15.

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El puente había terminado y por ende el viaje que tuvimos también. Incluso habían pasado varios días desde que volvimos a Seúl, para ser exacto tres. Todo seguía como siempre, iba a la universidad, volvía a casa, hacía las cosas de mi día a día y luego me iba a dormir.

Desde que volvimos del viaje, por cosas de la vida Jaebum y yo no nos habíamos vuelto a ver. Era común en nosotros el no vernos demasiado durante la semana, casi siempre nos solíamos ver los fines de semana y los demás días la mayoría de veces nos manteníamos en contacto por mensajes o llamadas.

Pero lo que sí había cambiado era mi estado de ánimo cuando se trataba de mi amigo. Desde la conversación que tuvimos sobre el tema del casi beso no estaba tan a gusto. No me sentía igual que siempre y cuando pensaba en él e incluso pasaba por su lado o cerca de su clase en la universidad, comenzaba a encontrarme nervioso.

Sabía que la situación que vivimos del casi beso despertó en mí algo diferente y nuevo. Algo que nunca había sentido porque nunca en mi vida había tenido una sensación de ese estilo con un hombre. Mis pocas experiencias habían sido con mujeres, personas del género contrario, y ni una vez en mi vida me había acercado tanto a un chico y menos para darle un beso en los labios. Beso que no llegó a serlo realmente, pero que aun así me confundía al máximo y no sabía qué hacer.

¿Por qué me sentía tan confundido si en realidad nada pasó? Jaebum siempre logró hacerme sentir de una manera muy distinta, hablando de forma amistosa él me hizo ver la amistad desde otra perspectiva y por ello a día de hoy me sentía más apegado a él que a cualquier otra persona.

Mi amistad con Jaebum no fue como cualquier otra. Uno siempre conoce a otra persona por coincidir en algún lugar, por tener amigos en común o cosas así. Pero yo conocí a mi hyung gracias a que escuché a mis amigos hablar de él y por alguna extraña razón me interesé demasiado en su persona y en poder lograr entrar en su vida. Le busqué y fui perseverante con él hasta que conseguí llegar a donde estaba ahora.

Sin exagerar ni un poco, podía admitir que la decisión que tuve de intentar entrar en la vida de Jaebum, fue una de las mejores que tomé en mi vida.
Él se ha convertido en una persona fundamental en mi día a día. Es de las personas más increíbles que he conocido, y a medida que va pasando el tiempo voy dándome cuenta de que tengo un tesoro maravilloso junto a mí.

No sabía si lo que sentía por Jaebum era pura admiración y amor de hermanos. O si había algo más que me hacía sentir tan especial, nervioso y feliz con él.
De todas formas, fuese lo que fuese, no tenía interés en averiguarlo. Sabía que en algún momento, ya sea tarde o temprano, la respuesta iba a salir sola sin necesidad de darle vueltas al tema.

En estos momentos me encontraba frente a la clase de Jaebum. No había ido a verle a él, en realidad Seulgi me pidió que fuese a verla porque había pasado ya un tiempo desde la última vez que nos vimos y hablamos cara a cara. Lo poco que hacíamos era mandarnos mensajes por Kakao Talk o saludarnos brevemente por coincidir en los pasillos.
Ambos nos echábamos de menos y necesitábamos vernos aunque fuese por un rato, y ese rato coincidió en la quinta clase del día que por casualidades de la vida los dos teníamos libre.

Me planté frente a una de las puertas de la clase y me apoyé en el marco de esta. Busqué con mi mirada a Seulgi y ella me notó rápidamente, me dijo con la mano que la esperase y yo asentí en respuesta. Aproveché aquello para observar a mi hyung. Él se encontraba sentado mientras miraba su teléfono, no me había notado en ningún momento. Al verle tan concentrado en su móvil, decidí mandarle un mensaje para que notase mi presencia.

"Hyung, estoy en la puerta de tu clase ;)"

Jaebum leyó el mensaje muy rápido y alzó la mirada para verificar que estaba ahí. Al verme por durante unos segundos, bajó la vista y escribió en su teléfono. Nada más que paró me llegó la notificación de que me había hablado, así que me dispuse a mirar lo que me había dicho.

No te acerques a él [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora