Capítulo 37 ┋ Madera.

569 66 3
                                    

—¿Cómo has estado? —la pregunta de Emma llega hasta mis oídos. Luego de infinidades de palabras que fueron y vinieron con Ashton, Emma e Isabella, los tres hermanos salieron de la habitación para ir a ver a Franco, y ahora, mi ex compañera laboral, se encuentra sentada a mi lado, mirándome con cierta pena, lo que intuyo que la expresión de mi rostro no debe de ser la mejor. Doy un largo respiro antes de hablar.

—No recuerdo con claridad cuando fue la última vez que tuve un buen día, y una buena noche. —declaro, siendo sincera—. Pero tengo esperanza de que todo esto acabe y pueda retomar mi vida como era de habitual. Empezar la universidad nuevamente, conseguir un trabajo porque soy consciente de que ya no soy participe del bar en el que estaba trabajando antes de que todo esto sucediera. Sólo quiero dejar está etapa en el pasado y continuar.

Todo lo que digo por cierta parte es verdad, pero hay algo que oculto para mí, y es que quiero salir de este hospital, recuperar mi salud estable y buenas energías para llegar al final de túnel y saber qué fue lo que sucedió esa noche de primavera.

—Eso va a pasar muy pronto. Te lo prometo. —dice, tomando mi mano—. Todo este año parecía eterno. Toda una vida, por así decirlo. Pero ya estás despierta, pronto saldrás de aquí y recuperaras tu memoria, para dejar todo atrás. Tu madre, tu hermano, todos nosotros estamos esperando a que mejores, pero sobre todo tú tienes que mejoras para ti misma.

—Lo prometo. —aseguro mis palabras con una sonrisa.

Ella se pasa las manos por la cara. —¡Que infierno! Los primeros meses todo parecía tan irreal. La policía incluso me interrogó a mí, para profundizar más en tu vida, incluso cuando yo estaba fuera del país. A penas lo supimos, tomamos el primer vuelo y venimos hasta aquí. Tu madre, Laura, Daniel, Liam, todos estaban tan en estado de shock, no podíamos creerlo.

Liam.

¿Por qué me detengo tanto a penas escucho su nombre?

—Pero ahora ya estás despierta y todo estará más que bien. Que tú estés consciente es lo único que importa. —se queda viéndome—. Casi ya ni se notan las marcas en tu rostro.

—¿Antes eran peor? —pregunto, acariciando las cicatrices con las yemas de mis dedos.

—Bastante. Cuando me dejaron visitarte luego de la operación, tenías marcas muy profundas. En tu rostro y por todo tu cuerpo. Los enfermeros aseguraron que se debieron a un posible arrastre por el asfalto. Tenías incluso pequeñas piedras incrustadas por toda tu piel, tierra en tus uñas sangrantes y también extrajeron cristales y madera.

—¿Madera? —pregunto, intranquila. 

Ella suspira. —Ya irás sabiendo. Por ahora intenta no pensar en ello y descansa lo más que puedas, ¿De acuerdo?

Asiento, aunque mentalmente nunca poder descansar del todo.

¿Por qué creo que hay muchas cosas que no me terminan de contar sobre esa noche? Laura es la respuesta a todas mis incertidumbres.

Una vez que ellos se fueron, mirar a la puerta de madera cerrada es lo único que puedo hacer. El oso sigue descansando en la mesa junta a la camilla, y la nota enterrada dentro de las frazadas. La tomo, no necesito volver a leerla. La rompo en miles de pedazos, muy rápido, por temor a que alguien pueda entrar. Una vez que la nota es irreconocible, lo arrojo dentro del tacho de basura a mi lado y trato de mentalizarme con que nada puede hacerme daño.

Pero él estuvo en esta habitación. Él estuvo junto a mí, me vio dormir. Yo conozco a esa persona, Laura confesó haber escuchado que yo hablaba con él como sí nos conociéramos desde hace mucho. Pero, ¿quién que yo conozca puede querer hacerme daño? ¿Por qué? Yo no recuerdo haberle hecho algún mal a alguien.

INFERNAL © ┋ ¿En quién confías? [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora