Capítulo 21 ┋ Antifaz.

1.9K 155 10
                                    



Cuando era pequeña, y veía películas de terror, me aterraba el dormir sola por el simple hecho de imaginar que un monstruo saldría de abajo de mi cama para hacerme daño, o que un espíritu me despertaría a mitad de la madrugada para consumir mi alma o lo que sea que esas películas me hacían creer. Ahora que soy grande, ya no le temo a dormir sola por los muertos, sino que por los vivos. Ahora ya no temo que un monstruo salga de abajo de mi cama, temo que un humano entre por mi ventana a hacerme más daño de lo que un fantasma podría. ¿Cómo puedo dormir sola, como puedo estar bajo la seguridad de mi propio hogar, sí ya no sé qué o quién puede estar esperando en la sala de mi casa a que yo llegue y atacarme?

—Señorita, ya hemos revisado todo el lugar y no encontramos a ninguna persona. —me dice el oficial, a quien llame apenas vi que alguien había entrado. Más bien, Laura se despertó por mi grito de temor y, prácticamente, me obligó a que avisara a las autoridades.

—Se lo agradezco. —digo poniéndome de pie ya que me encontraba sentada en mi sala de estar, con Laura a mi lado.

—Antes de que nos vayamos, un oficial quiere hacerle algunas preguntas de control. ¿Está bien? —yo solo doy un asentimiento con la cabeza. El hombre frente a mí sale por la puerta, a lo que supongo que irá a informarle a su compañero. Doy un respiro y siento mis manos temblar. Si el cajón de mi ropa interior estaba abierto, eso significa que se llevaron parte de mi privacidad.

—¿Crees que fue buena idea haber llamado a la policía? ¿Y sí todo empeora? —le murmuro a Laura, viendo como los oficiales bajan las escaleras para luego irse por la puerta.

—Estuvo bien, Maggie. Necesitas sentirte protegida, la policía ayudará, tú tranquila. —lleno mis pulmones de aire y asiento. Subo mi mirada lentamente viendo como un oficial, que no había visto antes, se adentra a mi casa.

—¿Cuál de ustedes dos es la dueña del hogar? —pregunta con su ronca voz y puedo sentir como Laura, a mí lado, está a la nada de desmayarse ante su presencia.

—Yo, yo soy. —hablo claro para que me oiga.

—Perfecto, señorita Álvarez. —dice, muy formal y serio—. Solo le haré algunas preguntas, algo de rutina para saber bien a donde debemos guiarnos, ¿de acuerdo? —asiento, viendo como él toma una libreta, junto con una lapicera, para luego volver su mirada a la mía.

—¿Tu nombre es Magali Álvarez? —asiento—. Bien, Magali, dime, ¿tienes contacto con alguien a quien sientes que quiere hacerte daño? ¿Alguien que tú conozcas y creas que sea capaz de hacer eso o simplemente te haya amenazado?

Entonces recuerdo los mensajes.

Tomo mi celular y se lo extiendo. Él parece extrañado, pero lo toma y comienza a mover sus pupilas sobre la pantalla.

—No sé quién es, no lo conozco, no es amigo mío ni nunca he interactuado con él cara a cara. —añado.

—¿Crees saber porque esta persona tiene estás intensiones contigo? —niego.

—Realmente no lo sé. —me devuelve el celular y lo tomo, volviendo a refugiarlo en la privacidad del bolsillo trasero de mi jean.

—¿Has notado más actitudes extrañas además de los mensajes? ¿Sientes que alguien te sigue, te vigila? ¿Se han metido antes en tu habitación? —pregunta, continuando con sus anotaciones.

—Este último tiempo estuve sintiendo que alguien estaba acechándome, pero no le tome importancia. A veces sentía la mirada desconocida o que alguien seguía mis pasos. Me estuve sintiendo muy controlada y ya no sé cómo manejarlo. —me cruzo de brazos, como queriendo protegerme de lo que sea que pueda lastimarme—. De meterse en mi habitación, creo que una vez sucedió, pero no hice la denuncia ya que solo había recibido un mensaje que se burlaba de mí sobre eso, pero lo tuve como eso, una broma que no había sucedido. Ya sabe, no note nada extraño o fuera de lugar en mi habitación, por eso no me intereso.

INFERNAL © ┋ ¿En quién confías? [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora