| Capítulo 48° : ¨Nadie es tu salvación¨|

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RAMIRO 

¿Por qué no fui detrás de ella? Si lo hubiera hecho, ¿qué estaríamos haciendo ahora? Si nunca le hubieramos dicho a nuestros padres sobre esa mujer ¿estaríamos en esta situación? Por supuesto no hay ninguna respuesta a eso. 

Me dejo caer completamente en el suelo, siento un fuerte dolor y después desaparece. No hay rastro de ello. 

No siento nada. 

... 

No siento nada. 

Abro los ojos y miro al rededor. ¿Por qué deje de sentir? ¿Por qué no la siento? Me levanto deprisa mareandome un poco, necesito encontrarla. 

- ¿A dónde vas? - pregunta Fernando. 

- Necesito encontrarla. - estoy tan nervioso, tengo ansiedad. Salgo de la casa, estoy en el patio, cuando abro la puerta dos hombres estan parados mirandome. - ¿Quiénes son ustedes? 

- Los llevaremos con sus padres. - abro los ojos. No, y no. 

- ¡Corran! - grito a todo pulmon mientras corro dentro de la casa. - ¡Corran! - todos hacen lo que les digo y comienzan a correr al patio, Sebastián abre la puerta del jardín y salimos corriendo. Todos corremos cuadra arriba, es una cuadra antes en la que Nathalia se fue, damos vuelta y comenzamos a correr. 

Corremos tan rápido como nuestros pies nos lo permiten. 

Veo a mucha gente correr cuando estamos lejos de casa, un centro comercial esta frente a nosotros. Gente huye, vemos a personas sangrar, ¿qué diablos sucedio?  Cuando nos quedamos parados, vuelvo a sentir el pinchazo. Nathalia, comienzo a ver entre la multitud. 

- Busquen a Nathalia... - digo, comenzamos a caminar pegados para no separarnos, no debemos de hacerlo, no ahora.  

Veo a dos hombres en la entrada del edificio y veo a alguien cargado.

- Ramiro...- Sebastián a mi lado me toma del brazo. - Ese es... 

- No, callate. - contesto. Levanta un altavos. 

- Ya lo dije un vez, niña. No me hagas pronunciarlo dos veces, si quieres estar con él es tiempo de hacerlo. - uno de ellos habla, ¿niña? ¿le esta hablando a quién creo? Entonces ella si estuvo aquí. - ¡Vamos, no tengo paciencia! - miro a todos lados para ver si la encuentro. 

Entre tanta gente no puedo diferenciar nada. 

- ¡Ya basta! - escucho su grito y la veo salir de un auto a unos metros de nosotros. Esta llorando, su cuerpo esta temblando, esta mirandolos con odio. Y creo que eso es tan justo. 

- Vaya, hasta que sales. - sonríe. - Me estaba cansando de rogarte. - Nathalia comienza a caminar. Camina con pocas dudas y con la frente en alto. Cuando llega a la mitad, veo como una lágrima corre por su mejilla.  Quiero correr hacia ella pero Sebastián me detiene. 

- Si ellos no nos ven será más fácil llevarnoslo. - asiento. - Vengan. - nos hacer dar la vuelta a todo el centro comercial y llegamos a un callejón, esta la puerta de emergencia. Entramos y subimos las escaleras, entramos al centro comercial. No sé que vayamos a hacer. 

Caminamos, Sebastián llama a la policía, y los hace venir hasta aquí. ¿Por qué estamos pasando por todo esto?  

Nos quedamos en el segundo piso, vemos sangre y luego un camino de ella bajar por las escaleras electricas. Vemos mejor a la persona en brazos del segundo, Rubén, es él. Sebastián aprieta mi brazo. 

- Malditos hijos de... 

- Sebastián. - lo detiene Josh. Le tapa los oídos a Lili. - No digas malas palabras en frente de ella. 

Un amor de verdad. (2 Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora