|Capitulo 11°|

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Abrazo a mi mamá, hoy se van todos los adultos y yo me quedaré con pura pubertad. No tengo ganas de lidiar con ellos. Pero ahora me los atascan. Es tan tedioso.

- Cuidalos. - asiento un poco y ruedo los ojos.

- Quiero ir con ustedes. No puedo estar aquí,mamá.

- Claro que puedes hija. Solo con hablarle a los mayores.

- No voy a hablarle a Ramiro. Si es lo que quieres, se paso en grande conmigo.

- Son hermanos, no puedes evitarlo aunque quisieras, viven en la misma casa, van a la misma escuela. Nath, trata de arreglarlo. Si no veo solución en cuento regresemos del viaje juro que a los dos los meto a un cuarto con seguro hasta que arreglen lo que tengan que arreglar. ¿Entendiste? Y estaras castigada por lo que resta del año.

- Mamá, eso no es justo.

- Lo es para mí, no quiero ver a mis hijos peleados. ¿Crees que a ti te gustaría que tus dos bendiciones esten como si no se conocieran?

- ¿Bendiciones? - empiezo a reír.

- Haz lo que te digo, Nathalia.

Le doy un último abrazo y le digo que todo estará bien. Me sonríe y toma de la mano a papá.
Ya me habia despedido de él asi que solo me da un saludo y una sonrisa.

- Portate bien.

- Claro - sonrío. Ramiro se pone a lado de mi y miramos como mamá y papá se sube al auto y se alejan de la casa. Los despido de nuevo con la mano hasta que desaparecen.

Bien, oficialmente inician mis vacaciones. Excelente.

- Hablame. - ignoro lo que acabo de escuchar, camino hacia la cocina. Escucho a Ramiro suspirar y caminar detrás de mi. - Maldición, hablemos.

Sigo ignorandolo, saco la jarra de agua y un vaso. La mano de Ramiro me detiene.

- ¿Qué mierda? Ramiro, dejame servirme agua.

- No, hasta que hablemos. Dejame hablar contigo.

- ¿Y qué me vas a decir?¿La misma mierda de aquel día?¿Para eso quiero escucharte?

- No, diablos Nathalia. No lo dije porque quisiera, si no que... ¿por qué te molesta tanto?

- ¿Quieres saber por qué? - asiente - Bien, por su culpa me rompieron mi corazón por primera vez. Ella fue la que se acostó con... - respiro hondo. - Fue por ella. ¿Eso querias saber?

- Estas mintiendo.

- ¡Claro! Porque todo lo que digo es mentira, todo lo que sale de mi boca solo es veneno. Piensa lo que quieras. Ahora alejate.

- No.

- Ramiro, alejate.

- Mierda, no.

- ¡Que te alejes quieres! ¡Largate de aquí! - suelto un puñetazo a la mesa y el me mira sorprendido. Mi respiración esta agitada, necesito espacio. Habían pasado dos años de no tener crisis.

- Nathalia...

- Solo alejate. - me separo de él, lo miro y siento una presión en el pecho. Su mirada refleja preocupación y miedo de que haga algo estúpido. No tengo nada en contra de él pero tal vez mi acciones si.

- Solo dejame hablar a mi, si no te parece. Te dejare ir. Y ya no vuelvo a molestarte. Solo escuchame. - suspira. - Si ella hizo que te rompieran el corazón por primera vez ¿por qué no me lo dijiste?¿Por qué me lo ocultas?¿Por eso habias estado tan extraña ultimamente? Maldición Nath,debiste decirnos nosotros te hubiésemos ayudado. Sabes que todos somos familia, los mayores somos los que siempre estamos juntos y tú no nos das con que apoyarte. Lamento lo que te dije, realmente lo siento. Siento haberte llamado así. No lo eres, eres mi hermana. Te extraño. Extraño pasar tiempo contigo y Sebas. Los tres somos inseparables y ahora solo estamos separados.

- Por que no entenderías, no sabrías lo que es que te rompan el corazón. Que seas la engañada. No lo sabes, aprendelo. Ella sabe como jugar, y si sabe que eres mi hermano solo lo hará por vengarse, ella es el diablo convertido en belleza. Te tiene y cuando estas en lo hondo, te rompe, te hace cenizas y después te tira. Y consigue a alguien más. Siempre va a ser así. No caigas en su juego. He dicho muchas cosas, que no te ayudaré y que espero que te hagan sufrir. Y así entenderás.

- Lo entiendo.

- No lo entiendes - rió - no lo sabes aún, eres un bebé. Solo sabes caer fácil, como yo. O eso hacia. Trabaja duro. Hazla que ella caiga y no seas tú el que lo haga. Rompela, rompe su corazón. Hazla que pague.

- ¿Cómo me puedes pedir eso?

- Así como te pedí que te alejaras de mi e hicieras como si no me conocieras. De esa forma te lo pido.

****

- ¡Nath! Bella de noble corazón despierta que tu primo mas guapo llego. - golpeo al aire.

- ¿Por qué siempre me quieren levantar de esta manera?

- Por que es divertido verte enojada.

- Divertido sera poner mi puño en tu cara. - me levanto y miro a Sebastián con Rubén parados a lado de mi cama.

- ¿Qué quieren? Y ¿cómo entraron a mi cuarto?

-  Queremos que nos acompañes a una fiesta que darán esta noche en un club y por la puerta ¿por dónde más?

- Ash, ya se que por la puerta. Y no tengo ganas.

- Nathalia te vas a secar aqui adentro! - río.

- Gracias pequeño Rubén. Fijate que esa es mi intención.

- Vamos, andale, nada te cuesta acompañarnos. Ponerte bonita, conocer a chavos, algo.

- Sebas, es una gran propuesta. Pero no tengo ganas. - me estiró en la cama tratando de que se note mi cansancio.

- ¿Si va a ir? - pregunta Ramiro en mi puerta.

- No voy a ir. Lo lamento chicos, pero prefiero quedarme.

- Por favor - Rubén hace cara de cachorrito.

No tengo ganas de salir de fiesta, conocer chicos ni siquiera tener una relación con alguno. No estoy lista, no necesito ir a esos clubs cuando tengo todo en mi habitación.

Comida, televisión, internet.

¿Qué más pido?

****

Tal vez fue un error mirar a Sebastián y a Rubén con cara de cachorritos. Y que me hayan convencido de venir.
Ahora estoy a 3 personas de entrar a este club. Un club famoso supongo, aunque no creo que tanto porque no lo conocía. Tampoco es como si saliera tanto. Soy hogareña.

- ¿Quieres algo de tomar?

- Vodka, por favor. - le digo a Sebas. El asiente y va a la barra por mi trago. Miro al rededor, hay demasiadas personas bailando y riéndose. Hay varias parejas besandose en rincones y también veo algunas cuantas a entrar en un cuarto. No quiero saber lo que sucede ahí.

- Aquí tienes. - me entrega mi bebida y me lo tomo de una. Lo bueno es que trajo una botella. Ramiro se fue hacia un lado de la pista con algunas personas que no conozco. Es menor y esta en un lugar asi, y yo igual. No entiendo como me convencieron a estar aquí.

- ¿Podemos bailar? - le pregunto a Rubén. Él asiente. Me da la mano y vamos a la pista a bailar. Bailamos un rato, reímos y conversamos ante todo el ruido que hay.

Tal vez no me la pase tan mal.

Un amor de verdad. (2 Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora