Capítulo 29 ┋ Liam.

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Habían pasado seis meses. Seis meses de miles de momentos dejados atrás, todo un camino recorrido, todo un camino de tragedia, dolor, drama, muertes. Las cosas siguen iguales que siempre, aquellos mensajes siguen llegando a mi buzón, tanto, tan frecuentes, que casi creo haberme acostumbrado a soportarlos. Franco sigue internado en ese hospital, peleando por su vida, luchando, buscando salir victorioso de esa guerra entre la vida y la muerte, pero, ¿hay algo peor que saber que la persona que más amas en la vida se encuentra al borde de dejar sus brazos caer? Yo sé que eso es lo que busca Franco, sé que mi hermano busca rendirse, sé que ya no aguanta más y por lo único que todavía se mantiene con vida es por mi madre.

Lo miro desde la ventana apartada de su cuarto, lo miro como está acostado en su ya reconocida cama, veo como habla, y a veces mantiene el mismo silencio junto con Isabella. Ella parece no querer apartarse de su lado y ese es otro de los motivos por los cuáles Franco tiene miedo de dejarse caer; no quiere lastimar a quienes más ama.

Puedo sentir como mi corazón día a día se rompe un poco más al saber las miles de cosas que por la cabeza de mi hermano se deben estar cruzando. Él no quiere seguir peleando, y eso me duele, me duele saber que él siempre ha sido tan valiente, nunca lloraba por nada, siempre se mantenía serio ante los enfrentamientos de la vida, y ahora, verlo tan débil, ver que cada vez sonríe menos, ver que su rostro toma y pierde color con frecuencia, simplemente quisiera dar mi vida por verlo mejor.

Unas grandes manos se posan sobre mis hombros desnudos. No volteo, su perfume me hace saber perfectamente de quien se trata.

-Deberías volver a casa, te prometo que yo me quedaré. -murmura, suavemente sobre mi oído y su voz masculina retumba en mi cabeza. Pongo una de mis manos sobre su brazo, volteando a verlo.

-No quiero dejarlo. -admito, él me sonríe de lado.

-No lo harás, simplemente necesitas descansar. Has estado toda la noche aquí y no quiero que mueras de cansancio. -miro el rostro de Alex y sonrío. Él siempre ha sido tan bueno, tan atento, tan... tan algo que yo no sé valorar.

-De acuerdo, ¿me prometes que me llamas cualquier cosa? -pregunto.

-Ve, te lo prometo. -planto un beso sobre los labios de mi novio y me alejo, dando un suspiro a los pasillos del hospital al que tan acostumbrada me encuentro de visitar. Apenas pongo un pie en la calle, el calor primaveral me da la bienvenida, calentando dulcemente mi cuerpo en cada paso que doy por las calles. El invierno quedó atrás, dándole recibimiento al fresco calor de las flores que crecen en los árboles y las plantas. El aroma te envuelve y siempre te encuentras con desconocidos que la felicidad ante este maravilloso clima se planta en sus rostros. Definitivamente la primavera siempre será mi estación favorita.

Le tecleo unos mensajes a respuesta de los que me envío Laura. Ella la semana pasada terminó la universidad y no puede estar más emocionada. Le he dicho que haré hasta lo imposible por estar en su día especial, sé lo prometí, lo haré. Por mi parte, todavía me encuentro trabajando en un bar en el que empecé hace aproximadamente tres meses. Estoy ahorrando la mayor cantidad de dinero posible para poder empezar nuevamente la universidad, que será apenas reabran las inscripciones. Haberme decidido por anotarme fue una gran duda que tenía, pero mi madre no dudo en, prácticamente, obligarme a hacerlo ya que se cansó en decirme que no hay más problemas económicos desde que estamos recibiendo ayuda del estado, más su trabajo como profesora.

Más temprano que tarde, termine por conseguirme un empleo como camarera en el que voy mejor que nunca. Me siento cómoda y bien recibida como empleada.

INFERNAL © ┋ ¿En quién confías? [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora