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Caminaba en silencio junto a Jaebum. Nos estábamos dirigiendo a un lugar que a nadie le agrada visitar o ver, a no ser que sea una persona con gustos extraños.
En ningún momento me había atrevido a sacar algún tema de conversación para hacer más ameno el camino, porque Jaebum parecía que no estaba de humor y se le veía más triste de lo normal.
No sabía qué clase de pensamientos estaban cruzando por su mente, pero no debían de ser nada buenos.
Él simplemente me había llamado por teléfono y me había dicho que se encontraba enfrente de mi casa y que por favor le acompañase a un lugar muy significativo para él. Cuando le pregunté sobre el sitio al que iríamos y me comentó el lugar que sería, mi cara se puso más blanca de lo normal. Por una parte no quería ir, porque sabía que todo iba a ser muy doloroso. Pero por otra, tenía ganas de acompañarle porque esto significaba mucho para él y que hubiese contado conmigo para que le acompañase era un gran detalle.
No tenía ni idea de por cual persona estábamos aquí, pero en poco tiempo me iba a enterar.

Después de unos diez minutos más, llegamos al lugar. Estábamos frente a la alta y grande puerta de rejas negras y se podían divisar desde este mismo lugar muchas tumbas. Sí, estábamos en el cementerio.
Mi hyung suspiró con fuerza, para luego empujar la puerta y dejarla un poco abierta. Ambos entramos todavía en total silencio, y lo único que hice fue continuar siguiendo los pasos de mi amigo.

Al cabo de un pequeño tiempo donde solo vi tumbas y más tumbas, paramos en una que estaba en un buen estado y tenía unas flores ya marchitadas. En la placa se podía apreciar perfectamente el nombre de la persona fallecida.

Park Yoona
1971 - 2014

Miré a mi hyung, quien estaba quieto observando la placa con el nombre de aquella mujer desconocida para mí.

-¿Quién es? -pregunté en un tono muy bajo.

Tenía miedo de hacer cualquier pregunta. Lo que menos quería era incomodarle o parecer un entrometido. Pero si me había pedido que le acompañase sería por algo, ¿no?

-Mi madre. -susurró.

Me quedé paralizado al escuchar esa respuesta, no sabía qué decir. ¿Me había invitado a ir a visitar a su madre? Esto era demasiado, ni siquiera merecía estar aquí, junto a la tumba de una persona tan preciada para Jaebum.

-Cr-Creo que debería irme... -murmuré mientras retrocedía varios pasos.
-¿Por qué?

Jaebum agarró mi brazo y me trajo de vuelta, sus ojos me miraban con confusión.

-Porque es tu madre. -aclaré. -No merezco estar aquí visitándola cuando yo no he hecho nada por ti como para tener este privile...
-¿Eres tonto? -me interrumpió con un tono de incredulidad. -¿Cómo puedes decir algo así? -fruncí el ceño, ahora el confundido era yo. -Has hecho muchísimo por mí, y si te he traído hasta aquí conmigo es porque estoy dispuesto a contarte una de las razones por las que mi vida es una mierda. -confesó.

Iba a responder, pero las palabras se quedaron atascadas en mi garganta y no pude hacerlo.
Estaba bastante sorprendido, ¿en serio por fin se iba a animar a contarme algo sobre su pasado? Y más asombroso aún, ¿sobre su madre?

-Vamos a sentarnos. -dijo mi hyung mientras se sentaba en el césped, a un lado de la tumba.

Me quedé varios segundos mirándole para luego yo también sentarme frente a él.
Los silencios que teníamos para mí eran algo incómodos, pero entendía la situación, así que no los evitaba.

Tras unos minutos, Jaebum carraspeó y nuestros ojos se encontraron a la vez.

-¿Quieres escuchar la historia? -preguntó.
-Por supuesto que sí. -asentí. -Siempre y cuando tú no tengas problema con ello.
-Para eso mismo te he pedido que vengas conmigo. Necesito desahogarme con alguien, no sé... Sentirme un poco comprendido. -jugó con sus dedos.
-Puedes contar conmigo para ello. -sonreí levemente. -Soy todo oídos, hyung.

No te acerques a él [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora