No te acerques a él [2Jae]

10.

-Oh, dios, Jaebum... Eres increíble, mmm. D-Dame más ahí.
-¿Justo aquí? -me dio con más ganas.
-Sí, dios mío, estoy viendo el cielo. -gemí otra vez.
-Joder, si tuviese los ojos cerrados ahora mismo, creería que estoy en medio de una escena porno. -comentó Jinyoung con desagrado.

Jaebum y yo soltamos una gran carcajada al escuchar el comentario de mi mejor amigo. Y sí, tenía razón, por lo que decía parecía que estaba teniendo relaciones con Jaebum, cuando en realidad él me estaba haciendo un masaje por la apuesta que perdió.

Estábamos en mi habitación, yo echado boca abajo sin camiseta, Jaebum sentado en mi culo y Jinyoung en la silla del escritorio mientras miraba su teléfono y a veces a nosotros.

En realidad podríamos haber estado Jaebum y yo solos, pero el hecho de solo pensar en la escena de él haciéndome el masaje a solas me dio mucha vergüenza. Así que para evitar esa incomodidad, decidí llamar a Jinyoung para que él estuviese presente y yo así poder disfrutar del masaje sin morirme por la timidez.

Aunque debía añadir que la manera de saludar Jinyoung a Jaebum, fue demasiado antipática y seca. Pero después de un rato, mi mejor amigo se relajó y empezó a tratar con normalidad a nuestro hyung. Eso me tranquilizó bastante, porque lo que menos quería era que se llevasen mal o tuviesen algún tipo de problema.

-Después de este masaje voy a ver la vida de otra manera. -dije mientras volvía a cerrar mis ojos.
-¿La verás más bonita? -preguntó Jaebum.
-Sí, hasta que me vuelva a doler la espalda. -respondí. -Mm, de verdad, tienes unas manos maravillosas. -elogié.
-No es la primera vez que me lo dices. -contestó con picardía.
-Te habría dado un golpe si no estuvieses encima de mí.
-Es por eso que he aprovechado para decirlo. -rio.

La habitación se quedó en silencio por un par de minutos. Todo estaba tranquilo, Jaebum concentrado en el masaje y yo disfrutándolo, hasta que mi mejor amigo soltó un comentario poco apropiado.

-Ahora que lo pienso bien, si yo no estuviese aquí esto sería distinto. Seguramente él no solo te estaría haciendo un masaje. Siento que sobro. -hizo una mueca de incomodidad.
-¿Qué mierda acabas de decir? -pregunté atónito.

Jaebum paró de masajear mi espalda y ambos nos quedamos mirando a mi mejor amigo. ¿Qué clase de comentario era ese?

-Perdón, es lo que pienso. Por mucho que me cueste aceptarlo, ambos desprendéis una tensión sexual que ni con el cuchillo más afilado se puede cortar. -se levantó de repente y se dirigió hacia la puerta. -Os dejo solos.

Iba a levantarme, pero el cuerpo de mi hyung no me lo permitió.

-¡Bájate! -le pedí en un medio grito y él me hizo caso.

Me levanté de la cama y salí veloz de la habitación para parar a Jinyoung. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué de repente le había dado por pensar y decir eso?

-¡Jinyoung, no te vayas!

Conseguí agarrar la manga de su jersey y pararle, estaba casi por salir del apartamento. Le giré y me encontré con sus ojos, los cuales no expresaban nada y eso no me aliviaba, porque él solía ser muy expresivo y gracias a ello sabía muy bien cómo se sentía cada vez que me miraba porque conocía cada una de sus expresiones, pero esta era indescifrable.

-Oye, Jaebum y yo no tenemos ningún tipo de tensión, solo somos amigos que están empezando desde cero. No quiero que malinterpretes las cosas.

Él en respuesta suspiró y movió su brazo para que dejase de sujetar la manga de su jersey.

-Jinyoung, de verdad...
-¿Crees que soy tonto? -habló en un tono bajo, interrumpiéndome. -Tú no le estabas viendo mientras te hacía el masaje, tampoco le viste cuando te quitaste la camiseta y dejaste al descubierto tu cuerpo. Él no te mira como un simple amigo, puedo notar esas cosas. -replicó.