28.

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Abrí mis ojos de sopetón al escuchar un fuerte ruido proveniente de otra habitación. Todos nos habíamos quedado en casa de BamBam a dormir, ya que se nos había hecho muy tarde, y como los padres de Bam habían salido durante un par de días, entonces él podía darse el lujo de invitarnos también a dormir.

Giré mi vista hacia el lado izquierdo de mi cama y Jaebum seguía ahí, también se había despertado pero no había emitido ningún sonido. Suspiré muy cansado y miré la hora en mi teléfono. Eran las diez de la mañana, y por el ruido que escuché suponía que ya algunos estarían despiertos.

-Hyung, hora de levantarse. -palmeé una de sus piernas y me levanté con pereza.

Había dormido bastante bien y eso me hacía estar de buen humor. A pesar de que la cama era un poco pequeña para dos personas, el hecho de que Jaebum me había abrazado durante toda la noche me hizo descansar una vez más como un bebé.

Me coloqué las zapatillas y fui hacia el salón, donde me encontré a Yugyeom y BamBam discutiendo en voz baja. Alcé una ceja al verlos tan juntos pero a la vez tan molestos. ¿Qué había pasado?

-¿Buenos días? -lo dije con duda, porque para ellos no sabía si era un buen día.

Ambos dejaron de discutir y se separaron un poco para mirarme.

-Oh, ¡hola, hyung! -saludó BamBam. -Eres el único aparte de nosotros que se ha despertado.
-No, Jaebum también está despierto. -comenté mientras me acercaba más a ellos. -¿Estabais discutiendo? -me atreví a preguntar.

Ellos se quedaron callados y se miraron entre sí, para luego Yugyeom asentir.

-Sí, porque BamBam es un idiota. -contestó.

El nombrado le miró de mala gana y le dio un manotazo en el hombro.

-Aquí el único idiota eres tú.

No entendía nada, pero quería que me explicasen el porqué se estaban insultando cuando ambos se querían demasiado y siempre se llevaban bien.

Jaebum hizo acto de presencia mientras se rascaba un ojo y bostezaba. Esperaba que hubiese dormido bien, sino me iba a sentir muy mal.

-Buenos días, hyung. -dijeron Yugyeom y BamBam al unísono, por lo que se miraron de mala gana.
-Buenos días. -sorpresivamente respondió, cosa que ilusionó a mis amigos.

Yo sabía que todo esto lo hacía más que nada por la situación que estaba teniendo con Huit. Pero esperaba que también sirviera para poder al final conseguir ser más cercano a todos y considerarlos por fin unos amigos.

-Vamos a desayunar, estoy harto de esperar a los otros dormilones. -soltó Yugyeom mientras se dirigía a la cocina como si se tratase de su propia casa.
-No toques mi comida, estúpido. -se acercó BamBam a su mejor amigo para agarrarle los brazos.
-O sino qué. -le miró desafiante el otro.

Se quedaron varios segundos mirándose fijamente o mejor dicho, matándose con las miradas. Rodé los ojos y me puse en medio de ambos.

-Si necesitáis una noche de sexo entre vosotros, entonces hablarlo más tarde, pero ahora mismo vamos a desayunar.

Los dos me miraron como si hubiese dicho una locura, pero no pensaba que fuese ninguna. Parecía que entre ellos había una tensión sexual que se podía cortar con un afilado cuchillo.

-¿Estás loco? -me miró BamBam incrédulo. -El problema no es ese. Es más, hemos dormido juntos y si tantas ganas nos tuviésemos ya lo habríamos hecho.

Yugyeom asintió a las palabras de su mejor amigo, dándole la razón.

-Entonces, ¿cuál es el problema?

No te acerques a él [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora