

Por eso mando su solicitud a la universidad de San Fransokio que, aunque estuviera en otro continente, había muchas cosas que no le harían extrañar su natal Tokio, durante su primer año se aclimató, ignorando las miradas de burla por su cabello blanco y ojos ambarinos, si, definitivamente una combinación nada favorable, ya que en los exclusivos colegios en lo que estudio nadie se atrevía a molestarla al ser hija del poderoso Hamate Kyoru conocido hombre de negocios, o eso creía...

Pasado el tiempo de adaptación, conoció a una chica de cabellos rojos, no el color de las zanahorias, el rojo de esa chica era bastante peculiar, parecía de caoba, muchos pensaban que se teñía, ella misma lo pensó, pero al tratarla se dio cuenta que ella también llamaba la atención como ella misma por su belleza tan peculiar, ya que siempre a las pelirrojas se le atribuye ojos verdes, pero Anna los tenía azul oscuro, tan oscuros que a veces parecían color lavanda, y entre su color de cabello de fuego y sus ojos llamaba mucho más la atención que ella que era de cabellos blancos y extraños ojos ambarinos; quizá por su genética tan peculiar fue que conectaron de inmediato, para Mariko, Anna fue la hermana que no tuvo, cuando conoció a Elsa la hermana mayor de Anna que iba a otra universidad, parecían tan diferentes, pues Elsa era un año mayor que ella, pero así como Anna era pelirroja, Elsa era rubio platino casi blanco su pelo como el de ella misma, pero los mismos ojos azules de Anna, pero en tono de un zafiro, fuego y hielo así les decían y ella era el intermedio.

Te protegeré  (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora