27.

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Me giré lentamente hasta encontrarme a Jaebum con solo un pantalón de chándal que usaba como pijama, sin camiseta y con el pelo mojado. Estaba demasiado sexy, pero ahora mismo no podía ponerme a pensar en eso porque había sido pillado.

Tenía que disimular y encontrar alguna excusa para hacerle creer que estaba haciendo algo opuesto a lo que él podría creer.

-Responde a mi pregunta. -me pidió al ver que estaba callado.

Si él notaba mis nervios iba a darse cuenta de que podía estar mintiendo, así que me obligué a actuar. Aunque su semblante serio y molesto no ayudaba en nada.

-Estaba buscando una cosa, hyung. -respondí con fingida tranquilidad.
-¿Qué cosa? -dio un paso hacia delante.

Mierda, eso no lo había pensado. ¿Qué podía decir que estaba buscando? En su habitación no había algo que me hiciese falta, y él eso lo sabía demasiado bien.

-Estaba buscando... -pensé unos segundos más. -Folios. -solté.
-¿Folios? -alzó ambas cejas.
-¡Sí! -asentí varias veces. -Se me han acabado y como tú tienes muchos, entonces estaba buscándolos.

Mi novio suspiró ante mi respuesta y giró su cuerpo para dirigirse al escritorio y sacar de un lado de este los folios.

-Sabes perfectamente que los folios los tengo en mi escritorio para que estén más a mano. -los soltó con brusquedad en la mesa. -Así que no estabas buscando folios.

Él me miraba tan fijamente y con esa seriedad que usaba cuando estaba rodeado de gente que no conocía, que me estaba dando mucho miedo, ya que a mí nunca me miraba así.

-Dime la verdad y no habrá ningún problema. -volvió a hablar al ver que no tenía intención de responder.

Si le decía que en realidad estaba buscando las notas naranjas porque la otra vez leí el mensaje de esa persona misteriosa y ahora había tenido una pesadilla con ello, ¿no iba a haber ningún problema? Me costaba creerlo.

-No era nada importante, Jaebum hyung. Lo siento, no volveré a buscar entre tus cosas.

Hice el intento de salir de la habitación, pero él se colocó delante de mí para impedirme el paso.

-¿Qué estabas buscando? -preguntó con clara molestia en su voz.

Estaba agotando su paciencia y eso no era algo bueno. Porque aunque Jaebum era incapaz de hacerme daño físicamente, sus palabras sí me dolían y su mal carácter me daba miedo.

-Vale, te lo voy a decir. -acepté con el corazón a mil. -Pero con la condición de que me prometes que no te vas a enfadar.

Él se quedó unos segundos quieto mientras pensaba en la condición. Sabía que una vez se enterase de la verdadera razón por la que estaba ahí se iba a enfadar. Pero si me prometía que no lo haría, entonces él iba a intentar cumplir con su palabra y lograría evitar escuchar sus gritos y ver su lado malo.

-Te lo prometo. -dijo con sinceridad.

Bien, esperaba que cumpliese con su palabra, porque decirle la verdad me iba a costar. No quería que él perdiese la confianza en mí al enterarse de que a veces me metía donde no me incumbía.

Con miedo le expliqué todo. Le comenté sobre esa noche en la que estábamos en el sofá a punto de ver una película y vi el par de mensajes. También le conté la pesadilla tan horrible que había tenido y lo que estaba buscando en su habitación por culpa de ello.

No me interrumpió en ningún momento de la explicación, pero algunas de sus expresiones me dejaban claro lo que estaba pensando.

-Perdóname, yo solo quiero ayudarte y que salgamos de esto juntos. No quiero dejarte solo con algo tan serio. -coloqué mis manos en sus hombros. -Necesito que me enseñes esas notas, tal vez puedo servir de ayuda. -intenté convencerle.
-No puedo meterte en este problema que ni siquiera yo me he buscado, Youngjae. Así que mi respuesta es no. -quitó mis manos de sus hombros y abrió la puerta de la habitación. -Vete, por favor.

No te acerques a él [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora