|Capítulo 34°|

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Estoy usando mi cerebro para saber como él obtuvo mi teléfono. Espero y Ramiro no este involucrado en esto.

Camino de nuevo a la habitación de Rubén. Llegue de la casa de Eli hace como una hora y me la he pasado con Rubén. Hemos platicado el como van las cosas y creo que Lily ya se nos unió.

- Hola, pequeña puberta. - digo entrando a la habitación.

- Hola alcohólica. - miro a Rubén y entre cierro los ojos.

- ¿Ya le contaste? ¿Qué pasa con tu lealtad?

- ¡Ella me obligó a decirle! - se excusa, ruedo los ojos y me aviento a su cama.

- Faltas a las reglas entre primos... aunque te entiendo.

- Nadie se resiste a mis encantos. - reímos.

Me volteo y miro hacia el techo, me quedo pensando y cierro los ojos. Me duelen los ojos,la sien todavía y hasta siento unas leves ganas de vomitar. Siento una leve punzada en el estómago.

Me levantó rápido de la cama, voy directo hacia el baño y empiezo a vomitar. Siento arder mi garganta, y a la vez como alguien toma mi cabello.

- Sh... está bien, Naths. - Rubén esta a mi lado, tomando mi cabello. Me siento un poco tranquila al saber que no estoy sola. No del todo.

Escucho a alguien más entrar al baño.

- Traje un poco de agua. - Lily, se pone a lado de mi, y acaricia mis sienes. - Eres una borracha.

- Liliana, no la ayudes. - la reprime Rubén. Podría reírme, pero es cuando vuelvo a sentir esas ganas de sacar todo y termina en el retrete. Esto es horrible, si me hubiesen advertido que esto sucedería después de una noche de alcohol, no hubiese tomado como lo hice.

Si así estoy yo, no me imaginó como debe de estar Eli. Y como debe de estarlo Sebas. Él tuvo más alcohol en su organismo, me supongo, tomo desde temprano.

- Traeré una toalla. - Lily se levanta de su lugar y va por una toalla mientras que yo me separo un poco y siento toda mi garganta ardiendo. Mi estómago duele y mi boca se siente seca. Lily me limpia con la toalla la boca mientras que Rubén sigue sosteniendo mi cabello.

- No sé que hubiera hecho sin ustedes.

- Ahogarte en tu vomito, seguramente.

- En serio, Lily. Aveces eres demasiado cruel para tu edad.

- Ya, lo siento. Ella es fuerte para resistir todo esto. Hasta más, sé que es capaz. - me sonríe. Me sentiría ofendida, pero ella es como es y no puedo cambiarla a ser algo que no es.

Me ayudan a levantarme del piso y me llevan a la cama de nuevo.

- ¿Segura que estás bien? Toma más agua, le diré a alguien que te preparé algo de comida. - Lily sale de la habitación y Rubén se sienta a un lado de mi.

- Estoy bien y ella sale a conseguirme comida. Me podría enojar por lo que dijo pero después hace este tipo de cosas.

- Si, creo que ella es así y todo el mundo la quiere. Es complicada pero te da ese afecto cuando lo necesitas.

- Lo dices como si ya te lo hubiese dado. - se queda callo y mira la puerta de la habitación. - No puede ser... ¡ella ha sido amable y adorable contigo!

- Callate quieres, - rasca su cabeza y me mira - fue cuando paso todo eso de Lenay y Sebastián. Ella supo que yo me sentía fatal y hubo una ocasión en la que estuvo conmigo platicando y siendo buena prima.

Un amor de verdad. (2 Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora