24.

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Me sentía feliz, demasiado. Hacía bastante tiempo que no me había sentido durante varios días seguidos tan lleno.

Mi mini viaje con Jaebum, fue maravilloso. Ambos disfrutamos como niños pequeños, incluso vi más tiempo a mi hyung sonriendo que con su semblante serio. Algo que me encantó y me tuvo cautivado durante los tres días enteros.

Me ponía a recordar algunos de los momentos que compartimos y era inevitable no sonreír como un tonto enamorado. De todas maneras, eso es lo que era.

-¡Mira, hyung! -señalé una vitrina de una pastelería que había en la calle por la que estábamos caminando, tenía muchísimos dulces de todo tipo.

Jaebum dirigió su vista hacia donde había señalado y asintió con una pequeña sonrisa.

-¿Quieres algo de ahí? -me miró esperando una respuesta.

La verdad es que sí, pero odiaba hacerle gastar más dinero de la cuenta a mi hyung, pero él era muy cabezota y quería comprarme de todo, aunque me negase mil veces.

-No, no... Solo te lo he dicho porque a ti también te gustan los dulces. -mentí.

No era mentira que a Jaebum le gustaban los dulces, pero no era tan fan de ellos como yo. Si pudiese pasarme toda la vida comiendo cosas dulces y sin engordar o empeorar mi salud, sin duda alguna sería el hombre más feliz.

-Ah, bueno... Pero no me apetece nada ahora mismo.

Asentí a su respuesta sin más y tiré de su brazo para que pudiésemos seguir caminando hacia otro lugar.

-Pero, tú quieres, ¿verdad?

Me quedé quieto al escuchar aquello y rápidamente negué. No quería que comprase algo más para mí. Hoy me había comprado dos camisetas, una sudadera, había pagado el almuerzo y ahora no le iba a permitir que también me pagase la merienda. Además, yo había traído algo de mi propio dinero, el cual le había pedido a mis padres, así que podía comprarme los dulces yo. Pero la verdad es que mi dinero más que nada lo quería usar para comprarle cosas a Jaebum.

-No quiero, gracias. Además, traigo dinero. -respondí, tirando de nuevo de su brazo.
-Pero, ese dinero deberías usarlo para cosas muy necesarias, nada más.

Claro, necesarias como el comprarle cosas. Porque estaba harto de ser yo quien recibiese todos los regalos.

Entonces se me ocurrió la idea de ir al centro comercial, que estaba bastante cerca de donde estábamos paseando.

-Hyung, ¿no te apetece ir un rato al centro comercial? -pregunté entusiasmado.

Él se quedó pensando unos segundos y luego asintió.

-Sí, la verdad es que quiero comprar un par de cosas.

Sonreí satisfecho por su respuesta y fuimos hacia allí.

Entramos a varias tiendas, Jaebum lo que quería era comprarse un par de camisetas que hiciesen juego con las que me había comprado él.
Al enterarme de eso me sonrojé mucho y me causó demasiada ternura que él quisiese ir a juego conmigo.

Esta era mi oportunidad para por fin poder regalarle algo yo sin necesidad de que sacase su cartera.

Después de él escoger las camisetas que hacían juego con las mías para poder parecer todavía más una pareja, le pedí que fuese a buscar alguna gorra negra porque la necesitaba. Aunque en realidad era solo una excusa para poder salir victorioso con mis verdaderas intenciones.

No te acerques a él [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora