Capítulo 36 ┋ Intenso.

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A veces deseamos estar en un momento de nuestras vidas y quedarnos ahí eternamente. Ahogarnos en las profundidades de algún viejo recuerdo y detener el tiempo en ese preciso instante en que la calidez de un hogar sea reconfortante. Mi hogar siempre es ese lugar en el que soy feliz. Mi hogar no son cuatro paredes y un techo, es eso que me hace bien al alma y me estremece la razón. Por eso es que desde hace años que vi ese hogar derrumbarse a mis costados, ese calor reconfortante transformarse en dolor, frío dolor, y que se vuelve tormentoso como el infierno. No sé cuándo las cosas comenzaron a ser decadencia: Tal vez cuando mi hermano se enfermó, o un poco atrás cuando mi padre nos dejó, aquél hombre al que yo le había creído todo, y más. O fue en el momento en que los secretos comenzaron a pintar esas cuatro paredes y ese techo que nos acogía en mi infancia.

Solo sé que desde hace tiempo que ya no me gusta resguardarme en un sólo sitio, ya no me gusta mantenerme al margen, ya no me gusta mirar a un costado y mantener mi perfil bajo. Eso ya lo estuve haciendo durante mucho tiempo y rompí de un solo golpe al vidrio de la persona que me reflejaba en el momento en que todo se me vino encima sin anestesia. Pude con muchas cosas en mi vida, y sé que podré con lo que se aproxima en mi camino. Toda está mierda está escrita, está grabada a fuego en mi cuerpo de una manera simbólica. Tal vez estoy marcada desde el momento en que nací, en el momento en que él me sostuvo en sus brazos, en el momento en que mi padre lo arruinó todo a su paso. Él nunca murió, nunca se terminará de morir, nunca se irá del todo hasta que yo no logré descubrir todo eso que él pretendía ocultar a su espalda. Yo nunca moriré hasta llegar al final del camino, hasta hundirme en ese recuerdo extraño que se disfraza de una pesadilla horrible por las noches, que se proyecta en mi cabeza confundiéndome más y más. Puede que haya olvidado lo que sucedió esa noche, pero tengo algo a mi favor: Él no se olvidó de mí, él sigue mis pasos y ahora yo seguiré los suyos. Él, por más inteligente que pueda llegar a ser, será quien caerá y me dirá la verdad.

Al haber acabado de hablar con el neurólogo, y de todas las revisiones que me hicieron, la enfermera me traslada nuevamente a mi habitación y no puedo evitar mirar la puerta de madera que dejo atrás cuando paso por el dormitorio de Franco. Aún no hable con él. Necesito hacerlo.

—Un pie afuera. —la enfermera pone su mano sobre una de mis piernas y pasa su brazo por mi cintura para ayudarme a que me levante—. Muy bien, ahora el otro.

Con esfuerzo me enderezo y ella me ayuda a mantenerme en esa postura. Estoy de pie, fuera de la silla y no es tan difícil.

—Lo estás haciendo muy bien. Has estado mucho tiempo inactiva en movimientos y esto es totalmente normal. En un par de días ya podrás caminar como lo hacías antes. —asiento, relamiendo mis labios, y con su ayuda camino muy lentamente hasta la cama. Una vez acostada, la enfermera acomoda todo a mi alrededor y no puedo evitar acariciar la cicatriz en mi cabeza. Tuvo que haber sido un golpe demasiado brutal.

—Intenta descansar, iré por tus medicinas. —asiento, agradeciéndole, y ella desaparece por la puerta. Respiro muy hondo, pero mi tranquilidad es momentánea ya que la puerta se abre nuevamente y por ella aparece Liam. Se queda viéndome unos segundos, hasta que reacciona y me sonríe.

—Te ves bien. —es lo primero que dice, cerrando la puerta a su espalda—. ¿Cómo te sientes?

—Un poco cansada. —admito.

—Es normal, me dijeron que las medicinas pueden ser muy agotadoras. —guarda silencio, inspeccionando mi rostro muy atentamente y eso no me incomoda para nada, es más, yo también lo hago y cuando miro sus labios, un recuerdo llega a mi cabeza y es de la noche en la que se apareció en mi jardín y terminamos besándonos. ¿Por qué tengo que acordarme de eso ahora?

—¿Cuando podré irme? —pregunto, intentando cambiar el rumbo de la tensión que crece entre nosotros.

—Falta aún. Quieren tenerte en observación e investigar más sobre tu amnesia. —el colchón se hunde a mi lado cuando él se sienta.

INFERNAL © ┋ ¿En quién confías? [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora